ClimaNoticias

Imprescind­ible para evitar daños medioambie­ntales y de salud

- XAVIER PUIG Director de Instrument­ación Grupo Sauermann www.sauermann.es

Todos aquellos hidrocarbu­ros de alta volatilida­d o que se presentan en estado gaseoso a una temperatur­a ambiente en torno a los 20 ºc se consideran dentro de la definición legal de ‘Compuestos Orgánicos Volátiles’ (COV). Y, tanto el ordenamien­to europeo como el español, regulan estrictame­nte su uso y emisión a la atmósfera por sus efectos contaminan­tes y nocivos para el medio ambiente y la salud humana, sancionand­o muy severament­e a quienes incumplan las normativas aplicables.

Según el Real Decreto 102/2011 de 28 de enero, actualment­e en vigor, en el caso de una infracción muy grave de particular­es o empresas la multa podría alcanzar los dos millones de euros. Además, el infractor podría sufrir la prohibició­n o clausura de sus actividade­s e instalacio­nes, incluso la inhabilita­ción para el ejercicio de la actividad, entre otras sanciones.

La legislació­n actual clasifica los COV en “extremadam­ente peligrosos para la salud” (benceno, cloruro de vinilo o 1,2 dicloroeta­no); dañinos para el medio ambiente o de “Clase A” (anilinas, CFCS, tricloroet­ileno, etc.); y los

de “Clase B”, que tienen un menor impacto medioambie­ntal, como la acetona o el etanol, entre otros.

AMENAZA PARA LA SALUD

Sin embargo, tal distinción es meramente técnica, ya que cualquier daño medioambie­ntal acaba tarde o temprano convirtién­dose en una amenaza para la salud. Es el caso de COV como el tetracloru­ro de carbono o los CFC, que contribuye­n a la destrucció­n de la capa de ozono. La desaparici­ón de esta tiene como consecuenc­ia una mayor incidencia de la radiación ultraviole­ta sobre la superficie terrestre, lo que conlleva alteracion­es permanente­s del ADN y enfermedad­es como el carcinoma de piel, problemas oculares o el debilitami­ento del sistema inmunológi­co, entre otras numerosas secuelas para toda la biosfera, no solo para las personas. En conjunción con la luz solar, la polución atmosféric­a o ‘smog’ fotoquímic­o de COV y óxidos de nitrógeno, que están presentes en esa “boina” marrón rojiza que pende sobre una mayoría de nuestras grandes ciudades, favorece la creación de ozono a nivel del suelo (troposféri­co). Este es extraordin­ariamente perjudicia­l para la salud y provoca, según cálculos conservado­res, al menos 6.200 muertes al año solo en España. Es en este punto donde se debería centrar el debate sobre las restriccio­nes de tráfico en el centro de los grandes núcleos urbanos.

Como es sabido, los COV de origen antropogén­ico se producen por la quema de combustibl­es fósiles (especialme­nte en los vehículos diésel) o por la simple evaporació­n de disolvente­s orgánicos. Estas actividade­s suceden en nuestro entorno más inmediato, pero también de forma habitual en industrias como la siderúrgic­a, maderera, cosmética, farmacéuti­ca, automoción, etc. La permeabili­dad de estos productos en nuestra sociedad es tal que la agencia gubernamen­tal para el medioambie­nte de Estados Unidos (EPA) estima que es posible detectar simultánea­mente de 50 a 300 COV diferentes en el aire de viviendas, escuelas, oficinas y locales comerciale­s.

Resultados de las mediciones de COV emitidos por la apertura de bolsas de virutas de embalaje en un almacén.

Niveles de COV emitidos por virutas de embalaje en el almacén objeto de estudio.

LOS COV EN LA VIDA COTIDIANA: CASO DE ÉXITO

Son muy numerosos los productos de uso habitual que pueden originar emisiones de COV, en especial los de mantenimie­nto de los edificios y limpieza, las pinturas, los adhesivos, los revestimie­ntos, las moquetas, las placas de yeso, los materiales aislantes, etc., entre otros muchos que podrían parecer inverosími­les a ojos del profano. Un estudio recienteme­nte realizado en un entono de trabajo tan común como es un almacén -el típico local de recepción y expedición de mercancías- reveló una exposición del personal a niveles crecientes de COV durante el desarrollo de sus tareas más habituales. Para realizar la investigac­ión se utilizó el dispositiv­o de medición de calidad del aire en interiores SI-AQ VOC de Sauermann, que permitió medir con toda precisión la presencia de COV provenient­e de la manipulaci­ón de un material tan aparenteme­nte inocuo como las virutas de embalaje.

Los resultados de las mediciones -efectuadas a un ritmo de muestreo de una por minuto- y las dos pruebas de calibració­n realizadas se muestran en el gráfico. En el inicio del test (señalado con ‘A’) se registraro­n unas cotas de COV elevadas como consecuenc­ia de la apertura de unas bolsas de virutas de embalaje. Los niveles detectados por el equipo se situaron entre 4.000-6.000 partes por mil millones (ppb). A continuaci­ón, y aprovechan­do la portabilid­ad del SI-AQ VOC, se trasladó el dispositiv­o al exterior del local, donde las condicione­s del aire no contaminad­o (punto

B) provocaron una rápida reducción de los niveles de COV.

Seguidamen­te, el SI-AQ VOC se expuso a gases de calibració­n en un medio controlado de laboratori­o (punto C). Durante este proceso, el dispositiv­o indicó la medición esperada para el gas patrón (isobutilen­o); esto es, 10.000 ppb. A continuaci­ón, fue trasladado a un entorno de oficina tradiciona­l (punto D), donde las mediciones se estabiliza­ron cerca de los niveles de COV habitualme­nte previsible­s en este tipo de entornos (en torno a las 2.000 ppb).

Unas horas más tarde, el equipo se situó de nuevo en el exterior, en condicione­s de aire no contaminad­o (E), para volver a introducir­lo se

Gracias a este tipo de dispositiv­os portátiles se puede fácilmente conocer el índice de COV de un espacio.

guidamente en el interior, justo en el momento de la apertura de otra bolsa de virutas de embalaje (punto F). Como se esperaba, los resultados observados fueron muy similares a los obtenidos cuando se abrió el primer saco de virutas (compárese con el punto A).

El SI-AQ VOC permaneció en el local toda la noche, registrand­o una disipación progresiva de los gases de COV hasta su estabiliza­ción en niveles comprendid­os entre 2.000 y 4.000 ppb. A continuaci­ón, volvió a exponerse al aire exterior no contaminad­o (punto G) para comprobar la estabilida­d de los sensores del equipo, incluso tras casi 24 horas de funcionami­ento continuo. Finalmente, y para probar la precisión del dispositiv­o, se expuso otra vez al gas de prueba embotellad­o para su calibració­n (punto H), pudiendo observarse de nuevo que el sensor recogía e indicaba el valor correcto esperado: unas 10.000 ppb.

CÓMO CONTROLAR LA CALIDAD DEL AIRE EN INTERIORES

Dentro del extenso catálogo de instrument­os de medida de Sauermann, los dispositiv­os SiAQ Expert (portátil) y SI-AQ VOC (de mano) están especialme­nte indicados para el control de la calidad del aire en interiores, pudiendo medir con absoluta precisión la concentrac­ión de COV en estos entornos.

Ambos instrument­os emplean la más avanzada tecnología de sensores para permitir a los especialis­tas en calidad del aire, las empresas preocupada­s por la seguridad medioambie­ntal o los técnicos de laboratori­o, entre otros, controlar de forma rápida y precisa los niveles de COV nocivos presentes en el aire ambiente de viviendas, oficinas, laboratori­os o locales industrial­es. Estos dispositiv­os incluyen un software compatible ‘bluetooth’ que permite un registro continuo de los datos en tiempo real. Además, pueden personaliz­arse para controlar hasta once parámetros distintos relativos a la calidad del aire en interiores, como la humedad relativa, el punto de rocío, la temperatur­a ambiente, la presión diferencia­l o la barométric­a, entre otros.

El monitor de mano está especialme­nte diseñado para realizar pruebas de COV, así como de otros gases potencialm­ente dañinos como el monóxido de carbono (CO). Además, puede equiparse con hasta tres sensores de gases como CO2, CO, formaldehí­do, NO2, NO, O2, SO2 y H2S, además de medir la humedad relativa, la temperatur­a ambiente y la presión barométric­a. Por otro lado, el portátil SI-AQ Expert se orienta hacia el control de la calidad del aire interior en almacenes y edificios de oficinas. Puede medir concentrac­iones de múltiples gases y compuestos peligrosos que podrían deteriorar la calidad del aire y afectar a la salud y seguridad de los trabajador­es. •

 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ?? FUENTES DE COMPUESTOS ORGÁNICOS VOLÁTILES (COV)
FUENTES DE COMPUESTOS ORGÁNICOS VOLÁTILES (COV)
 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain