El mejor aliado para unas instalaciones eficaces energéticamente
La electricidad es la forma de energía más controlable. Por tanto, hacer un buen uso de ella puede ser la forma más inteligente de ahorrar energía y, por esta razón, es importante afrontar el reto de mejorar la eficiencia energética de las instalaciones eléctricas.” Hoy cobra más sen
La electricidad es la forma de energía más controlable. Por tanto, puede ser la forma más inteligente de ahorrar energía y, por ello, es importante afrontar el reto de mejorar la eficiencia energética de las instalaciones eléctricas.
El uso de displays que sean interoperables con los nuevos contadores electrónicos permitirá al usuario disponer de información sobre sus consumos y actuar para mejorar el ahorro y la eficiencia energética de su instalación eléctrica.
El uso de analizadores de red y de calidad de suministro en los sectores terciario e industrial permite el registro y seguimiento de incidencias para su prevención y posterior corrección.
La correcta selección e instalación de la envolvente del cuadro eléctrico es clave para minimizar las pérdidas por efecto Joule.
Los diferenciales e interruptores magnetotérmicos de rearme automático y los dispositivos de tido que nunca dicha afirmación recogida por Afme en su guía ‘Contribución del material eléctrico a la eficiencia energética de las instalaciones’, dirigida a ingenieros, arquitectos, ESES y Administración, en tanto que son prescriptores de las instalaciones; distribuidores de material eléctrico, en tanto que
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protección contra sobretensiones evitan pérdidas y daños en los receptores.
Los dispositivos de control que se colocan en el cuadro de mando y protección contribuyen a una adecuada gestión de las cargas, permitiendo minimizar el consumo.
Dimensionar la sección de los conductores de forma que la intensidad prevista en funcionamiento sea claramente inferior a la intensidad máxima del conductor. De este modo, los conductores pueden soportar una ampliación de la potencia instalada y, además, se reduce la resistencia del circuito y, por consiguiente, las pérdidas por efecto Joule.
El dimensionado correcto de las canalizaciones es un factor clave para evitar las pérdidas por efecto Joule. Para ello se deben tener en cuenta el número y sección máxima de los conductores.
Las conexiones deben realizarse mediante sistemas de conexión adecuados para minimizar las pérdidas de energía.
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Los dispositivos eléctricos para el control y regulación permiten reducir el consumo de energía mediante la temporización, la regulación o la detección de presencia.
Los receptores de categoría energética más elevada permiten mejorar la eficiencia energética de la instalación.
Los estabilizadores-reductores de flujo permiten mejorar la eficiencia energética de la instalación de alumbrado y alargar la vida útil de las lámparas.
La utilización de filtros para la eliminación de los armónicos reduce sobrecargas, sobrecalentamientos y pérdidas térmicas.
Las baterías de condensadores permiten compensar la potencia reactiva en las instalaciones terciarias e industriales, minimizando las pérdidas, descargando las
son asesores de los instaladores y de los usuarios finales; instaladores, en tanto que son profesionales que instalan, mantienen y reparan las instalaciones eléctricas; propietarios, arrendatarios y explotadores de edificios.
Entre otras cosas, tras un exhaustivo repaso a la contribución del material eléctrico a la mejora de la eficiencia energética de las instalaciones eléctricas, el documento recoge recomendaciones de buenas prácticas, tales como el cumplimiento con las normas aplicables y las recomendaciones del fabricante, así como el adecuado mantenimiento, revisión y, en su caso, rehabilitación de las instalaciones eléctricas. De igual forma, se hace especial hincapié en todas aquellas soluciones que contribuyen a la adecuada gestión de los consumos y al mantenimiento de la continuidad del servicio. instalaciones y ahorrando en la factura eléctrica.
Un control inteligente de la iluminación y de la climatización permite aprovechar al máximo los recursos naturales, con reducciones en el consumo energético de hasta un 35%.
La domótica, además de contribuir al ahorro energético, facilita las medidas de seguridad ante incendios, fugas de gas e inundaciones.
Cualquier tipo de ahorro de agua, aunque no se trate de agua caliente, conlleva un ahorro energético, ya que el agua que llega a nuestras viviendas lleva asociada una serie de procesos, como la depuración o el bombeo, que consumen energía.
La adecuada selección, instalación y control de los sistemas de ventilación en viviendas, edificios terciarios e industriales contribuye al ahorro y la eficiencia energética de la instalación.
El cumplimiento de las reglas de instalación del REBT vigente es imprescindible para mejorar
CONTRIBUCIÓN DEL MATERIAL ELÉCTRICO A LA EFICIENCIA
El material eléctrico de baja tensión posee intrínsecamente un elevado rendimiento energético, entendido como el cociente entre la energía transmitida y la consumida. Este alto rendimiento que le se ha conseguido gracias a la inversión de los fabricantes en desarrollo tecnológico e implantación de mejoras en el diseño y los procesos productivos.
Asimismo, el material eléctrico contribuye notablemente a la mejora de la eficiencia energética de las instalaciones eléctricas. Esta contribución se basa en: la instalación de dispositivos eléctricos que, por sí mismos, o incluyéndolos en un sistema, reducen el consumo de energía o proporcionan al usuario la información necesaria para hacerlo; una adecuada selección e instalación del material eléctrico, la cual
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la eficiencia energética de las instalaciones.
El cumplimiento de los requisitos establecidos en el CTE para la regulación de instalaciones térmicas e iluminación es imprescindible para la mejora de la eficiencia energética de las instalaciones. Los sistemas domóticos e inmóticos pueden ayudar a cumplir con estos requisitos.
El cumplimiento de los requisitos establecidos en el CTE para la protección contra el rayo evita pérdidas y daños en los receptores y en los edificios.
El cumplimiento con los requisitos establecidos en el RITE para la regulación de instalaciones térmicas y limitación de temperatura es imprescindible para la mejora de la eficiencia energética de las instalaciones. Los sistemas domóticos e inmóticos pueden ayudar a cumplir con estos requisitos.
La fabricación e instalación del material eléctrico conforme a sus normas de aplicación es condición necesaria para contribuir a la eficiencia energética de las instalaciones eléctricas.
El cumplimiento de las instrucciones del fabricante permite disponer de una instalación eléctrica más eficiente energéticamente. Es recomendable utilizar material eléctrico que incluya información sobre su aportación a la eficiencia energética de la instalación.
La revisión de la instalación eléctrica permite detectar deficiencias en la eficiencia energética. Además, un mantenimiento adecuado de la instalación ayuda a prevenir fallos y permite monitorizar el nivel de eficiencia energética.
En la rehabilitación de las instalaciones eléctricas antiguas se debe prestar especial atención a aplicar las medidas correctivas necesarias para mejorar la eficiencia energética de la misma.
Para alcanzar los objetivos de eficiencia energética es necesario involucrar a toda la población mediante campañas de divulgación, formación y ayudas.
El apoyo a la investigación es fundamental para poder proporcionar soluciones que consigan mejorar cada vez más la eficiencia energética.
puede reducir las pérdidas de energía de la instalación eléctrica en más de un 75%.
Desde el momento en que se ejecuta la instalación, y durante toda su explotación, se deben aplicar medidas para mejorar su eficiencia energética.
Para el caso concreto de las instalaciones eléctricas, AFME indica que una política energética que se base en maximizar su eficiencia implicará llevar a cabo las siguientes acciones para cada uno de los procesos principales: planificación (obtención de datos de consumo energético; identificación de requisitos legales y de partes interesadas; establecimiento de objetivos); implementación y operación (limitación del consumo, evitando malgastar energía y minimizando las pérdidas; cumplimiento de las normas de aplicación; cumplimiento de la legislación; educación y concienciación de la sociedad); verificación (mantenimiento y revisión de las instalaciones eléctricas); acción correctiva y preventiva (registro de datos de las revisiones; rehabilitación de las instalaciones eléctricas). En definitiva, la correcta selección e instalación del material eléctrico que conforma una instalación doméstica supone un ahorro medio en consumo eléctrico de aproximadamente el 15%. Adicionalmente, la instalación de un sistema domótico en una vivienda facilita una reducción de su consumo energético total (agua, gas, electricidad) en una media del 25%.
Estos ahorros energéticos suponen evitar la emisión a la atmósfera de cerca de dos toneladas de CO2 por vivienda y año, lo que en el global de España significa un ahorro en contaminación de más 28 millones de toneladas de CO2.
Estos datos son todavía más significativos en los sectores terciario e industrial, donde el consumo energético es mayor y, por tanto, también lo son los ahorros energéticos alcanzables. •
La eficiencia energética nos permite reducir la energía consumida para producir bienes y dar servicios sin que la calidad de ambos se vea afectada. Es, por tanto, un criterio que debe estar siempre presente en cada organización empresarial, en cada institución pública o privada y en cada ciudadano, para conseguir un mundo más sostenible.
SECRETARIO GENERALGERENTE DE AFME www.afme.es
El apoyo a la investigación es fundamental para poder proporcionar soluciones que consigan mejorar cada vez más la eficiencia energética