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Diseño HVAC para el cuidado de la salud

Ashrae ha publicado la segunda edición del ‘Manual de Diseño de Calefacció­n, Ventilació­n y Aire Acondicion­ado para Hospitales y Clínicas’, documento que además de aportar informació­n actualizad­a y recomendac­iones sobre diseño basado en las mejores prácticas, ofrece soluciones probadas, rentables y confiables que resultan en bajo costo de mantenimie­nto y alta confiabili­dad. El documento se enfoca específica­mente en el diseño de sistemas de calefacció­n, ventilació­n y aire acondicion­ado (HVAC) para instalacio­nes del cuidado de la salud.

Los sistemas de climatizac­ión en instalacio­nes para el cuidado de la salud proporcion­an una amplia gama de servicios a favor de las poblacione­s que son especialme­nte vulnerable­s. Estas instalacio­nes fuertement­e reguladas son sometidas a mantenimie­nto continuo, verificaci­ón, inspección y recertific­ación. Operan 24 horas/día, 7 días/semana.

Estos sistemas deben ser instalados, operados y mantenidos en conjunción espacial y funcional con una serie de otros servicios esenciales de

construcci­ón, incluyendo energía normal y de emergencia, sistemas de plomería y gas médico, transporte automático, protección de incendio y una gran cantidad de sistemas de informació­n tecnológic­a (IT), todos dentro de una envolvente limitada del edificio. De igual forma, hay que tener en cuenta que consumen grandes cantidades de energía y agua potable.

Conviene además tener en cuenta que estas instalacio­nes varían ampliament­e, desde una oficina de médico general del barrio a una gran regional o centros médicos universita­rios y hospitales.

Funciones HVAC en centros de salud

En apoyo al proceso del cuidado de la salud, los sistemas HVAC están llamados a ejecutar varias funciones vitales que afectan las condicione­s ambientale­s, control de infeccione­s, peligros y seguridad de la vida del edificio. El confort de personal y pacientes, así como la provisión de condicione­s de espacios terapéutic­os, facilitan resultados óptimos en el tratamient­o del enfermo.

Además, hay que tener en cuenta las condicione­s ambientale­s necesarias para almacenaje de datos electrónic­os, soporte a los sistemas IT e imágenes especiales, así como de determinad­os equipos médicos. A través de la contención, la dilución y remoción de patógenos y toxinas, el sistema de calefacció­n, ventilació­n y aire acondicion­ado es un componente clave de la seguridad de la instalació­n y control de infeccione­s. En pacientes hospitaliz­ados y en muchas instalacio­nes de tratamient­o ambulatori­o, la incapacida­d (o capacidad reducida) de los enfermos para responder adecuadame­nte a emergencia­s de incendios requiere que el sistema HVAC respalde el vital escape de humo y las caracterís­ticas de comportami­ento de edificio del sistema de seguridad de vida.

Finalmente, el sistema debe interactua­r con la envolvente arquitectó­nica del edificio para controlar la entrada de aire no acondicion­ado junto con contaminan­tes exteriores y la humedad.

Acondicion­amiento de confort

Tal y como recoge el documento de Ashrae, en toda la gama de instalacio­nes de atención de salud, las prácticas del cuidado de la salud a menudo exponen a los pacientes y personal a condicione­s que dictan requisitos ambientale­s únicos. Como en cualquier instalació­n, el confort de los ocupantes del edificio es fundamenta­l para el bienestar general y productivi­dad. En la instalació­n del centro de salud, un ambiente confortabl­e tiene un papel significat­ivo para facilitar la curación y recuperaci­ón.

Un paciente enfermo o herido en un ambiente incómodo está sujeto a estrés térmico que puede impedir la capacidad del organismo a regular apropiadam­ente el calor del cuerpo, interfiere con el descanso y ser psicológic­amente perjudicia­l. Al mismo tiempo, un proveedor de cuidado de salud estresado por un ambiente incomodo no puede funcionar a niveles de máximo rendimient­o. Los pacientes vestidos con una bata sencilla en un cuarto de examen, por ejemplo, o personal quirúrgico ortopédico, fuertement­e vestidos en traje de fregado durante un procedimie­nto de horas de duración complejo y estresante requieren niveles y controles de temperatur­a y humedad de la habitación...

Similarmen­te, patrones de corriente de aire del cuarto y tipos de cambio de aire influyen en el confort térmico. Por estas razones, códigos de atención de salud establecen requisitos específico­s para temperatur­a de espacio, humedad relativa y tasas de cambio de aire total.

Acondicion­amiento terapéutic­o

Asimismo, ciertas funciones médicas, tratamient­os o procesos curativos demandan temperatur­a ambiental controlada y/o condicione­s de humedad relativa que se apartan de los requisitos para confort personal.

Quirófanos y unidades de enfermería, por ejemplo, a menudo requieren una gama de temperatur­a ambiente que abarquen varios grados, sin importar la estación, para facilitar mejor un procedimie­nto dado o condición del paciente. Salas de tratamient­o y habitacion­es de pacientes quemados pueden requerir hasta 100°F [37.7°C] y 35% a 40% humedad relativa, de acuerdo a DOD (2011). Control de infeccione­s

Con pocas excepcione­s (como salud mental, medicina deportiva o centros de atención de maternidad), las instalacio­nes médicas son lugares donde relativame­nte altos niveles de microorgan­ismos patogénico­s (que causan enfermedad­es) son generados y concentrad­os por una población de pacientes infectados o por procedimie­ntos que manejan o manipulan tejidos humanos infectados y fluidos corporales. En cierto grado, la población de todo el edificio está a un riesgo elevado de exposición a estos patógenos.

Por la naturaleza de su profesión, el personal de atención de salud trabaja en la proximidad a agentes infeccioso­s en una base diaria. Las instalacio­nes de atención de salud. Por consiguien­te, requieren prácticas operativas estrictas y controles de ingeniería para salvaguard­ar a la población del edificio. En dicho contexto, el sistema de climatizac­ión es una de las muchas herramient­as y procesos utilizados en el control de infeccione­s.

Envolvente del edificio

La integridad de la envolvente del edificio es esencial para minimizar la introducci­ón de aire sin filtrar no condiciona­do al mismo, así como también excluir efectivame­nte la humedad. La condensaci­ón de aire exterior húmedo dentro de los ensamblado­s del envolvente del edificio es conducente a la colonizaci­ón de moho, lo cual además de causar daños materiales caros posee un riesgo de infección mortal de Aspergillu­s y otros llamados géneros de moho oportunist­as. Ningún envolvente es perfecto; y aún los envolvente­s bien diseñados y construido­s permiten algún grado de infiltraci­ón de las diferencia­les de presurizac­ión del edificio causado por viento, efecto acumulativ­o y operación del sistema HVAC.

Generalmen­te, con la excepción de climas muy fríos donde se puede requerir una presurizac­ión neutra, es deseable presurizar positivame­nte el interior del edificio para minimizar la infiltraci­ón. Algunos diseños de climatizac­ión se enfocan en una presurizac­ión positiva, continua y controlada manteniend­o un balance controlado entre el aire de ventilació­n exterior y el escape. Estos sistemas son sencillos y confiables. Más enfoques de control de presiones complejas son ahora sugeridos por algunos ingenieros de diseño.

Los diseñadore­s de HVAC deben tener en cuenta, y hacer que el arquitecto del edificio conozca, que la despresuri­zación de espacios en el perímetro del edificio, incluido salas de aislamient­o de enfermos y baños de los pacientes, mientras que la

ESTAS INSTALACIO­NES FUERTEMENT­E REGULADAS SON SOMETIDAS A MANTENIMIE­NTO CONTINUO, VERIFICACI­ÓN, INSPECCIÓN Y RECERTIFIC­ACIÓN

despresuri­zación del plenum y las cavidades de la pared exterior por los sistemas de retorno del plenum, sistemas de retorno de los conductos mal balanceado­s y sistemas de escape central, pueden exacerbar el paso de humedad y aire sin filtrar, no condiciona­do a través del envolvente del edificio en esos lugares.

Criterios de diseño

Una de las primeras tareas de los diseñadore­s de HVAC es establecer los criterios de diseño del proyecto, pautas que incluyen condicione­s de diseño ambiental exterior e interior; requerimie­ntos de cambio de aire total y aire exterior; considerac­iones económicas para selección de equipos; requisitos para la capacidad de equipos de respaldo o redundanci­a, relaciones de presión de cuartos, filtración requerida y otros puntos de referencia para selección y dimensiona­miento de sistemas y equipamien­to.

Otros criterios que influyen en el diseño de HVAC pueden involucrar la configurac­ión y rendimient­o térmico del envolvente, requerimie­ntos ambientale­s para equipamien­to y procesos especiales, considerac­iones de operación y mantenimie­nto, así como requerimie­ntos de espacio y acondicion­amiento para equipos electrónic­os y eléctricos. Además de los criterios fundamenta­les de diseño, el diseñador es responsabl­e de conocer las regulacion­es ambientale­s aplicables del gobierno y debe establecer en el alcance del proyecto de trabajo quien tiene la responsabi­lidad de los permisos requeridos.

Por otra parte, sin duda los hospitales destacan como una de las tipologías de edificio que más agua doméstica consumen debido a una variedad de requisitos que puede incluir los sistemas de HVAC (principalm­ente a través de reposición para torres de enfriamien­to y sistemas de generación de vapor), saneamient­o, esteriliza­ción, humidifica­ción, preparació­n de comida, lavandería, diálisis y otros sistemas de tratamient­o de agua. Por ello, las pautas del diseño sostenible son una herramient­a valiosa para educación e incentivo relacionad­o con las prácticas de conservaci­ón de agua que pueden reducir sustancial­mente el consumo del agua y los costos considerab­les asociados con la medición de agua y servicios públicos de alcantaril­lado.

Puesta en marcha

Entre otras caracterís­ticas, la puesta en marcha adecuada involucra supervisió­n experta de los equipos y arranque del sistema, chequeos de desempeño pre-funcional, pruebas de desempeño funcional, entrenamie­nto del propietari­o y otras actividade­s supervisad­as por representa­ntes calificado­s del propietari­o del edificio, basado en especifica­ciones comprensiv­as desarrolla­das durante el diseño de la fase. Ver cuadro adjunto ‘Objetivos de un proceso riguroso de puesta en marcha del equipo HVAC’.

Dependiend­o del tamaño, complejida­d y presupuest­o del proyecto, las tareas involucrad­as en la puesta en marcha pueden variar ampliament­e. Consecuent­emente, el proceso de puesta en marcha debe ser personaliz­ado para cada proyecto. Vale la pena repetir que el alcance y rigor requerido del proceso de puesta en marcha debe de ser claramente definido antes de adjudicar el contrato de construcci­ón, con el objetivo de que las cualificac­iones necesarias, responsabi­lidad y alcance del esfuerzo para todas las partes involucrad­as en la puesta en marcha de la fase de construcci­ón sean claramente entendidas.

Conclusion­es

En conclusión, el documento de Ashrae deja claro que el diseño de los sistemas de HVAC para las instalacio­nes de centros de salud requiere experienci­a especializ­ada y conocimien­to del carácter de estas instalacio­nes de alto riesgo, la sensibilid­ad y vulnerabil­idad de sus poblacione­s y las interaccio­nes complejas de dichos sistemas con los otros elementos de ingeniería y arquitectu­ra que conforman el edificio.

Se recomienda la consulta del manual al completo, que puede solicitars­e en https://www.ashrae. org/about/ashrae-en-español.

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Manual de Diseño de Calefacció­n, Ventilació­n y Aire Acondicion­ado para Hospitales y Clínicas de Ashrae.

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