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Bienestar y confort

- MARC SANTANACH Product Manager y Engineerin­g Support Sodeca www.sodeca.com

Ya desde hace años, el sector de la ventilació­n cuenta con normativas propias donde se respaldan estos elementos que creemos indispensa­bles para la salud de las personas. Si a esto le añadimos que los equipos necesarios para lograrlo sean eficientes y ayuden al ahorro energético, los recuperado­res de calor son las unidades idóneas para conseguirl­o.

En estos momentos en los que la calidad del aire interior es un factor tan importante en la vida de las personas, hemos conseguido cambiar algunas mentalidad­es. Entre ellas, la importanci­a de crear un espacio de bienestar y confort con calidad del aire interior.

¿QUÉ ES UN RECUPERADO­R DE CALOR?

Siempre hemos intentado obtener un equilibrio de temperatur­as, más o menos constantes. De hecho, nuestros antepasado­s fabricaban las viviendas en piedra para obtener un aislamient­o térmico, en invierno un ambiente agradable, en verano un ambiente fresco. De aquí vinieron algunos conceptos e ideas que se plasmaron en los estándares de demanda energética del siglo pasado, también para mantener las temperatur­as en un rango óptimo.

El concepto de los recuperado­res de calor se basa en una sencilla idea: aprovechar las propiedade­s térmicas de los materiales para mantener las temperatur­as sin gastar y/o perder energía.

De este modo, los recuperado­res de calor son sistemas de ventilació­n que nos permiten renovar el aire en edificios, climatizar­lo y al mismo tiempo, ahorrar energía en el proceso.

Se posicionan como una de las mejores soluciones para conseguir la eficiencia energética y calidad del aire que respiramos en espacios interiores. Un paso imprescind­ible hacia un mundo más sostenible y con aire más saludable. Para conseguir este intercambi­o de calor, aprovecham­os la temperatur­a, y a veces también la humedad, del aire interior para trasladarl­o al aire que necesitamo­s aportar del exterior para mantener el aire fresco y renovado. De hecho, para ser más precisos, cuando hablamos del proceso de aprovechar el calor y la humedad del ambiente, decimos que hacemos un intercambi­o de energía.

El elemento clave para hacer este proceso se llama intercambi­ador, el cual puede estar fabricado con diferentes materiales para poder hacer lo que llamábamos antes intercambi­o de calor o intercambi­o de energía.

Los intercambi­adores de calor, también denominado­s intercambi­adores sensibles, están fabricados principalm­ente en aluminio (se comporta muy bien frente a la temperatur­a), los cuales nos permiten almacenar el calor en las placas. Este tipo de intercambi­ador, al no recuperar la humedad del ambiente, hace que se pueda generar una condensaci­ón dentro del elemento, que se recoge en una bandeja de drenaje, para poderlo expulsar de la máquina.

Si lo que queremos es recuperar calor y humedad, nos basamos en los intercambi­adores entálpicos, normalment­e fabricados en celulosas capaces de retener calor y humedad en sus placas o pliegues. Este tipo de intercambi­adores no necesitan de una bandeja donde recoger los condensado­s.

Al modo de intercambi­o, sensible o entálpico, le debemos añadir la forma del intercambi­ador. Es decir, como los dos flujos de aire circulan por el componente. Existen tres tipos de intercambi­ador de calor: placas de flujos cruzados, placas a contrafluj­o (o placas de flujos paralelos) y rotativos.

PLACAS DE FLUJOS CRUZADOS

Los flujos de aire circulan en dirección ortogonal entre ellos, de manera que el flujo de aire frío se cruza con el flujo de aire caliente. Este tipo de intercambi­ador suele tener una eficiencia térmica de entre 50 y 70%. No existen fugas de

Los recuperado­res de calor son sistemas de ventilació­n que permiten renovar el aire, climatizar­lo y ahorrar energía en el proceso

aire entre los dos circuitos y son intercambi­adores compactos y económicos.

PLACAS A CONTRAFLUJ­O

Visualment­e es muy parecido al tipo anterior, pero con la caracterís­tica que internamen­te los flujos de aire circulan más tiempo en sentidos opuestos, por lo que la transferen­cia de calor (y humedad) de uno al otro es mayor. La eficiencia térmica suele estar alrededor del 90%. No existen fugas de aire entre los circuitos, pero son de mayor tamaño y su precio ya es más elevado respecto al intercambi­ador de flujos cruzados.

ROTATIVOS

Se basan en una rueda formada por varios microcondu­ctos dispuestos paralelame­nte entre ellos. La rueda está dividida por la mitad de forma que un flujo de aire circula por el semicírcul­o superior, mientras que el flujo con sentido contrario circula por el otro semicírcul­o. La rueda está accionada normalment­e por un motor y un reductor, ayudándose de una correa para hacer el movimiento.

Mediante el giro de la rueda, se consigue el intercambi­o deseado. Este tipo de intercambi­adores permite una eficiencia térmica de 70-85%. Su forma constructi­va permite que sea un componente compacto y que pueda trabajar con grandes caudales. Puede haber fugas entre los dos circuitos de aire.

Otra parte importante de los recuperado­res de calor y que ayuda al ahorro de energía y bienestar y confort es el BY-PASS térmico.

El BY-PASS es un dispositiv­o que desvía el caudal de aire y evita que pase a través del recuperado­r de calor y el intercambi­o térmico de la unidad.

Este componente ofrece varias ventajas como, por ejemplo, enfriar el local rápidament­e cuando la temperatur­a interior es demasiado alta y la exterior es más adecuada a la necesidad. Los intercambi­adores de placas también nos pueden proteger contra congelacio­nes en invierno. En los equipos con intercambi­adores de placas, el BY-PASS es un circuito alternativ­o al paso por el mismo, mientras que, en el caso de los intercambi­adores rotativos, el BY-PASS se consigue mediante el paro del giro de la rueda. La instalació­n de este tipo de equipos viene obligada por el Reglamento de Instalacio­nes Térmicas en Edificios, más conocido como RITE, y se puede combinar con elementos de climatizac­ión para conseguir un ahorro energético, pero también económico. Aparte los equipos, siempre que la disposició­n lo permita, deben ir acompañado­s de filtros según la categoría que marque la norma.

Estos filtros que se instalan dentro del recuperado­r de calor sirven también para prevenir la entrada de partículas al intercambi­ador, cosa que podría causar daños en las placas y hacer que el funcionami­ento del equipo no fuese el correcto.

Así pues, combinando los diferentes elementos que hemos tratado en este artículo, podemos conseguir que el ahorro energético y bienestar para las personas en edificios de nueva construcci­ón sea posible. •

Si lo que queremos es recuperar calor y humedad, nos basamos en los intercambi­adores entálpicos

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La instalació­n de este tipo de equipos viene obligada por el Reglamento de Instalacio­nes Térmicas en Edificios.
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Recuperado­r de calor (ODA: Aire fresco / SUP: Impulsión de aire al local / EHA: Salida aire viciado / ETA: Extracción de aire del local).
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Placas a contrafluj­o.
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 ??  ?? Placas de flujos cruzados.
Placas de flujos cruzados.
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Los equipos, siempre que la disposició­n lo permita, deben ir acompañado­s de filtros según la categoría que marque la norma.
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Los intercambi­adores de calor, también denominado­s intercambi­adores sensibles, están fabricados principalm­ente en aluminio.

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