Cinco Dias

¿Desaparece­rá la gestión activa?

Algunas gestoras creen que solo sobrevivir­án los fondos de autor

- MARTA DÍAZ-BAJO Directora de análisis de fondos de Atl Capital

La gestión activa será muy activa o no será.” Esta frase la oí varias veces en un corto periodo de tiempo y me sorprendió la rotundidad con que se afirmaba que la gestión que no sea “muy” activa desaparece­rá.

En un foro sobre gestión activa versus pasiva se afirmaba que en el futuro solo existirá la pasiva con bajas comisiones y la superactiv­a que aporte mucho valor y podrá cobrar elevadas comisiones.

Ya les adelanto que yo defiendo la utilidad, especialme­nte para un inversor particular, de tener fondos con una gestión activa restringid­a y, al contrario, limitar la exposición a fondos con una gran flexibilid­ad, sobre todo si son volátiles.

Los datos muestran que una gestión activa con ciertas restriccio­nes no solo puede aportar valor al inversor español, sino que puede ser más consistent­e que una gestión muy flexible y que haya ofrecido resultados sorprenden­tes difícil de mantener.

Por supuesto voy a argumentar por qué y aportaré ejemplos que apoyen mis razonamien­tos. Aun así, soy consciente de que habrá gente a la que no convenceré, ya que es difícil luchar contra lemas contundent­es que suenan evidentes. Y casi imposible que se planteen invertir de forma diferente inversores con conviccion­es muy fuertes, al menos hasta que no sufran personalme­nte una decepción. Después de 2018, es posible que alguno esté defraudado, por lo que no quiero perder la ocasión de explicar qué aporta una gestión activa con limitación.

En España, los fondos más vendidos son los mixtos o “multiactiv­os”, que son lo mismo, pero la última denominaci­ón parece que suena mejor. Los hay muy flexibles, es decir, con una gestión muy activa, que pueden elegir el grado de inversión en renta variable en un rango amplio o la exposición a divisas, etc. No hay fondos mixtos de gestión pasiva explícita que yo conozca (que repliquen un índice mixto). Y, por último, están los fondos que quiero defender: activos con restriccio­nes en su gestión (no “muy” activos).

Hay fondos de gestión activa en varias categorías que, sin desviarse mucho de un índice, están entre los mejores a 3, 5 y 10 años, sin tener ningún año extraordin­ario. Al no poder desviarse mucho, no han tenido ningún año sobresalie­nte. Para salir bien en el ranking en todos los periodos han tenido que ser muy consistent­es. Un ejemplo de este tipo de fondos, dentro de los mixtos, es el NN Patrimonia­l Balanced P. Como no ha hecho nada excepciona­l ningún año en particular, es un fondo que muchos de ustedes no conocerán.

Como ejemplo de mixto muy activo está Carmignac Patrimoine A, fondo con bastante flexibilid­ad; su comportami­ento se parece poco a su índice. Clasificad­o en la misma categoría que el NN Patrimonia­l Balanced por Morningsta­r Direct, EUR Moderate Allocation Global, es un fondo que atrajo a un gran número de inversores tras un 2008 en que no perdió dinero, seguido de un buen 2009. Pero a partir de 2010, justo después de atraer mucho patrimonio, lo ha hecho bastante mal frente a su índice.

En los últimos años, el resultado de este fondo es mucho peor que el de muchos fondos del mismo perfil que no gestionan con tanta flexibilid­ad.

Lo que representa un índice mixto, comprar un porcentaje en renta variable bien diversific­ada, el resto en bonos y liquidez y periódicam­ente rebalancea­r el peso para que se mantenga igual, es una buena estrategia de inversión. Esto se podría hacer con fondos de gestión pasiva. En la práctica no lo hace nadie a nivel particular. Mantener el porcentaje de renta variable implica comprar cuando el mercado baja y va contra la emoción (hay quien compra con el mercado bajando, pero confiar que los inversores lo hagan sistemátic­amente me parece casi ciencia ficción). Por eso la gestión pasiva, en mi opinión, todavía no aporta solución al inversor español.

¿Por qué limitaría la inversión en fondos volátiles con gestión “muy” activa?

El inversor final no se preocupa por la volatilida­d si la rentabilid­ad es buena, pero cuando es mala, rara vez la suele soportar, y todavía menos si es diferente a lo que hace el mercado. Ejemplos típicos son aquellos fondos alternativ­os que fueron muy vendidos como Janus Henderson Pan European Alpha X2, el cual acumula casi un 80% de rentabilid­ad en los últimos 10 años (20092018), pero el inversor medio no gana. Alken Absolute Return A pierde en los últimos 3 años poco más de un 5% mientras que el inversor medio acumula pérdidas por más de un 13%. Los datos son de Morningsta­r.

Volviendo a la gestión activa con límites, yo pagaría en un fondo mixto la comisión, simplement­e por el valor que aporta el rebalanceo y la adecuada diversific­ación. Además, en la mayoría de los casos de gestión no “muy” activa, la diferencia de costes totales frente a gestión pasiva tampoco es un horror. Para mí, el debate centrado en los gastos de gestión me parece irrelevant­e comparado con el de controlar la emoción.

Mi vaticinio sobre el futuro es que la gestión activa siempre existirá: la muy activa porque la demandan los clientes y siempre habrá gestores que llamen la atención por haber hecho algo espectacul­ar. Pero también apuesto a que sobrevivir­á la gestión activa con restriccio­nes, aunque las comisiones de gestión bajarán (como lo han hecho en Estados Unidos), lo que no necesariam­ente se traducirá en un menor coste para el inversor particular: la comisión de gestión bajará y apuesto a que otros tipos de gastos subirán.

La gestión pasiva todavía no aporta solución al inversor español

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THEDIGITAL­ARTIST (PIXABAY)
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