Ventilación y purificación en la prevención de la COVID-19
En la situación actual de pandemia, los intensivos trabajos de investigación de la comunidad científica han ido permitiendo un mejor conocimiento de su etiología, tratamiento y prevención. En este sentido, se ha pasado de la hipótesis inicial de escasa transmisibilidad por vía aérea a las que recientemente apuntan a que un 75% de los contagios proceden de la propagación en forma de aerosoles.
En este entorno, la primera y básica estrategia para prevenir o minimizar la exposición de las personas al virus causante de la infección SARS-COV-2, recomendada por distintas autoridades y organizaciones, es la ventilación, renovando suficientemente con aire exterior no contaminado el aire interior de las estancias que ocupan las personas. Se propone la ventilación natural preferentemente o la ventilación forzada mediante sistemas mecánicos cuando aquella resulte insuficiente.
En los casos en los que una ventilación natural o forzada adecuada no sea posible, el estado actual de distintas tecnologías nos permite contar con alternativas complementarias.
Estos purificadores de aire actúan básicamente en dos sentidos:
1) filtración en el grado más exigente (H13, H14, U15), asegurando retención de partículas de dimensión normalizada 0,3 μm hasta el 99,9995% en el caso U15.
2) tratamiento adicional químico y/o germicida, con distintas opciones: filtros de gases por carbón activo, filtrado por polarización electrostática, bio-reducción por radiación electromagnética (UVC) o por ataque químico (generadores de H2O2 o de O3).
Con este nuevo concepto de equipos, que viene a sumarse a los sistemas de ventilación tradicionales, los diseñadores y fabricantes de equipos de ventilación y purificación de aire contribuimos de forma importante en el trabajo internacional de lucha contra la pandemia.