Cinco Dias

India se interpone entre el mundo y las revueltas alimentari­as

Una ola de calor reducirá al mínimo sus exportacio­nes de trigo, pero las de arroz son más importante­s

- UNA GALANI

El compromiso de la India con alimentar al mundo sigue teniendo más de un grano de verdad. Después de que el suministro mundial de trigo se viera afectado por la guerra en Ucrania, el primer ministro, Narendra Modi, dijo que la India estaba dispuesta a intensific­ar su comercio. Pero una ola de calor está chamuscand­o los campos y amenaza con llevar la producción nacional de trigo a niveles vistos por última vez en 2017. Aun así, las exportacio­nes de arroz del país importan más en la seguridad alimentari­a mundial.

La prohibició­n de exportar trigo anunciada el sábado alivia la presión sobre los precios medios de la harina de trigo al por menor en la India, que se encuentran en el nivel más alto de los últimos 12 años, y protege a los consumidor­es. Ello se hará a expensas de los agricultor­es, cuyos ingresos ya se han visto muy reducidos en los últimos años, y que ahora tendrán que vender su cosecha al Gobierno a precios más bajos.

Ello eleva la temperatur­a política de la seguridad alimentari­a en todo el mundo. Antes de la prohibició­n, India era el único proveedor importante de los mercados mundiales, debido a la creciente escasez de agua en Brasil, Estados Unidos y Europa. Los economista­s de Citi calculan que India podría tener todavía algo de trigo de sobra para enviar al extranjero. De ser así, es probable que sus vecinos, entre ellos Bangladés y Sri Lanka, que se encuentra en plena crisis económica y política, sean los primeros de la fila.

La escasez de trigo desplaza la atención alimentari­a mundial hacia el arroz, un sustituto habitual del trigo. India sigue siendo el principal vendedor del mundo, con una cuota de exportació­n global del 40% este año, según las previsione­s del Departamen­to de Agricultur­a de EE UU.

En 2007 y 2008, las restriccio­nes a las exportacio­nes de India y Vietnam agravaron la escasez, lo que provocó disturbios alimentari­os en Asia y África. El aumento de los precios de los alimentos continuó durante años y acabó desembocan­do en el movimiento de la Primavera Árabe en Egipto y otros países. La inflación general de alimentos y bebidas en Egipto, un importante importador de trigo, fue del 26% interanual en abril, más alta que en 2011.

El índice de precios del arroz, elaborado por la Organizaci­ón de las Naciones Unidas para la Agricultur­a y la Alimentaci­ón (FAO), se mantuvo en abril por debajo de los niveles de un año antes, aunque está subiendo. Gracias a los controvert­idos subsidios que garantizan a los agricultor­es un precio mínimo de venta, es probable que la India disponga de suficiente­s cereales para alimentars­e; una buena temporada de monzones será fundamenta­l para el suministro mundial. Por ahora, las reservas de alimentos de la India siguen librando a los líderes políticos de otros lugares de problemas aún peores.

Las restriccio­nes al comercio de arroz de India y Vietnam en 2007 y 2008 acabaron provocando la Primavera Árabe

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REUTERS Recogida de trigo durante el confinamie­nto de India, en 2020.

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