Aspectos claves para la salud
La calidad del aire interior (CAI) es un requisito legal que deben cumplir las instalaciones de climatización. Para ello se deben evaluar los requisitos higiénico-sanitarios y de confort, los cuales deben satisfacer el bienestar de los usuarios.
El término “aire interior” hace referencia al ambiente que hay dentro de los edificios no industriales, como pueden ser oficinas, hoteles, clínicas, hospitales, colegios, residencias y museos, entre otros sectores. Una mala calidad del mismo provoca irritación ocular, jaquecas y malestar general en los usuarios del edificio, incluso puede llegar a ocasionar enfermedades crónicas. Todos estos síntomas son debidos a la coexistencia de microorganismos patógenos y agentes físico-químicos que afectan a la calidad del aire interior. Consecuentemente, una mala calidad encadena efectos nocivos para la salud de las personas que ocupan el edificio, pudiendo llegar a generarse el concepto conocido como ‘síndrome de edificio enfermo’ (SEE).
EVALUACIÓN DEL AIRE INTERIOR
Para evaluar la calidad de aire interior se aplican las normas UNE 100012:2005 y UNE 171330:2014, según determina en el Reglamento de Instalaciones Térmicas de los Edificios (RITE). Uno de los aspectos más concluyentes para certificar la conformidad de su calidad es el estudio de los principales parámetros micro-biológicos y físico-químicos que la normativa determina. Para ello, se analiza un número representativo de muestras; los resultados obtenidos determinarán si cumplen o no con los valores guía de referencia. Así, se podrá determinar la cantidad de contaminantes que contiene el aire interior del edificio.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cuando más de un 20% de los ocupantes de un edificio comparten malestar o quejas, sin tener ninguna lesión orgánica ni física, puede estar experimentándose el SEE.
El SEE se presenta cuando un número considerable de huéspedes de un edificio muestra síntomas de enfermedades aparentemente difíciles de determinar, que no se relacionan con ninguna patología tipológica existente. Este fenómeno es la enfermedad del edificio enfermo, frecuente en las edificaciones cerradas con escasa entrada de aire fresco o instalaciones de climatización inadecuadas. Además, habrá una insuficiencia en el grado de ventilación, en el uso de humidificadores y climatizadores y ayuda a ello la presencia de tejidos lanosos o de papel en paredes o suelos, pinturas o adhesivos que acumular polvo en el ambiente, entre otros. La enfermedad del edificio enfermo causa picor y enrojecimiento en los ojos, dolor de garganta, congestión nasal, jaquecas y malestar general. Para evitarlo, entre otros factores, se deberá prestar especial atención a las instalaciones de climatización, de ventilación y de calefacción, pues aportan confort térmico.
NORMAS DE INSTALACIÓN
En cuanto a las normas que deben cumplir las instalaciones de climatización, la nueva modificación de la normativa-rite se publicó en el Boletín Oficial del Estado (BOE) con el nuevo Real Decreto 238/2013. Es considerada en gran parte como una normativa medioambiental que desarrolla dichas normas.
Finalmente, entre los sectores que deben garantizar una calidad de aire interior óptima destacan colegios, hospitales, oficinas, residencias de ancianos, museos, clínicas, hoteles, etc. Coexisten virus, bacterias, ácaros y partículas, entre otros, que pueden alterar la calidad de aire en el edificio provocando efectos nocivos para la salud de las personas. •