POR UN GASTO CONTROLADO
En el último año y medio nos hemos familiarizado en altas dosis con el concepto de teletrabajo. Sin duda, las ventajas de trabajar en casa son muchas. Desde el ahorro económico por no tener que afrontar un alquiler hasta el tiempo de trayecto y su coste en caso de ser trabajador por cuenta ajena. En dicha realidad, la creación de un espacio productivo en nuestra vivienda ha sido uno de los grandes retos, aunque no siempre con la mirada puesta en el coste energético que esto puede llegar a producirnos.
Es ahí donde juega un rol esencial la eficiencia energética de la climatización. ¿Tenemos en cuenta la energía que consumimos o la temperatura a la que trabajamos? ¿Tenemos el coste energético provocado por la climatización bajo control? Deberíamos hacerlo, ya que afecta de una manera directa al bolsillo.
La buena noticia es que dicho gasto puede mantenerse a raya en el momento en el que el consumidor apueste por la eficiencia energética. A la hora de adquirir un equipo de climatización es imprescindible tener en cuenta el etiquetado energético que tiene, así como conocer la eficiencia que alcanza el aparato. De ese modo, podremos tener el gasto controlado aunque se multipliquen las horas en las que se trabaja en la vivienda.
En esa misma línea, aprovechamos desde estas líneas para recordar la especial importancia que tiene poder individualizar la climatización de la habitación que vamos a ocupar con el uso de un termostato. Así, no malgastaremos energía si el resto de la casa permanece vacía durante buena parte de la jornada de trabajo.