Bienestar y confort
Ya desde hace años, el sector de la ventilación cuenta con normativas propias donde se respaldan estos elementos que creemos indispensables para la salud de las personas. Si a esto le añadimos que los equipos necesarios para lograrlo sean eficientes y ayuden al ahorro energético, los recuperadores de calor son las unidades idóneas para conseguirlo.
En estos momentos en los que la calidad del aire interior es un factor tan importante en la vida de las personas, hemos conseguido cambiar algunas mentalidades. Entre ellas, la importancia de crear un espacio de bienestar y confort con calidad del aire interior.
¿QUÉ ES UN RECUPERADOR DE CALOR?
Siempre hemos intentado obtener un equilibrio de temperaturas, más o menos constantes. De hecho, nuestros antepasados fabricaban las viviendas en piedra para obtener un aislamiento térmico, en invierno un ambiente agradable, en verano un ambiente fresco. De aquí vinieron algunos conceptos e ideas que se plasmaron en los estándares de demanda energética del siglo pasado, también para mantener las temperaturas en un rango óptimo.
El concepto de los recuperadores de calor se basa en una sencilla idea: aprovechar las propiedades térmicas de los materiales para mantener las temperaturas sin gastar y/o perder energía.
De este modo, los recuperadores de calor son sistemas de ventilación que nos permiten renovar el aire en edificios, climatizarlo y al mismo tiempo, ahorrar energía en el proceso.
Se posicionan como una de las mejores soluciones para conseguir la eficiencia energética y calidad del aire que respiramos en espacios interiores. Un paso imprescindible hacia un mundo más sostenible y con aire más saludable. Para conseguir este intercambio de calor, aprovechamos la temperatura, y a veces también la humedad, del aire interior para trasladarlo al aire que necesitamos aportar del exterior para mantener el aire fresco y renovado. De hecho, para ser más precisos, cuando hablamos del proceso de aprovechar el calor y la humedad del ambiente, decimos que hacemos un intercambio de energía.
El elemento clave para hacer este proceso se llama intercambiador, el cual puede estar fabricado con diferentes materiales para poder hacer lo que llamábamos antes intercambio de calor o intercambio de energía.
Los intercambiadores de calor, también denominados intercambiadores sensibles, están fabricados principalmente en aluminio (se comporta muy bien frente a la temperatura), los cuales nos permiten almacenar el calor en las placas. Este tipo de intercambiador, al no recuperar la humedad del ambiente, hace que se pueda generar una condensación dentro del elemento, que se recoge en una bandeja de drenaje, para poderlo expulsar de la máquina.
Si lo que queremos es recuperar calor y humedad, nos basamos en los intercambiadores entálpicos, normalmente fabricados en celulosas capaces de retener calor y humedad en sus placas o pliegues. Este tipo de intercambiadores no necesitan de una bandeja donde recoger los condensados.
Al modo de intercambio, sensible o entálpico, le debemos añadir la forma del intercambiador. Es decir, como los dos flujos de aire circulan por el componente. Existen tres tipos de intercambiador de calor: placas de flujos cruzados, placas a contraflujo (o placas de flujos paralelos) y rotativos.
PLACAS DE FLUJOS CRUZADOS
Los flujos de aire circulan en dirección ortogonal entre ellos, de manera que el flujo de aire frío se cruza con el flujo de aire caliente. Este tipo de intercambiador suele tener una eficiencia térmica de entre 50 y 70%. No existen fugas de
Los recuperadores de calor son sistemas de ventilación que permiten renovar el aire, climatizarlo y ahorrar energía en el proceso
aire entre los dos circuitos y son intercambiadores compactos y económicos.
PLACAS A CONTRAFLUJO
Visualmente es muy parecido al tipo anterior, pero con la característica que internamente los flujos de aire circulan más tiempo en sentidos opuestos, por lo que la transferencia de calor (y humedad) de uno al otro es mayor. La eficiencia térmica suele estar alrededor del 90%. No existen fugas de aire entre los circuitos, pero son de mayor tamaño y su precio ya es más elevado respecto al intercambiador de flujos cruzados.
ROTATIVOS
Se basan en una rueda formada por varios microconductos dispuestos paralelamente entre ellos. La rueda está dividida por la mitad de forma que un flujo de aire circula por el semicírculo superior, mientras que el flujo con sentido contrario circula por el otro semicírculo. La rueda está accionada normalmente por un motor y un reductor, ayudándose de una correa para hacer el movimiento.
Mediante el giro de la rueda, se consigue el intercambio deseado. Este tipo de intercambiadores permite una eficiencia térmica de 70-85%. Su forma constructiva permite que sea un componente compacto y que pueda trabajar con grandes caudales. Puede haber fugas entre los dos circuitos de aire.
Otra parte importante de los recuperadores de calor y que ayuda al ahorro de energía y bienestar y confort es el BY-PASS térmico.
El BY-PASS es un dispositivo que desvía el caudal de aire y evita que pase a través del recuperador de calor y el intercambio térmico de la unidad.
Este componente ofrece varias ventajas como, por ejemplo, enfriar el local rápidamente cuando la temperatura interior es demasiado alta y la exterior es más adecuada a la necesidad. Los intercambiadores de placas también nos pueden proteger contra congelaciones en invierno. En los equipos con intercambiadores de placas, el BY-PASS es un circuito alternativo al paso por el mismo, mientras que, en el caso de los intercambiadores rotativos, el BY-PASS se consigue mediante el paro del giro de la rueda. La instalación de este tipo de equipos viene obligada por el Reglamento de Instalaciones Térmicas en Edificios, más conocido como RITE, y se puede combinar con elementos de climatización para conseguir un ahorro energético, pero también económico. Aparte los equipos, siempre que la disposición lo permita, deben ir acompañados de filtros según la categoría que marque la norma.
Estos filtros que se instalan dentro del recuperador de calor sirven también para prevenir la entrada de partículas al intercambiador, cosa que podría causar daños en las placas y hacer que el funcionamiento del equipo no fuese el correcto.
Así pues, combinando los diferentes elementos que hemos tratado en este artículo, podemos conseguir que el ahorro energético y bienestar para las personas en edificios de nueva construcción sea posible. •
Si lo que queremos es recuperar calor y humedad, nos basamos en los intercambiadores entálpicos