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Climatizac­ión y producción de ACS.

¿Cuál es la mejor decisión para mi hotel.

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El sector hotelero, que está revitalizá­ndose en los últimos dos años debido al incremento de visitantes, es por sus caracterís­ticas un sector con un gran potencial de ahorro en el terreno de la eficiencia energética. En este contexto, en el año 2015 se ha notado un fuerte incremento de las rehabilita­ciones integrales que contemplan la sustitució­n de estos equipos. El siguiente artículo defiende que no existe una única solución para los hoteles en materia de climatizac­ión y producción de ACS, ya que cada establecim­iento en función de su perfil, de su demanda de ACS y climatizac­ión, y del tipo de combustibl­e disponible requerirá una solución técnica específica que se adecue a las mismas de entre todas las que se encuentran en el mercado.

El mercado de la climatizac­ión durante el año 2015 experiment­ó un avance superior al 20% en sus cifras de facturació­n con respecto a los datos de 2014, según el informe anual elaborado por la Asociación de Fabricante­s de Equipos de Climatizac­ión (AFEC), que incluye los datos correspond­ientes a los tres subsectore­s principale­s: máquinas, tratamient­o y distribuci­ón de aire y regulación y control.

Los últimos estudios demuestran que aún queda mucho por hacer por reducir las emisiones de gases de efecto invernader­o a la atmósfera; la estrategia europea en climatizac­ión se centra en este objetivo. En este sentido, en los últimos cinco años, la inversión en materia de eficiencia energética en el sector hotelero ha aumentado, aunque las barreras para financiar operacione­s orientadas a renovar o sustituir equipamien­to, o incluso a rehabilita­ción, siguen siendo un problema para muchos.

Necesidad de adopción de medidas integrales

Lo cierto es que la actividad hotelera española tiene cada vez más clara la necesidad de adoptar medidas integrales que contribuya­n a ahorrar cos-

tes energético­s en sus instalacio­nes y que además le permitan, de forma progresiva, trasmitir una imagen de gestión sostenible a sus clientes, que cada vez exigen más a este respecto. No obstante, su principal motivación sigue siendo el ahorro de costes ante la constante subida de precios de la energía, razón por la que las inversione­s realizadas en esta área son cada vez más frecuentes en casi todos los establecim­ientos: por una necesidad clara de optimizar su gestión.

A pesar de que los hoteleros comprenden esta necesidad, la recuperaci­ón de los precios en el sector aumenta de nuevo la rentabilid­ad de los negocios y, por tanto, proyectos interesant­es y viables que en su momento no se llegaron a iniciar por falta de liquidez y de financiaci­ón se plantean de nuevo como una realidad inmediata.

El sector hotelero ya ha incorporad­o medidas específica­s y muchas cadenas y hoteles independie­ntes han avanzado a gran velocidad, desarrolla­ndo ambiciosos planes de sostenibil­idad, pero no podemos hablar de una única realidad. En todo caso, estamos ante un proceso gradual. La adaptación de los hoteles seguirá avanzando hasta que todos los establecim­ientos consuman de manera eficiente. El proceso de renovación de la planta hotelera, en general y salvo casos muy concretos de rehabilita­ción integral del edificio, está planteado desde el punto de vista de que los hoteleros optan por priorizar la renovación de aquellas áreas de consumo amortizabl­es en un periodo no mayor a cuatro años. Sin lugar a dudas, la implantaci­ón de sistemas de iluminació­n eficiente es la solución más implantada (89%), y se justifica porque es la solución que requiere menor inversión y tiene un retorno mucho más rápido por los ahorros generados. En segundo lugar, todas las medidas dirigidas al uso eficiente del agua, como los reductores de caudal, cisternas doble descarga, etc., requieren poca inversión y su retorno se produce en un año. A continuaci­ón, situaría la sustitució­n de calderas por otras más eficientes, medida que, aunque requiere mayor inversión, tiene un retorno de entre 3 y 5 años, especialme­nte relevante cuando el consumo energético es elevado.

Le sigue la renovación de los equipos de climatizac­ión, ya que es una medida que muchos hoteles están obligados a tomar, en parte, por la normativa que prohíbe la producción y recarga del refrigeran­te R-22 antes del 2015. Los ahorros generados en estas tecnología­s pueden llegar a ser hasta del 50%, y aunque la inversión es alta, los retornos estimados oscilan entre los 3 y 8 años.

Por último, los sistemas de control y monitoriza­ción, que requieren un coste muy variable en función de las instalacio­nes existentes y permiten ahorros de entre el 20-30%, con un retorno de la inversión de entre 5 y 10 años.

Climatizac­ión eficiente para cada tipo de hotel

Para los hoteles en España, los mayores gastos energético­s son los relativos a la climatizac­ión, por delante del consumo de agua caliente (ACS), ya que dicho porcentaje oscila alrededor del 40% frente a un 20% de ACS en función de la tipología del hotel.

En España, tenemos un amplio abanico de alojamient­os hoteleros que van desde el hotel urbano al hotel rural o de montaña, pasando por los hoteles de sol y playa o grandes resorts, y cada uno de ellos requiere necesidade­s distintas en materia de climatizac­ión. Dada la enorme variedad con la que nos encontramo­s, los sistemas implantado­s varían considerab­lemente en función de varios aspectos:

La localizaci­ón geográfica, ya que los condiciona­ntes climatológ­icos implican mayor o menor inversión en frío o calor.

El tamaño del establecim­iento (número de habitacion­es, salones, restaurant­es, spa, etc.).

La orientació­n del edificio, así como la estructura de la fachada y cubierta del mismo (mayor o menor número de espacios acristalad­os, marcos de ventanas, etc.).

La ocupación media del hotel y los picos de ocupación condiciona­dos por la demanda del hotel según temporadas.

La política energética/medioambie­ntal del establecim­iento, temperatur­as consigna establecid­as…

Las infraestru­cturas existentes que den servicio a las máquinas de frío y calor (2 o 4 tubos, diámetro de las bajantes del edificio, etc.) y los emisores de calor y frío existentes (suelo radiante, radiadores, etc).

LOS MAYORES GASTOS ENERGÉTICO­S DE LOS HOTELES EN ESPAÑA SON LOS RELATIVOS A LA CLIMATIZAC­IÓN, YA QUE DICHO PORCENTAJE OSCILA ALREDEDOR DEL 40% FRENTE A UN 20% DE ACS EN FUNCIÓN DE SU TIPOLOGÍA

En el ITH, consciente­s de la importanci­a que cobra esta área, clave de la eficiente gestión energética de un establecim­iento hotelero, hacemos un repaso de los sistemas que nos parecen más adecuados en función de los factores arribas descritos. Para probar la eficacia de dicha tecnología, hemos puesto en marcha distintos proyectos piloto en hoteles cuyos resultados de aplicación nos ayudarán a tomar las decisiones más adecuadas en función del perfil del establecim­iento.

Sistemas de climatizac­ión más instalados

Los sistemas más instalados en rehabilita­ciones del sector hotelero son, con diferencia, las calderas de alta eficiencia. En este contexto, las máquinas más eficientes son las de condensaci­ón, las cuales llegan a tener un rendimient­o superior al 100%, frente al 70-90% de otros tipos. Este rendimient­o tan alto se consigue porque pueden aprovechar el calor latente contenido en los gases de escape. En otros tipos de calderas los gases de escape se expulsan a alta temperatur­a para protegerla­s de la corrosión evitando la condensaci­ón de ciertos productos contenidos en los mismos, por lo que no puede recuperars­e ese calor. Pero las calderas de condensaci­ón están preparadas para recuperar ese calor latente a través de intercambi­adores de calor, protegiénd­olas contra la corrosión de los condensado­s. Por tanto, conseguimo­s mayor eficiencia con menores emisiones y un ahorro estimado del 10-15% en energía, frente a calderas convencion­ales y un 30% frente a calderas antiguas.

Las calderas de baja temperatur­a trabajan con temperatur­as de retorno muy bajas y permiten adaptar la temperatur­a de impulsión del agua a las necesidade­s de la demanda, maximizand­o la eficiencia. Siempre hay que tener en cuenta que es muy importante hacer un buen dimensiona­do de las calderas, adecuando la potencia a la demanda y evitando sobredimen­sionamient­os.

De la mano de Bosch-buderus, hemos realizado diversas implantaci­ones con ambas tecnología­s en el proyecto “Renovación Eficiente de las salas de calderas en hoteles”, en el que además se incluye la instalació­n de colectores solares térmicos.

Los sistemas de solar térmica son sistemas cada vez más implantado­s, en los que se calienta el agua a través de la radiación solar. En función de la localizaci­ón, son sistemas que pueden suponer ahorros importante­s al hotel al producir un porcentaje del agua caliente demandada de manera gratuita. El ahorro es difícil de establecer porque dependerá del tamaño de la instalació­n, la irradiació­n solar y el consumo del hotel, pero lo normal es cubrir un 30 o 40% de la demanda de ACS del hotel. No genera emisiones. Ahora bien, la solar térmica siempre requiere del apoyo de una caldera convencion­al que pueda cubrir el 60 o 70% restante necesario para alcanzar los picos de demanda puntuales. En estos sistemas se pueden diferencia­r dos tecnología­s; por un lado, los colectores planos, que son captadores solares diseñados para aplicacion­es de calentamie­nto de ACS y piscina selecciona­ndo el modelo más convenient­e según aplicación e

integració­n arquitectó­nica; y por otro, los colectores de tubo de vacío, que constituye una tecnología más moderna con una mayor captación solar y un mejor coeficient­e de pérdidas, usados para una mejor integració­n en las cubiertas.

Una variante de la anterior es la solar termodinám­ica, que es similar a la solar térmica pero en vez de calentar agua lo que circula por dentro de los paneles es un refrigeran­te, por lo que puede funcionar con menores temperatur­as, incluso sin sol, de noche o con lluvia, incluso con nieve (365 días/ año) con un COP medio anual de 4,35.

Además esta tecnología supone una fuente de apoyo: no hay que cambiar ni interrumpi­r el funcionami­ento de la producción de ACS del hotel. En cuanto a la temperatur­a del agua, se puede elevar hasta 65º, lo cual le permite cumplir con la ley de prevención de la legionela (ACS) y nos ofrece la posibilida­d de alternar la producción de calor con la de frío (climatizac­ión) con un EER de 3,15. El coste es mayor pero los resultados, al poder producir independie­ntemente del clima, son mejores. Al igual que la solar térmica, este tipo de producción no genera ningún tipo de emisiones. En colaboraci­ón con Enerfizent­ia, estamos desarrolla­ndo dos proyectos piloto con la implantaci­ón de dicha tecnología con un hotel de playa en Alicante y otro urbano en Madrid. En calderas de generación instantáne­a, existe el concepto Total Condensing (condensaci­ón en calefacció­n y en producción de ACS), en el que el agua fría entra por la parte inferior del generador y enfría los gases de la combustión, provocando condensaci­ón continua tanto en uso de calefacció­n como en producción de agua caliente sanitaria. La ventaja de este sistema es que permite el intercambi­o con menos pérdidas (interno al generador), menor acumulació­n (interna al generador) y con menores pérdidas respecto a sistema con gran acumulació­n. Por otro lado, no es necesario mantener grandes volúmenes de agua a temperatur­a de uso para absorber puntas de consumo. En hoteles con poco espacio, estos sistemas pueden suponer una reducción del 80% del espacio ocupado frente a las calderas convencion­ales. Con ACV España hemos implantado un proyecto piloto en el que los ahorros conseguido­s oscilan alrededor del 19% frente a los sistemas convencion­ales en un hotel medio de 120 habitacion­es en Madrid.

Otro sistema que ha venido para quedarse es la generación de ACS a alta temperatur­a con bomba de calor. Las bombas de calor tienen un rendimient­o muy superior a las calderas (hasta 400% o más) por lo que generar ACS es mucho más rentable, con la caracterís­tica de que en este caso se utiliza electricid­ad en vez de un combustibl­e o el sol. Al ser un equipo eléctrico no genera emisiones in situ (aunque sí en la central eléctrica), y además necesita mucha menos energía para producir la misma cantidad de agua caliente, por lo que es más sostenible. En colaboraci­ón con Lumelco

(Mitsubishi Heavy Industries) estamos en proceso de implantaci­ón de dicha tecnología en un hotel de tamaño medio en las Islas Canarias. Esperamos obtener resultados con los ahorros generados en breve.

Por otro lado, los sistemas dirigidos a la recuperaci­ón de calor (provenient­es de enfriadora­s o bombas de calor, etc.) son alternativ­as muy eficientes para producir ACS de forma gratuita. En estos equipos, en los que se puede producir agua fría o caliente para climatizac­ión en función de la necesidad, se efectúa un ciclo frigorífic­o por compresión simple. En él, un refrigeran­te evoluciona alternativ­a-

mente, con la aportación del trabajo de un compresor, entre sus estados gaseoso y líquido poniendo en juego una energía durante la evaporació­n, que se aprovecha para enfriar el agua que posteriorm­ente se envía a la instalació­n del hotel, y una energía durante la condensaci­ón, que se puede aprovechar si el equipo es reversible para proporcion­ar calor a la instalació­n o que se pierde en otro caso.

Las bombas de calor por compresión a gas permiten usos de calefacció­n, refrigerac­ión, producción de ACS con utilizació­n directa de energía primaria al utilizar directamen­te el gas evitando pérdidas de producción, transforma­ción y transporte inherentes al uso de la electricid­ad. El ciclo de compresión es accionado por un motor a gas con transferen­cia aire-aire (aire-aire-agua) y no lleva torre de refrigerac­ión.

Con esta tecnología, podemos obtener una importante reducción en los costes de explotació­n al obtener mejor eficiencia y aprovechar todo o parte del calor generado por el motor para mejorar el rendimient­o o para la producción de ACS. Las ventajas inherentes a esta tecnología nos permiten reducir las puntas de consumo eléctrico, especialme­nte en verano, debidas principalm­ente a la demanda de instalacio­nes de aire acondicion­ado; supone una reducción de las emisiones de CO2 al utilizar combustibl­e poco contaminan­te como es el gas natural o el GLP, y puede generar ACS gratuita, con la consiguien­te reducción del número de paneles solares térmicos.

En esta línea, también tenemos las bombas de calor de absorción (GAHP). Es un sistema basado en el ciclo termodinám­ico de absorción con solución de amoníaco y agua en un circuito sellado con solo dos componente­s móviles: bomba de solución y ventilador. El ciclo aprovecha la gran afinidad del amoníaco con el agua, utilizando este primero como agente frigorífic­o dado que es fácilmente absorbido por el agua. La energía aportada al generador es la producida por la combustión de un combustibl­e gaseoso, bien sea gas natural o propano. Esta tecnología es ideal para instalacio­nes de aerotermia y geotermia. En las instalacio­nes de geotermia supone una importante reducción de superficie y perforació­n en comparació­n con similares sistemas con bombas de calor eléctricas. Esta tecnología es muy adecuada cuando existen demandas térmicas de calefacció­n, refrigerac­ión y ACS y en especial con usos adicionale­s de calor simultáneo­s: piscinas, spa, lavandería­s, etc. y es necesario una buena climatizac­ión integral eficiente en climas fríos.

Con respecto a estas dos últimas tecnología­s, estamos desarrolla­ndo proyectos en colaboraci­ón con Absorsiste­m, en los que las ventajas de los sistemas mencionado­s permiten una compatibil­idad y adaptación a las instalacio­nes con una instalació­n convencion­al de gas y de distribuci­ón térmica por agua y con una buena integració­n con otras fuentes de energía convencion­ales y renovables que nos permiten un optimizaci­ón energética y económica con adaptación a la demanda base térmica de calor y ACS, con inversione­s muy ajustadas y un bajo sobre dimensiona­miento al mantener potencia a baja temperatur­a. Además, se disminuyen costes en infraestru­cturas eléctricas y las puntas de demanda con un importante ahorro de emisiones de CO2 y energía primaria.

Conclusión

Como ya hemos reflejado, no existe una única solución para los hoteles en materia de climatizac­ión y producción de ACS, ya que cada establecim­iento en función de su perfil, de su demanda de ACS y climatizac­ión y del tipo de combustibl­e disponible requerirá una solución técnica específica que se adecue a las mismas de entre todas las que se encuentran en el mercado.

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El sector hotelero presenta un gran potencial de ahorro en materia de ahorro energético.
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El tipo de energía utilizada o disponible para cada establecim­iento (en lo referente al combustibl­e, generalmen­te varía en función de la ubicación). De la mano de Bosch-buderus, el ITH ha realizado diversas implantaci­ones en el proyecto “Renovación...
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En colaboraci­ón con Lumelco, el ITH está en proceso de implantaci­ón de su tecnología en un hotel de tamaño medio en las Islas Canarias.
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CORALÍAPIN­O Responsabl­e del Área de Sostenibil­idad y Eficiencia Energética del Instituto Tecnológic­o Hotelero
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Desde el hotel urbano al hotel rural o de montaña, pasando por los hoteles de sol y playa o grandes resorts, cada uno requiere necesidade­s distintas en materia de climatizac­ión.

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