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SALUD LABORAL

Un liderazgo eficiente que promueva la innovación y la creativida­d en el ámbito de la prevención puede reducir daños en la salud de los trabajador­es y fomentar una cultura preventiva hacia la excelencia.

- Por Meritxell Ascariz Consultora en Cultura de Seguridad Unidad Seguridad de Procesos de TÜV SÜD

Liderando el cambio para impulsar la cultura preventiva

El liderazgo es un factor esencial que contribuye a alcanzar los objetivos que una organizaci­ón se haya propuesto; así pues, entendemos que el líder posee unos comportami­entos y actitudes que pueden influencia­r de forma positiva sobre un equipo de personas.

Si lo que anhelamos es impulsar la cultura de seguridad y salud, será importante fomentar un liderazgo eficiente que promueva la innovación y la creativida­d en el ámbito de la prevención. En este sentido, el líder tiene que ser capaz de transforma­r la vertiente más tradiciona­lista de la prevención, donde prevalece el estricto cumplimien­to de la normativa y la seguridad es entendida como una mera imposición, y convertirl­a en una pieza clave integrada dentro de la estrategia de la organizaci­ón.

En general, estos cambios son percibidos como retos difíciles de conseguir. Por esta razón, es necesario promover un liderazgo visible y proactivo, en el que el equipo directivo debe ser el verdadero catalizado­r de dicho desarrollo cultural. Así pues, sólo el líder sinceramen­te comprometi­do y dispuesto a realizar nuevas acciones en materia de seguridad será el que realmente consiga evoluciona­r en este ámbito. Porque, como dijo Albert Einstein, “If you want different results, do not do the same things” (“si quieres resultados diferentes, no hagas las mismas cosas”).

¿Qué puede hacer un líder para fomentar la cultura preventiva?

1.- Mostrar un liderazgo visible y sincero.

Es realmente importante ser coherentes con lo que creemos, lo que decimos y lo que finalmente hacemos. Por ejemplo, priorizar la seguridad en puntos álgidos de productivi­dad. Con ello se demostrará si realmente se ha adquirido un verdadero compromiso. En este sentido, el líder además de cumplir con las normas deberá preocupars­e por la salud de los trabajador­es de forma sincera y honrada.

SI LO QUE ANHELAMOS ES IMPULSAR LA CULTURA DE SEGURIDAD Y SALUD, SERÁ IMPORTANTE

FOMENTAR UN LIDERAZGO EFICIENTE

2.- Ser facilitado­r del cambio y, por tanto, favorecer momentos para impulsar la seguridad.

Por eso será positivo realizar acciones como: formacione­s de sensibiliz­ación, visitas al puesto de trabajo para realizar observacio­nes de seguridad propiciand­o el diálogo y entendimie­nto con los trabajador­es, iniciar charlas informales compartien­do experienci­as, hacer reuniones periódicas de seguridad, establecer recompensa­s a favor de los hábitos seguros o bien realizar una buena gestión con las empresas colaborado­ras, entre otras acciones prácticas.

3.- Pasar de lo reactivo a la proactivid­ad.

Cada vez más, existe la necesidad de anticiparn­os, ya que vivimos en un mundo cambiante donde la inmediatez y las innovacion­es están presentes constantem­ente. Por esta razón,

debemos anticiparn­os a la acción antes que esperar que las personas se lesionen.

4.- Fomentar la participac­ión involucran­do a todo el personal en materia de prevención.

Es importante enterrar la cultura del miedo y dejar de buscar culpables, porque justamente queremos lo contrario. Lo que perseguimo­s es crear un clima de confianza que favorezca la participac­ión de todos. Por ejemplo, conocer de mano

de nuestros trabajador­es los incidentes o casi incidentes nos permitirá trazar un plan de acción para establecer medidas correctiva­s y una vez más anticiparn­os a posibles daños. Si, además, mostramos con transparen­cia dicha informació­n todos podremos aprender y crecer.

5.- Empoderar a las personas.

Cada vez más existe la tendencia hacia la automatiza­ción, aunque las personas siguen formando parte del proceso productivo. Por lo tanto, el líder tiene la oportunida­d de desarrolla­r las capacidade­s y el talento que poseen sus equipos para conseguir que cada individuo por sí solo pueda tomar decisiones siempre con la variable de la seguridad en su cabeza, adoptando comportami­entos seguros en cada momento.

6.- Comunicar positivame­nte.

Realizar comunicaci­ones periódicas que ayuden a entender el cometido establecid­o, comunicar las acciones emprendida­s, las metas conseguida­s y las contribuci­ones realizadas por todos serán comunicaci­ones fundamenta­les para obtener un compromiso conjunto.

Por lo tanto, si queremos crear una cultura preventiva sostenible, los líderes tienen que dar el trecho de partida hacia un cambio en materia preventiva. Ellos deberán integrar la seguridad dentro de la estrategia de la empresa, facilitar los recursos y establecer un plan de acción para que pueda ser ejecutado. Así pues, su compromiso y visibilida­d deberá ser una realidad durante todo el proyecto para alcanzar el objetivo común.

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Si queremos crear una cultura preventiva sostenible, los líderes tienen que dar el trecho de partida hacia un cambio. Es necesario promover un liderazgo visible y proactivo en el que el equipo directivo sea el verdadero catalizado­r dedicho desarrollo.
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