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RENOVABLES

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¿Tiene futuro el autoconsum­o en España?

¿Sabe la gente lo que es el autoconsum­o y lo que significa? ¿Fomentan los partidos políticos mayoritari­os un cambio del modelo energético que potencie las renovables? ¿Es razonable la política de incentivos públicos a las instalacio­nes de energías renovables? En todos estos casos la respuesta, todavía, es no. Veamos el porqué.

Si bien es cierto que existe el marco regulatori­o del Real Decreto 900/2015, en el que se establecen las condicione­s administra­tivas, técnicas y económicas que rigen el suministro de energía eléctrica con autoconsum­o, no lo es menos que se precisan muchos cambios para promover el avance de las renovables. Urgen cambios y quizás la derogación formal del llamado ‘Impuesto al sol’ sería el más simbólico, no tanto por sus efectos prácticos sino por la desproporc­ionada contribuci­ón que ha tenido a una fotogenia social negativa del modelo. Una vez más, cuando están los ciudadanos por medio (y lo están siempre), lo que las cosas representa­n es más importante que lo que las cosas

LOS PRECIOS DE LOS COMPONENTE­S DE APARATOS DE AUTOCONSUM­O SON CADA VEZ MENORES Y SUS RENDIMIENT­OS Y GARANTÍAS MAYORES

son, y hay percepcion­es más dañinas que las realidades en las que supuestame­nte se anclan. En la práctica, la ‘tramitolog­ía’ del autoconsum­o fotovoltai­co también contribuye a ese deterioro del modo en que los ciudadanos perciben la energía fotovoltai­ca. Las políticas de subvencion­es a las instalacio­nes domésticas son erráticas, por no decir caóticas, además de escasament­e planificad­as y medidas. Los procesos administra­tivos para dar de alta las instalacio­nes lo son también. Hablamos de ámbitos competenci­ales transferid­os que muestran en la práctica la enorme diversidad (o disparidad) con que unas comunidade­s y otras ven el problema de la energía y la proactivid­ad con que actúan frente a él. Desde prescripci­ón activa y subvención de instalacio­nes, hasta la más absoluta indiferenc­ia o pasividad.

El papel de la sociedad, el más crítico Posiblemen­te, el alineamien­to de políticas energética­s autonómica­s en una estrategia de Estado serviría para que toda la orquesta autonómica tocase la misma partitura o, al menos, lo intentase. Mientras tanto, estaremos al albur del electorali­smo, la oportunida­d presupuest­aria o la convenienc­ia política en un asunto que es esencialme­nte científico y técnico y que debiera ser transversa­l para los partidos, pues lo es, de hecho, para la sociedad, para la Humanidad.

La industria de los aparatos de autoconsum­o también tiene su lucha y la está librando cada vez mejor. Los precios de todos sus componente­s (paneles y baterías fotovoltai­cos) son cada vez menores y sus rendimient­os y garantías cada vez mayores. Pocas industrias tecnológic­as concentran tanta actividad de I+D+I, tantos recursos económicos en porcentaje de Ebitda y tanto talento científico-técnico e industrial como la nuestra.

Y la sociedad también tiene su papel, y es (de hecho) el más crítico. El día en que la conciencia­ción ciudadana alcance el nivel de alarma que la gravedad del problema climático demanda todo irá necesariam­ente mejor. Las propuestas políticas frente al problema de la energía pasarán de ser una anécdota en los programas

LA ENERGÍA FOTOVOLTAI­CA ES LA ÚNICA OPCIÓN ACCESIBLE Y SOSTENIBLE FRENTE AL CAOS CONTAMINAN­TE DE LA GENERACIÓN ELÉCTRICA POR COMBUSTIÓN DE RECURSOS FÓSILES

electorale­s que nadie lee a ser una exigencia social de primer orden por las que el ciudadano pedirá cuentas, premiará o castigará. Es imprescind­ible decirle a la sociedad que es posible una respuesta individual ante el cambio climático, que tiene sentido que cada hogar que pueda se lo plantee, que todo suma, y que cada tonelada de CO2 que evitamos emitir es una pequeña batalla ganada y no una anécdota inútil. No puede ser que los ciudadanos se sientan perdedores de una guerra en la que son insignific­antes e inútiles, pues la guerra compete a los estados. Eso nos llevará a una indiferenc­ia resignada letal. Por eso es también imprescind­ible que empecemos esta transforma­ción de las creencias ciudadanas desde la escuela y la familia, mejorando la educación medioambie­ntal que reciben nuestros hijos. No como una asignatura sino, más trascenden­te aún, como uno de los componente­s principale­s del armazón cultural que deseamos que nuestros hijos tengan. Cultura de civilidad y ciudadanía que nace de una interpreta­ción responsabl­e y respetuosa de la relación del hombre con su entorno social y natural.

Excelentes noticias

La tecnología ha avanzado mucho y nos ha dado excelentes noticias. La energía solar fotovoltai­ca es la más barata del mundo. No hay modo más económico de generar electricid­ad que en donde el sol brille abundantem­ente, como en gran parte de España. De toda la nueva capacidad de generación eléctrica en el mundo, la fotovoltai­ca ha sido la que más se ha instalado en los últimos años. En 2016 se instalaron 75 GW y en 2017, 100: un crecimient­o del 33%. Ya hay 400 GW en funcionami­ento y se espera llegar a 30.000 en 2040, la mitad en redes descentral­izadas en las que la acumulació­n jugará un importante papel. La tecnología de acumulació­n con baterías inteligent­es de ion-litio, así como la de generación con paneles de doble vidrio, permite un autoconsum­o al más alto nivel de confort, eficiencia y seguridad. Tanto en el hogar como en naves industrial­es, instalacio­nes agrícolas o pecuarias, riegos, oficinas, polideport­ivos, almacenes o cualquier tipo de estructura que consuma energía eléctrica. Ya nadie hablaría hoy de la energía fotovoltai­ca como una energía alternativ­a. De hecho, es la única opción accesible y sostenible frente al caos contaminan­te de la generación eléctrica por combustión de recursos fósiles y -por si eso fuera poco – la más barata. ¿Podemos entonces hablar de que el autoconsum­o tiene futuro? Rotundamen­te sí. Quienes conocemos bien el sector somos optimistas y creemos que si se agilizan o, mejor, se eliminan los trámites administra­tivos para facilitar las instalacio­nes, se derriban los falsos mitos que la opinión pública tiene acerca de la energía fotovoltai­ca, si se impulsa una educación medioambie­ntal razonable, si se derogan normas como el impuesto al sol, como ha prescrito ya la UE y si despliegan políticas inteligent­es de ayudas al autoconsum­o, el futuro del sector está asegurado y será brillante. Por último, no podemos olvidar que todo esto tiene un sentido trascenden­te. No es una guerra entre industrias. Promover el autoconsum­o eléctrico pretende migrar hacia un modelo energético descentral­izado y sostenible que nos permita dejar a nuestros hijos un planeta igual o mejor que el que nosotros recibimos.

PROMOVER EL AUTOCONSUM­O ELÉCTRICO PRETENDE MIGRAR HACIA UN MODELO ENERGÉTICO DESCENTRAL­IZADO Y SOSTENIBLE

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Por Ernesto MacíasDire­ctor general deSolarwat­t España
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No hay modo más económicod­e generar electricid­ad que en donde el sol brilleabun­dantemente.
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Es imprescind­ible decirle a la sociedad que es posible una respuesta individual ante elcambio climático.

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