La SEPI hace su parte en el rescate de Celsa, que sigue en su inquietante cuenta atrás

La cuenta atrás para el rescate de Celsa, una acerera de 5.000 trabajadores que es clave para mantener la autonomía industrial de España, sigue su curso. El viernes la SEPI dio el visto bueno al rescate, el mayor de los que ha aprobado en el marco de las ayudas por la pandemia, y los dueños y los acreedores han llegado a un preacuerdo, muy vago, sobre cómo sacar adelante la compañía. Se trata de que, en paralelo a la dura negociación que mantienen, la Comisión Europea dé su aprobación al plan.

Las exigencias de ambas partes parecen incompatibles, a pesar de que los acreedores ya han aceptado una quita de 580 millones de euros. Los Rubiralta no quieren dar ni una acción; los fondos exigen el 75%.