El alza de Powell se impone al efecto Lagarde y la Bolsa europea cae más de un 2%
El Ibex baja un 1,2% y el S&P retrocede un 3,2% El bono español se mantiene sin cambios por debajo del 3%
Los inversores tratan de digerir las novedades en materia de política monetaria conocidas en las últimas jornadas. Después del alivio que trajeron consigo las promesas antifragmentación del BCE, las ventas vuelven a primera línea. Al día siguiente de que la Fed anunciara la mayor alza de tipos desde 1994, los temores de recesión cobran un protagonismo especial. El rojo se impuso en las Bolsas de manera generalizada, pero con distinta intensidad.
A diferencia de lo que ha venido sucediendo en las últimas jornadas, ayer el Ibex 35 no fue el índice más castigado. Mientras las Bolsas europeas registraban descensos superiores al 2,5%, el selectivo español retrocedió un 1,18%, hasta caer por debajo de los 8.100 puntos. En un momento en el que los principales organismos internacionales están revisando a la baja las previsiones de PIB, los inversores temen que los bancos centrales sacrifiquen crecimiento en favor de controlar los precios.
Como si de un efecto dominó se tratara, Wall Street aparcó ayer las ganancias registradas después de que Jerome Powell asegurara que las subidas de 75 puntos básicos no eran el escenario base para los próximos meses. Al cierre del mercado, el Dow Jones retrocedió un 2,4% mientras el S&P 500 y el Nasdaq, se dejaron un 3,2% y 4,1%, respectivamente.
Franck Dixmier, director de inversiones global de renta fija de Allianz GI, asegura que el giro de timón que ha emprendido la Fed al acordar la mayor subida desde 1994, hace que pierda efectividad la tarea emprendida por Jerome Powell de comunicar con antelación sus intenciones para evitar sobresaltos. “La Fed se arriesga a mantener una alta volatilidad en los mercados, cuyos ojos estarán aún más centrados en la inflación. Cualquier nueva sorpresa sobre una inflación superior a la prevista contribuirá a alimentar la presión al alza de los tipos”, apunta.
Pero más que en las Bolsas, donde se está dejando sentir con mayor intensidad el efecto de los bancos centrales es en el mercado de deuda. El mecanismo en el que trabaja el BCE para mantener bajo control las primas de riesgo periféricas ayudó ayer a mantener estables las rentabilidades de a deuda de los países el sur de Europa. El bono español a 10 años, que en niveles intradía recuperó la barrera del 3%, concluyó la jornada sin cambios en el 2,88%. Un comportamiento similar lo registró la deuda italiana con vencimiento en 2032. El bono transalpino logró distanciarse del 4% y finalizó la jornada en el 3,7%. Las primas de riesgo de España e Italia bajaron ayer a los 117 y 203 puntos básicos.
La herramienta que pretende implantar el BCE se dirige principalmente a mantener bajo control los costes de financiación en la periferia, unos países caracterizados por sus elevados déficits y abultada deuda. Aunque de momento se desconoce la manera en la que Christine Lagarde llevará a cabo la reinversión de los vencimientos, en las últimas jornadas los inversores han empezado a poner en precio la posibilidad de que para favorecer a determinados estados tenga que acelerar la venta de determinados activos como los bonos alemanes.
En este contexto, la deuda germana con vencimiento a cinco años repuntó ayer 10 puntos básicos, hasta situarse en el 1,54%, rondando máximos de 2011.
La deuda alemana a cinco años sube al 1,5% y ronda máximos de 2011