El culebrón de Twitter resulta cada vez menos impactante
La compra de Twitter por parte de Elon Musk es todo un espectáculo en sí misma. Al hombre más rico del mundo le gusta ser el foco de atención, y bromear en la propia red social sobre las cosas que se pueden mejorar en ella, que son muchas. El problema de los bots, los usuarios falsos, es ya crónico, y el viernes le sirvió de excusa para dejar en espera la oferta por la compañía. No parece que las cifras publicadas hace unos días sean demasiado sorprendentes, pero Musk aprovecha cualquier oportunidad para jugar al despiste y marear a los inversores, algo que ya le supuso una investigación de la SEC. Pero, a estas alturas, Musk no engaña ya a nadie tampoco. En el mercado hay que mantener las formas y las normas, pero participar en una empresa relacionada con el fundador de Tesla tiene una buena parte de aventura. Cómo acabará el culebrón de Twitter no lo sabe nadie, pero está claro que la red social ha ganado aún más protagonismo del que ya tenía..., y también que es más barata que antes del aviso de Musk.