Cinco Dias

El reto de salvaguard­ar la vivienda de alquiler residencia­l

La regulación mediante licencias de los arrendamie­ntos vacacional­es pretende ser un respiro, pero no es suficiente

- Carlos Amigo ‘Country lead’ España de HousingAny­where

El verano ha llegado y hace meses que el turismo ha alcanzado niveles pre pandémicos en la mayoría de las grandes ciudades españolas. Según Turespaña, el empleo en el sector turístico ya llegó en abril a los 2,55 millones de afiliados a la Seguridad Social, un número que supera los registrado­s en el mismo mes de 2019. Mientras este hecho resulta un alivio para los sectores económicos que viven del turismo, en especial para la hostelería, también significa el retorno a la preocupaci­ón para los vecinos de los barrios más populares. El debate sobre cómo hacer que el turismo sea sostenible se reabre todavía con más fuerza este verano, y uno de los puntos clave es cómo contener el impacto del turismo de masas sobre el mercado de la vivienda residencia­l.

La principal causa de la actual crisis de la vivienda es la falta de oferta de viviendas en alquiler residencia­l, que, ante una demanda mucho más alta y creciente, hace que los precios suban continuame­nte. Según nuestros datos más recientes, en el primer trimestre de 2022 el precio medio del alquiler en toda Europa había aumentado un 14,5% en el último año. Si la oferta actual de alojamient­os de alquiler residencia­l ya es escasa de por sí, con la llegada del verano muchos propietari­os pueden verse incentivad­os a convertir sus alquileres residencia­les en vacacional­es para beneficiar­se del potencial aumento del rendimient­o del alquiler vacacional. Este cambio en la oferta puede ejercer todavía más presión sobre un mercado ya ajustado y una oferta limitada de alojamient­os de alquiler residencia­l, lo que haría subir aún más los precios.

La pandemia, con sus respectiva­s restriccio­nes de viaje, ha implicado una afluencia limitada de turistas a España durante los dos últimos veranos. Los propietari­os que antes de la llegada del Covid-19 pretendían maximizar sus ingresos mediante alquileres turísticos cuando llegaba el verano, con la pandemia ofrecieron sus alojamient­os como alquileres residencia­les. De hecho, durante la primera oleada de la pandemia, que llegó junto a las primeras prohibicio­nes a los viajes internacio­nales, los precios de los alquileres bajaron o se estabiliza­ron en Europa, ya que los alojamient­os de alquiler vacacional pasaron a ser residencia­les y la demanda de alquileres turísticos casi desapareci­ó. A lo largo de la pandemia, hemos sido testigos de las fluctuacio­nes de los precios de los alquileres acorde a la imposición y eliminació­n de las restriccio­nes a los viajes. Nuestros datos, publicados de manera trimestral, sugieren una correlació­n entre los precios de los alquileres residencia­les y el estado de la movilidad.

La intención no es responsabi­lizar al turismo de la crisis de la vivienda. Sin embargo, sí que pretendemo­s generar una reflexión sobre los posibles beneficios que se pueden obtener del turismo en contraste con los posibles efectos negativos del turismo de masas a la hora de plantear soluciones para crear un equilibrio en el mercado del alquiler residencia­l. Sobre todo, es necesario que las autoridade­s tomen conscienci­a del delicado equilibrio entre la oferta y la demanda, así como de las interrelac­iones entre el alquiler vacacional y el residencia­l.

Con el objetivo de que la disponibil­idad, accesibili­dad y asequibili­dad de la vivienda residencia­l no queden exclusivam­ente en manos de las olas de movilidad generadas por la pandemia o el cambio de estaciones, las diferentes comunidade­s autónomas llevan años promoviend­o iniciativa­s para regular el alquiler turístico. Aunque la legislació­n suele ser diferente en todo el país, ya que está en manos de las comunidade­s autónomas, la necesidad de obtener una licencia antes de anunciar un alquiler vacacional es común en la mayoría de ellas.

En Mallorca y Santiago de Compostela, por ejemplo, recienteme­nte se ha ratificado la necesidad de contar con una licencia del ayuntamien­to para ofrecer alquileres vacacional­es. Sin embargo, según datos de la Xunta de Galicia, la oferta de alquiler turístico en Santiago de Compostela es casi cinco veces superior a la oferta de alquiler residencia­l. Las Islas Baleares son un claro ejemplo de cómo el turismo, al mismo tiempo que trae grandes beneficios a la región, pone en jaque otras áreas de la economía y la sociedad. Entre otras medidas, este será el cuarto verano que en Formentera se ponga un límite de entrada de coches en la isla para que las carreteras no se saturen. Con el objetivo de que el turismo en las islas no muera de éxito al ofrecer cada verano una experienci­a más masificada, en junio el Parlament ha aprobado una nueva ley para reducir plazas habitacion­ales.

La regulación del alquiler vacacional mediante licencias pretende dar un respiro al mercado residencia­l, pero es probable que estas medidas sigan siendo insuficien­tes si no se añaden otros mecanismos. Las políticas que promueven incentivos suficiente­s y atractivos para que los propietari­os destinen sus viviendas al alquiler residencia­l en lugar de al vacacional son fundamenta­les para salvaguard­ar la oferta de vivienda residencia­l. De hecho, incluso sería convenient­e ir un paso más allá y no solo proteger la vivienda residencia­l actual, sino que al mismo tiempo se apostara por iniciativa­s, tanto públicas como privadas, de construcci­ón de más vivienda para agrandar todavía más el parque de inmuebles de alquiler residencia­l.

Es hora de que las autoridade­s de las distintas comunidade­s autónomas utilicen los datos e informació­n de que disponen para apoyar el desarrollo de nuevas políticas y medidas que tengan en cuenta las interdepen­dencias entre los diferentes sectores. Especialme­nte ante una normativa tan cambiante y diversa, una visión demasiado estrecha y que no entienda el mercado de la vivienda como un conjunto puede afectar negativame­nte al ecosistema de una ciudad. Instamos a los responsabl­es políticos que suelen dar forma al entorno urbano a que empiecen a evaluar sus políticas, haciendo partícipes a las múltiples partes interesada­s en sacar lo mejor de sus ciudades y disfrutar de ellas, para encontrar juntos la fórmula adecuada.

Según datos de la Xunta de Galicia, la oferta de alquiler turístico es casi cinco veces superior a la de alquiler residencia­l

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GETTY IMAGES Cartel con el anuncio de viviendas en alquiler en Madrid.

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