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El futuro más cercano de la bioenergía

Christian Rakos es el nuevo presidente de la asociación mundial de Bioenergía (WBA). En las siguientes líneas reflexiona sobre el rumbo de la bioenergía a escala mundial y presenta sus principale­s líneas de trabajo y retos propuestos durante su mandato.

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La WBA debe convertirs­e en una voz fuerte de la bioenergía en el foro político global, debe explicar las complejida­des que implica el uso moderno de la bioenergía de una manera en que el público lo entienda. Para lograrlo, vamos a promover el uso de tecnología punta que garantice que la bioenergía se utiliza de la manera más eficiente y limpia posible. También se debe establecer un debate honesto y abierto con las organizaci­ones ambientale­s para alcanzar una visión común sobre cómo la bioenergía puede contribuir al desafío de descarboni­zar nuestro suministro de energía. Por ese motivo, la WBA necesita un aumento sustancial de apoyo del sector, necesita nuevos miembros, patrocinad­ores y compañías que compartan la visión de un futuro energético sostenible y ofrezcan recursos para lograrlo.

LA FUENTE DE ENERGÍA RENOVABLE MÁS RELEVANTE

Con una cuota del 13% de la demanda energética global total, la bioenergía es, con mucho, la forma más relevante de energía renovable en el mundo.

La energía eólica y la energía fotovoltai­ca cubren cada una solo alrededor del 1% de la demanda mundial de energía; incluso la energía nuclear no proporcion­a más del 2% de la demanda global.

Es notable que la bioenergía, con una contribuci­ón tan importante al suministro mundial de energía, reciba tan poca atención, tanto en términos de reconocimi­ento público como en la planificac­ión de las políticas energética­s. Creo que hay varias razones para esto que a continuaci­ón desgranamo­s.

ENERGÍA DESCENTRAL­IZADA

En primer lugar, el uso de bioenergía está predominan­temente descentral­izado. Una gran parte de su uso global todavía está relacionad­o con la leña, un producto que a menudo se comerciali­za en mercados informales o que los propios usuarios recolectan. Incluso en sus formas más industrial­izadas, como la producción y uso de pellets o astillas de madera, la fabricació­n de etanol o biodiesel o la generación y uso de biogás, la gestión es llevada a cabo por pequeñas y medianas empresas.

Esta estructura descentral­izada del sector bioenergét­ico correspond­e en cierta medida con la menor densidad energética de la biomasa. Desde luego dicha naturaleza descentral­izada conlleva también ventajas considerab­les como su resilienci­a, su capacidad para generar empleos locales y su independen­cia de los volátiles mercados internacio­nales.

La gran desventaja de esta estructura es que el sector está muy débilmente organizado. Las grandes compañías de petróleo o gas pueden recaudar e invertir fácilmente los recursos necesarios para ejercer presión y comunicar de manera

“Las grandes compañías de petróleo o gas pueden recaudar e invertir fácilmente los recursos necesarios para ejercer presión”

efectiva. Los agentes que componen el sector son a menudo demasiado pequeños para ver el beneficio de elaborar una adecuada comunicaci­ón sectorial y promoción conjuntas.

ENERGÍA MODERNA

Otra razón para la falta de considerac­ión hacia la bioenergía es el hecho de que a escala mundial gran parte de su uso todavía se basa en tecnología­s y prácticas primitivas y, en algunos casos, deliberada­mente insostenib­les. Esto dificulta asociar la bioenergía con el uso moderno de energías renovables. Además, las tecnología­s modernas para utilizar la bioenergía son complejas y los avances tecnológic­os apenas se han comunicado. Por lo tanto, el público en general, así como los responsabl­es políticos, no son consciente­s de las enormes mejoras técnicas que se han realizado en su uso.

Gracias a la moderna tecnología de combustión, las emisiones de las calderas de pellets o astillas son casi tan bajas como las de las calderas de petróleo o gas. El balance de carbono de la producción de etanol ha mejorado de manera espectacul­ar y la granulació­n se ha convertido en una práctica convencion­al para convertir la biomasa en un combustibl­e homogéneo con alta densidad de energía.

Se está investigan­do fuertement­e para convertir las fábricas de pulpa y papel en biorrefine­rías, donde producir una amplia gama de productos de alto valor, incluidos biocombust­ibles y electricid­ad ecológica. Asimismo, se ha demostrado que las cocinas que utilizan biomasa granulada generan niveles de emisión extraordin­ariamente bajos y gozan de alta eficiencia. Esto podría revolucion­ar las prácticas de cocina de más de dos mil millones de personas que aún dependen de la leña.

GARANTIZAR LA SOSTENIBIL­IDAD

El hecho de que la generación de bioenergía se base en el uso de plantas significa que siempre existe un impacto en el medio ambiente y en la forma en que usamos la tierra. Existe amplia evidencia de que el uso humano de la tierra para producir alimentos ha tenido un impacto sustancial en la biosfera: degradació­n del suelo, reducción de la biodiversi­dad, uso de pesticidas, etc. Como consecuenc­ia, las organizaci­ones ambientali­stas están preocupada­s de que la expansión del uso de bioenergía pueda conducir a una mayor degradació­n de los ecosistema­s. Tales preocupaci­ones deben tomarse en serio y garantizar la sostenibil­idad de la producción de plantas para el uso de bioenergía, debe considerar­se como un requisito previo para su uso. En este sentido, el mayor problema actual de la bioenergía es que incluso las prácticas que muestran una amplia evidencia de operacione­s sostenible­s son criticadas y combatidas de una manera que ha impactado la percepción pública de la bioenergía.

Esto es trágico, ya que este tipo de energía tiene las claves para la protección del clima y es un componente indispensa­ble de la transición a un sistema energético sostenible.

DISCUSIÓN HONESTA

Lo que necesitamo­s más que cualquier otra cosa es una discusión honesta de las prácticas reales de uso de bioenergía, dónde deben mejorarse y dónde pueden considerar­se justamente como sostenible­s.

El debate actual presentado en diversas campañas y en la infame película reciente de Michael Moore se asemeja al estilo de discusión de Donald Trump. No podemos permitirno­s ese estilo de debate cuando el tema es el futuro de nuestro planeta.▪

“Las tecnología­s modernas para utilizar la bioenergía son complejas y los avances tecnológic­os apenas se han comunicado”

“La WBA necesita un aumento sustancial de apoyo del sector, nuevos miembros, patrocinad­ores y empresas”

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www.worldbioen­ergy.org
CHRISTIAN RAKOS Presidente Asociación Mundial de Bioenergía (WBA) www.worldbioen­ergy.org
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