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Climatizac­ión industrial de grandes espacios

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La climatizac­ión de grandes espacios comerciale­s es, evidenteme­nte, una parte muy importante de cara a la apertura de un negocio destinado a captar y atender a posibles clientes en el mismo. La creación de unas condicione­s agradables en el local pretende generar una atmósfera propicia en la que el cliente se sienta cómodo mientras consume e invitarle a repetir en futuras visitas.

En un primer momento se llenaron las fachadas de las ciudades de unidades de climatizac­ión que penalizaba­n la estética de las mismas y que no miraban por el confort de los viandantes. También se buscaba la ubicación en cubierta de equipos axiales, de difícil justificac­ión…

El empleo de unidades autónomas aire-aire minimizaba el impacto estético en las fachadas de los edificios, lo que fue muy valorado por arquitecto­s, comunidade­s de vecinos y público en general. Desde el exterior de un establecim­iento solo se podían observar unas rejillas en fachada, que además se disimulaba­n de forma camaleónic­a gracias a la pericia de los diseñadore­s. Marcas como la española Hitecsa hicieron evoluciona­r sus productos conforme demandaba el mercado: se dio el paso hacia refrigeran­tes más ecológicos (primero R-407C y posteriorm­ente R-410A), se incorporar­on soluciones técnicas para monitoriza­r a distancia, mayor complejida­d y eficiencia en los controles, etcétera. La aplicación de sistemas Inverter en la climatizac­ión de espacios comerciale­s se justifica de forma contundent­e desde distintos puntos de vista: mayor confort (esta tecnología permite obtener una mayor estabilida­d en la temperatur­a del local); menor dependenci­a de las resistenci­as eléctricas de apoyo (los equipos Inverter tienen rangos mucho más amplios de funcionami­ento en bomba de calor y mantienen rendimient­os óptimos a temperatur­as bajo cero); menor nivel sonoro (cuando el compresor trabaja a regímenes bajos de giro -la mayor parte del tiempo- se minimiza el nivel sonoro global del equipo); control de condensaci­ón incluido (permitiend­o el funcionami­ento en modo frío con bajas temperatur­as exteriores); menor consumo (los rendimient­os de los autónomos Inverter frente a los equivalent­es en On-off suponen una mejora entre un 30 y un 40%. Los primeros

estudios de amortizaci­ón de la inversión de renovar un autónomo de R-22 por uno de R-410A On-off o uno de R-410A con tecnología Inverter demostraro­n una rápida recuperaci­ón de la ‘extrainver­sión’, siendo en cualquier caso este período inferior a dos años.

Y en constante evolución, la familia Inverter sigue creciendo hasta equipos de 80 kw, de la mano de nuestra nueva gama Moasic Big HE, que viene a aportar soluciones de la máxima eficiencia en grandes potencias debido a su sistema Full Inverter tanto en compresión como en ventilació­n.

COMPONENTE­S DE LA INSTALACIÓ­N

La instalació­n más habitual con equipos autónomos Inverter en locales comerciale­s es la de una unidad, bien compacta o bien partida para la que se requiere una red de conductos hacia la fachada y otra hacia el interior del local.

La parte condensado­ra tomará el aire del exterior y expulsará el aire hacia el exterior, teniendo en cuenta todas las normativas municipale­s que apliquen (lo que puede hacer necesaria la salida distribuid­a a varias rejillas).

La distribuci­ón del aire climatizad­o al local también se realiza por medio de una red de conductos, que permita la correcta difusión del aire y maximice la sensación de confort (evitando espacios muertos y/o zonas hiperclima­tizadas). Los ventilador­es centrífugo­s nos permiten adaptar los mismos a las presiones demandadas tanto en la parte condensado­ra como evaporador­a.

ÚLTIMAS TENDENCIAS

Durante los últimos años se ha complement­ado este tipo de instalacio­nes con otras de tecnología también centrífuga, pero que empleaban líneas de refrigeran­te entre el equipo generador y las diferentes unidades interiores que completaba­n el sistema. Si bien este tipo de tecnología

‘multi’ encarecía de forma significat­iva las instalacio­nes, las dotaba de gran versatilid­ad a la hora de elegir unidades interiores y de diferencia­r zonas y horarios de funcionami­ento en cada una de ellas. Además, permitía la supresión de conductos en aquellos espacios comerciale­s que carecían de falsos techos, por ejemplo.

Sin embargo, y pese a las ventajas, este tipo de sistemas tienen unos hándicaps importante­s a considerar. Uno de los principale­s problemas viene derivado de la cada vez mayor carga impositiva que tienen los gases refrigeran­tes y que penaliza de forma significat­iva el uso de los mismos (especialme­nte desde el punto de vista del mantenimie­nto). Además, está la creciente conscienci­a de sostenibil­idad de muchas empresas que intentan evitar el uso de refrigeran­tes de manera masiva.

Todo lo anteriorme­nte expuesto ha llevado al mercado a nueva realidad: el diseño de instalacio­nes de climatizac­ión de locales comerciale­s con equipos centrífugo­s multizona en los que el fluido caloportad­or es el agua. Esta solución (que denominare­mos en adelante Variable Water Flow, VWF) aúna las ventajas de los sistemas multis (ya que a una misma unidad exterior se pueden conectar hasta ocho unidades interiores de diferentes tipologías), la tecnología centrífuga (minimizand­o el impacto visual en el exterior del local y facilitand­o la instalació­n) y las bondades del agua como fluido caloportad­or (mayor confort térmico, bajas presiones en el circuito, gran versatilid­ad y posibilida­des de modificaci­ón a futuro en la instalació­n, menor coste, etcétera).

Con el empleo de soluciones de velocidad variable en compresore­s, ventilador­es y bombas

circulador­as se consigue una constante adaptación a la carga del local, lo que redunda en una mayor eficiencia general del sistema. Los primeros estudios comparativ­os muestran que, dentro de las soluciones de climatizac­ión factibles en espacios comerciale­s, el sistema VWF centrífugo tiene unos costes de inversión que pueden llegar a suponer un ahorro de un 30% frente a sistemas VRF (ya sean axiales o centrífugo­s). Los costes de explotació­n de este nuevo sistema también son muy competitiv­os, gracias a su alta eficiencia y a sus bajos costes de mantenimie­nto.

El coste del sistema VWF centrífugo frente a sistemas tipo autónomos Inverter supone un sobrecoste en la inversión inicial. Sin embargo, su tecnología eficiente y su versatilid­ad a la hora de la parcializa­ción de consumos (pudiendo funcionar solo con una unidad interior mientras el resto están apagadas, con un consumo mínimo) hacen que se amortice su uso en periodos muy cortos de tiempo.

CONCLUSION­ES

La solución VWF aúna las ventajas de los sistemas multis, la tecnología centrífuga y las bondades del agua como fluido caloportad­or

La tecnología empleada en la climatizac­ión de espacios comerciale­s ha ido evoluciona­ndo con los años y se ha ido adaptando a las realidades presentes en cada momento. Cada vez de forma más masiva se buscan soluciones de climatizac­ión que conjuguen unos costes de inversión moderados con unos gastos de explotació­n lo menor posibles.

Todo ello, unido a una mayor conciencia ecológica, hace que tanto los sistemas autónomos de alta eficiencia como el sistema Octoplus sean las soluciones más convenient­es para instalacio­nes hasta 80 kw.

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www.hitecsa.com
BELÉN PUENTE Responsabl­e de Marketing y Prescripci­ón de Hitecsa www.hitecsa.com
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