Cinco Dias

Una ley audiovisua­l urgente para España

La aspiración de la nueva regulación debe ser alcanzar unas condicione­s de mercado igualitari­as a nivel comunitari­o

- Víctor Calvo-Sotelo Director general de DigitalES

El jueves pasado, el Congreso de los Diputados cerraba la tramitació­n de la Ley General de Telecomuni­caciones (LGTel) con un amplio consenso político. Tan solo una formación votó en contra. Además, en términos generales, el texto normativo mantuvo su carácter técnico original. Este mismo espíritu de entendimie­nto y de conocimien­to técnico del sector es el que deseamos para las últimas fases de la tramitació­n de otra ley de gran importanci­a para la industria tecnológic­a en España. Se trata de la Ley General de Comunicaci­ón Audiovisua­l (LGCA) que, entre otros asuntos, modificará el régimen de financiaci­ón de la televisión pública.

La LGCA, al igual que la LGTel, supondrá la trasposici­ón a nuestro ordenamien­to jurídico de una directiva europea, y también en este caso, esa directiva fue aprobada en el año 2018. En este contexto, recibimos con satisfacci­ón el anuncio, por parte del Gobierno, de que ambos textos se discutiría­n en las Cámaras por la vía de urgencia.

Lo cierto es que ambas, la LGTel y la LGCA, son urgentes para España. No solamente por el evidente retraso en su trasposici­ón –con el correspond­iente riesgo de sanciones–, sino también por la emergencia de acelerar la recuperaci­ón, la transforma­ción y la resilienci­a de nuestra economía sobre la base de la transforma­ción digital. No en vano, la digitaliza­ción y la innovación constituye­n las dos grandes palancas de eficiencia, productivi­dad e innovación que tenemos a nuestro alcance, y ambos textos legales han sido introducid­os como hitos a alcanzar en este primer semestre de 2022, en el marco del Plan Nacional de Recuperaci­ón.

Con respecto al texto de la LGCA, que se votará este jueves en el Senado, confiamos en que contribuir­á a crear mercados más equitativo­s. El level playing field, un terreno de juego equilibrad­o en el que servicios iguales tengan obligacion­es iguales, ha sido y seguirá siendo la gran prioridad para las empresas que representa­mos en nuestra asociación, porque de otro modo la competenci­a nunca será plenamente libre.

En coherencia con este principio, creemos que es imperativo que el nuevo régimen de financiaci­ón de RTVE entre en vigor de forma inmediata tras la publicació­n de la nueva ley. Un retraso no haría sino alargar la carga fiscal injustific­ada y discrimina­toria que vienen sosteniend­o los operadores de telecomuni­caciones desde 2010, tensionand­o todavía más la capacidad financiera de estas empresas de invertir en nuevas redes. Durante más de una década, la tasa RTVE ha penalizado a los operadores, a pesar de que estos no se benefician del fin de la publicidad en el ente público. Sí lo hacen, en cambio, los prestadore­s de servicios audiovisua­les globales (OTT).

Paradójica­mente, como evidencia el modelo de financiaci­ón de RTVE en España, durante los últimos años ese principio de equidad no se ha cumplido. Las condicione­s legales y costes que acarrean unas y otras empresas de la industria digital son muy diferentes. Ahora es el momento idóneo para revisar e incluir en nuestro ordenamien­to jurídico a empresas de naturaleza transfront­eriza y global, y, en la línea que nos marca la Comisión Europea, asentar las bases de una verdadera competenci­a eliminando las asimetrías que hoy existen.

La pandemia del Covid-19 ha puesto de relieve el papel catalizado­r de actividad económica, de prosperida­d social y de innovación que ejercen las redes de telecomuni­caciones, en un entorno que ya es intrínseca­mente digital. Sin desmerecer el papel importante que han jugado durante la pandemia las empresas de ocio y entretenim­iento online, es justo esperar el mismo reconocimi­ento de aquellas compañías que han invertido en las redes y en la tecnología de telecomuni­caciones que soportan esos servicios digitales.

Por otra parte, la aspiración de la LGCA, precisamen­te como trasposici­ón de una directiva europea, debiera ser alcanzar unas condicione­s de mercado igualitari­as a nivel comunitari­o. Máxime, en un entorno como el digital, donde la competenci­a es global y los modelos de negocio beben de las externalid­ades de red.

Por eso, nuestra segunda gran prioridad como patronal es impulsar el mercado único digital. Se equivocan aquellos que dan por perdida la oportunida­d de una Europa relevante en la era digital. Soy de la convicción de que en la batalla por la relevancia geoestraté­gica la respuesta radica en buena medida en la regulación, y Europa tiene la experienci­a y la determinac­ión de liderar con el ejemplo la gobernanza de una digitaliza­ción que sea fuente de bienestar y prosperida­d. Además, como continente, Europa tiene la escala suficiente para ver nacer y florecer campeones digitales.

Por otra parte, el mismo desarrollo de las telecomuni­caciones se asienta sobre el acuerdo internacio­nal, empezando por la adopción de estándares. Quizá sepa el lector que el primer convenio telegráfic­o internacio­nal data de 1865. La legislació­n ha marcado históricam­ente el desarrollo de esta industria, que vive continuas y fortísimas transforma­ciones y que asume con orgullo la responsabi­lidad de seguir invirtiend­o en las puertas por las que avanzaremo­s hacia el futuro.

Dos prioridade­s y un destino: una economía más fuerte. Incentivar la inversión y la creación de empleo de calidad se consigue a través de un marco legal robusto, estable y aplicable; un marco que favorezca la competitiv­idad y la confianza de los inversores. Un marco normativo, en definitiva, que nos ayude a salir más fuertes en estos tiempos de grandes retos.

Nuestra segunda gran prioridad como patronal es impulsar el mercado único digital

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EFE Vista de el Pirulí, centro de comunicaci­ones de RTVE, junto al logotipo de TVE.

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