Cinco Dias - Cinco Dias - Executive Excellence (ABC)
Una UE contra las cuerdas ante el reto migratorio
Entrevista con Juergen B. Donges.
El eslogan
America First se vende muy bien desde el punto de vista retórico, pero Donald Trump ha pasado de la teoría a la acción, y esto es algo muy peligroso
Corea del Sur, Hong Kong o Taiwan han demostrado que con un modelo de economía de mercado es posible prosperar internamente, independientemente de lo que pase en el resto del mundo. Lo adecuado y responsable es afrontar el reto de la imparable revolución digital, aparte de lo que nos depare la tecnología del blockchain en forma de oportunidades y riesgos, que todavía está por ver. Tras décadas promoviendo las virtudes de la globalización, el proteccionismo resurge con fuerza en diferentes lugares del mundo. El voto a favor del Brexit, la victoria de Donald Trump o el auge de los partidos populistas que defienden el el cierre de las fronteras son una clara muestra del descontento que reina en la población de las economías avanzadas. La implantación de estas políticas llega en un momento complicado para una Unión Europea cada vez más dividida a causa del problema migratorio, y con una economía que está perdiendo fuelle, según las previsiones de los organismos internacionales. La situación puede verse agravada por el descontrol de riesgos adicionales como una Italia a la deriva liderada por un gobierno populista y euroescéptico, una España que no acaba de definir su política económica, y una Alemania con una canciller cada vez más debilitada que prepara su salida de la política. Con la marcha de Angela Merkel, Europa se queda sin una de las principales impulsoras del proyecto comunitario -junto con Francia- por lo que es muy probable que las medidas enfocadas a favorecer la integración queden paralizadas. Así lo confirmó Juergen B. Donges, catedrático Emérito de Ciencias Económicas y Senior Research Fellow del Institute for Economic Policy de la Universidad de Colonia, durante una conversación con Executive Excellence tras su reciente intervención en la Fundación Rafael Rafael del Pino. INÉS ORIA: El pasado 6 de noviembre se celebraron elecciones legislativas en Estados Unidos. El Partido Demócrata recuperó el control de la Cámara de Representantes, pero no logró hacerse con el Senado. Llama la atención que dos años después de que Donald Trump fuera elegido presidente continúe cosechando el apoyo de las clases de ingresos medios y bajos, después de haber impulsado una rebaja de los impuestos que penaliza a la gran mayoría de sus seguidores, o tras atacar la reforma sanitaria impulsada por Barack Obama… ¿Cómo es posible que muchos sigan justificando la conducta y decisiones del presidente? JUERGEN B. DONGES: Los estadounidenses tienen una forma muy particular de entender la conducta de Donald Trump. En Europa no le consideramos un representante adecuado, no nos gusta su forma de actuar y no entendemos cómo continúa cosechando apoyos, pero lo cierto es que su popularidad es similar a la de otros presidentes del país a mitad de su mandato.
Las élites estadounidenses no le apoyan, pero para los ciudadanos de a pie, especialmente los que viven en las zonas rurales, Trump transmite lo que ellos consideran que debería ser Estados Unidos. Se trata de un país bastante introvertido que nunca se ha interesado demasiado por lo que pasaba de puertas para fuera, y así lo refleja el presidente. Esta forma de ser se ha reforzado en los últimos años por una situación económica negativa que ha sido caldo de cultivo para el resurgir del populismo, y Donald Trump encarna el populismo norteamericano puro. Lanza mensajes fáciles a los ciudadanos y ellos le creen a pies juntillas, porque consideran que es lo mejor para el país. Trump es un personaje del pueblo y, aunque en Europa nos sorprendan sus modales, se comporta como la mayoría de los ciudadanos.
Fue uno de los primeros políticos en comunicarse a través de
Twitter, y ahora lo hacen todos los representantes porque han entendido la fuerza que tiene esta plataforma. Es evidente que con dos frases no se soluciona un problema, pero se puede crear esperanza. Las elecciones legislativas han dejado claro que la sociedad se encuentra muy dividida, pero personalmente creo que Trump va a estar en la Casa Blanca durante bastante tiempo. I.O.: ¿Cree entonces que podría volver a ganar las presidenciales de 2020? J.B.D.: En Europa nos parece completamente imposible, pero a mi no me sorprendería en absoluto. En cierto modo los europeos pecamos de arrogantes, pensamos que es inadmisible que una persona así sea presidente de un país. Yo respeto profundamente las decisiones ciudadanas, y no me parecería apropiado criticar a los estadounidenses si lo vuelven a elegir, a pesar de no haber cumplido sus promesas electorales.
Los planteamientos proteccionistas constituyen un
serio peligro para los vínculos comerciales entre Estados Unidos y Europa, que siempre
han sido una importante fuente de crecimiento