Cinco Dias

La táctica británica para Irlanda del Norte es una locura económica

- AIMEE DONNELLAN

Si no está roto, no lo arregles: podría aplicarse a Irlanda del Norte. El lunes, Boris Johnson presentó una ley que le permitiría eliminar partes del acuerdo del Brexit que rigen el comercio con la región.

El protocolo fue un equilibrio complicado. Para que Gran Bretaña abandonara el mercado único eran necesarios controles de las mercancías que circulan entre la República e Irlanda del Norte. Pero debido a la historia de violencia, una frontera dura no era aceptable para todas las partes. El acuerdo final implicaba que Irlanda del Norte seguía sujeta a las normas de la UE, pero exigía controles de las mercancías procedente­s de Gran Bretaña.

Londres lleva mucho tiempo diciendo que el protocolo está creando un “efecto de enfriamien­to” en la economía norirlande­sa. Los controles de mercancías también han enfadado al Partido Unionista Democrátic­o, que mantiene estrechos vínculos con el Conservado­r, y se ha negado a formar Gobierno hasta que se elimine el régimen. Johnson pretende apaciguar a los unionistas y a los duros de su partido, permitiend­o que las mercancías británicas circulen por Irlanda del Norte sin controles, siempre que vayan a Irlanda. El TJUE dejaría de tener jurisdicci­ón sobre los litigios o de controlar el IVA y las ayudas estatales.

Pero Belfast no necesita estas injerencia­s. En julio-septiembre de 2021, su economía superó a todas las demás regiones del Reino Unido, con un crecimient­o del 1,4% trimestral, por el 0,6% de Inglaterra. Mientras el protocolo ha ahogado el comercio con Gran Bretaña, las firmas norirlande­sas están vendiendo más productos a la República. En 2021, las exportacio­nes entre ambas áreas subieron un 65%, hasta casi 4.000 millones.

Eso dificulta a Johnson defender el cambio. Su amenaza de anularlo disuadirá a las empresas foráneas de invertir. Hasta ahora, la UE ha amenazado con excluir a los científico­s británicos del programa de I+D Horizonte. Pero si Johnson rompe el protocolo, el bloque podría verse obligado a imponer nuevas barreras comerciale­s. Tanto para Londres como para Belfast, el último gambito de Johnson es una locura económica.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain