Celsa y los acreedores acercan posturas y negocian contra reloj
El Gobierno entra en la negociación y trata de desbloquear el acuerdo
Los acreedores y Celsa prosiguen sus negociaciones contra reloj para desencallar el rescate de la compañía catalana. Un pacto entre las partes para rebajar la deuda de la compañía, que supera los 2.000 millones, es imprescindible para que la SEPI dé luz verde al rescate con dinero público del grupo, que debe tener lugar antes del próximo 30 de junio.
Las negociaciones entre la compañía y los acreedores se dieron la vuelta el martes. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, llamó personalmente al consejero delegado de Deutsche Bank, Christian Sewing, según ha publicado la agencia Bloomberg. Sánchez ha tratado de instar a Deutsche Bank, uno de los propietarios de la deuda de Celsa, que dé luz verde al rescate. Junto a la entidad alemana, el resto de acreedores de la compañía son Goldman Sachs y los fondos Anchorage, Capital Group, Attestor Capital, Cross Ocean Partners, GoldenTree Asset Management, Sculptor Capital Management y SVP Global.
Las partes han ido dando pasos en favor de un acuerdo en las últimas semanas. Por un lado, los fondos han dado su brazo a torcer y han dejado atrás su reclamación de tomar el 49% del capital de la compañía. Por el otro, los Rubiralta aceptan crear en Luxemburgo un producto, una participación preferente, con el que los fondos puedan beneficiarse de ciertos derechos económicos de la compañía, una vez devuelva la ayuda de la SEPI.
El principal escollo está, en este momento, en delimitar la cuantía de este producto. La última propuesta que los fondos hicieron pública fue recibir los primeros 550 millones que generase la compañía más un interés del 10% anual. De los beneficios restantes, los Rubiralta podrían obtener el 51%, mientras que los fondos se quedarían con el 49% restante. Esto supondría que aceptasen una quita de 660 millones y la conversión de 550 millones en este instrumento.
Los Rubiralta, por su parte, censuran que los fondos no fueron quienes financiaron a la compañía, sino que adquirieron el pasivo con un elevado descuento. Ofrecen 400 millones de los que generará la compañía en el futuro.
El problema está en que el reloj aprieta. El Gobierno tiene hasta el 30 de junio para desbloquear el dinero que queda por gastar del fondo de rescate de la SEPI. En el caso de Celsa, por lo elevado de la cuantía, la operación debe contar antes con la autorización expresa de Bruselas, lo que demorará el proceso algo más. El último consejo de ministros para autorizar el rescate se celebrará en dos semanas, el 28 de junio.
Las discusiones se centran en el valor de una preferente para los acreedores
La SEPI exige un acuerdo inmediato para desbloquear la ayuda