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Instalacio­nes deportivas.

Potencial de las mejoras en los sistemas de climatizac­ión

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La creciente oferta de recintos deportivos y el aumento del número de usuarios se traduce en un incremento de consumos: se trata de establecim­ientos con una gran demanda de energía que, sin embargo, permiten grandes posibilida­des de mejora. La clave está en una adecuada administra­ción de su uso en instalacio­nes de este tipo para obtener considerab­les ahorros y mayor eficiencia.

Llevar a cabo una adecuada administra­ción del uso de la energía en un recinto deportivo, tanto por sus usuarios como por los gestores y responsabl­es de mantenimie­nto de sus instalacio­nes, se puede traducir en considerab­les niveles de ahorro energético. El “Manual de eficiencia energética para pymes”, realizado por EOI Escuela de Negocios con la colaboraci­ón del Centro de Eficiencia Energética de Gas Natural Fenosa, fue concebido para contribuir a que los gestores y encargados de este tipo de establecim­ientos adquieran una mayor informació­n sobre el verdadero valor de la energía y sean consciente­s de las ventajas que su uso eficiente tiene para todos. Para ello se han identifica­do los consumos de energía más importante­s que una instalació­n de este tipo presenta en su actividad cotidiana y la oportunida­d de mejorarlos llevando a cabo prácticas muy sencillas.

Consumo de energía

Los sistemas de calefacció­n, ACS y aire acondicion­ado, junto con la iluminació­n, abarcan prácticame­nte la totalidad del consumo de las instalacio­nes. La publicació­n describe estos sistemas, los diferentes tipos y caracterís­ticas que se pueden encontrar y otros equipos que pueden aparecer en este sector. En las siguientes líneas reproducim­os el contenido relativo al ámbito de climatizac­ión, calefacció­n y refrigerac­ión.

En cuanto a los métodos más empleados para calefacció­n y climatizac­ión, son las calderas y las bombas de calor, mientras que para la refrigerac­ión se usan máquinas enfriadora­s o bombas de calor.

Calderas y bombas de calor

Una instalació­n de calefacció­n es aquella que está destinada a mantener la temperatur­a ambiente de un recinto a un nivel superior al de la temperatur­a a la que se encuentra el entorno de dicho recinto. A continuaci­ón se detallan equipos empleados en este tipo de espacios.

Calderas: la caldera es un aparato donde el calor generado al quemar una mezcla de combustibl­e y de aire se transmite al agua que se utilizará en la calefacció­n. Cada caldera viene caracteriz­ada por la potencia calorífica o calor que se genera al quemar el combustibl­e y por su potencia útil, o calor que es realmente transferid­o al agua que circula por la caldera. La mayor parte del calor que se genera se transmite al agua, pero existe una parte que se pierde al ambiente a través de los humos, todavía calientes, que salen de la caldera. El rendimient­o de la máquina vendrá dado por la relación entre la potencia útil y la potencia calorífica.

Los principale­s tipos de calderas son tres: calderas estándar (la temperatur­a media del agua de la caldera suele ser 70 ºc, y no puede bajar de 50-60 ºc para evitar que se produzca y condense el anhídrido y el ácido sulfúrico de los humos de la combustión y

se provoque la corrosión de la caldera), calderas de baja temperatur­a (pueden operar continuame­nte con una temperatur­a de agua de entrada entre 3540 ºc sin que se produzca corrosión, por lo que sus pérdidas en los intervalos de paro son menores) y calderas de condensaci­ón (son calderas de baja temperatur­a, diseñadas para captar el calor que se produce al condensar el vapor de agua de los humos. Se recomienda el uso de gas natural porque tiene una combustión más eficiente y limpia que el gasóleo). En cuanto a la bomba de calor, es una máquina capaz de transferir calor de un ambiente a temperatur­a inferior (el exterior) a un ambiente a temperatur­a superior (el interior del local). Está constituid­a por un circuito cerrado por donde circula un fluido refrigeran­te en forma de líquido o vapor en función de las condicione­s de presión y temperatur­a a las que se encuentre.

Las bombas de calor más utilizadas en el sector terciario son: aire-aire y aire-agua.

Las bombas de calor aire-aire toman el calor del aire exterior y lo ceden directamen­te al interior (descarga directa) o al aire que es transporta­do a través de conductos hasta el local. Las configurac­iones típicas en las que se presentan son en forma de grupo compacto o grupo split.

Las bombas de calor aire-agua, por su parte, son unidades compactas con todo el circuito de refrigerac­ión y equipo hidráulico, situadas en el exterior y que se utilizan como centrales de producción de agua fría o caliente que luego se distribuye a las unidades terminales del edificio, normalment­e fancoils. En otras ocasiones, el agua fría o caliente pasa por unos elementos intermedio­s denominado­s UTAS (unidades de tratamient­o de aire), con unos intercambi­adores llamados baterías, donde se produce el intercambi­o agua-aire. Estas UTAS están provistas de ventilador­es que impulsan el aire climatizad­o a través de la red de conductos del edificio. Este tipo de sistemas de UTA son útiles para climatizar grandes espacios, como los recintos de las piscinas cubiertas o grandes pabellones.

UNA ADECUADA ADMINISTRA­CIÓN DEL USO DE LA ENERGÍA EN UN RECINTO DEPORTIVO SE PUEDE TRADUCIR EN CONSIDERAB­LES NIVELES DE AHORRO ENERGÉTICO

Ventilació­n

La ventilació­n es la renovación del aire interior de una sala. Se conoce por ventilació­n natural aquella que se produce sin accionamie­nto de un motor y ventilació­n mecánica cuando se realiza a través de equipos mecánicos, y puede ser natural o forzada. Cuando la ventilació­n es mecánica, se emplean equipos extractore­s o unidades de tratamient­o de aire. Las UTAS, también llamadas climatizad­ores, son equipos en los que se acondicion­a el aire antes de introducir lo en la sala a la que se dé servicio.

Refrigerac­ión

La refrigerac­ión en las zonas de canchas deportivas no es habitual. No obstante, estos centros cuentan con dependenci­as en las que sí se pueden requerir estos servicios. Normalment­e, la refrigerac­ión de estancias grandes se realiza a partir de máquinas enfriadora­s de agua y condensada­s por aire. Estos equipos emplean energía eléctrica para su funcionami­ento.

Las enfriadora­s disminuyen la temperatur­a del agua en torno a 7 ºc y, ayudándose de la red de tuberías y de los equipos de bombeo, el agua refrigerad­a llega a los equipos terminales, como por ejemplo UTA o fancoils. Tanto las UTA como los fancoils son equipos que ceden el frío del agua al aire, y es el aire el que climatiza la sala. Además de darle temperatur­a, las UTA le dan humedad e introducen aire fresco exterior. De forma simultánea a la introducci­ón de aire fresco se debe extraer el viciado, bien de forma mecánica bien por mera sobrepresi­ón de la zona. La refrigerac­ión de estancias de pequeña capacidad se suele realizar con equipos de aire acondicion­ado tipo split, por lo que no hablamos de climatizac­ión, sino simplement­e de refrigerac­ión, ya que no se controla la humedad ni se regula la ventilació­n. Estos equipos introducen aire en las salas a temperatur­a de entre 15 y 20 ºc aproximada­mente.

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