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AFEC, de la mano de otras 23 entidades, está impulsando un macroproyecto tractor sobre la rehabilitación de las instalaciones en edificios ante las administraciones públicas.
La iniciativa está dividida en un total de 11 líneas de actuación, una de las cuales es la sustitución de equipos antiguos de bajos rendimientos (calefacción, refrigeración y/o ACS), por otros con mejores prestaciones. El objetivo de esta iniciativa es que, en la aplicación de los fondos europeos del Next Generation, haya una apuesta clara de la Administración por la aplicación de medidas activas de rehabilitación energética de los edificios que mejoren el rendimiento de las instalaciones técnicas de los edificios, a la vez que se reducen las emisiones de CO2 y el consumo de energía primaria no renovable.
Sin duda, la implementación de estas actuaciones mejora el bienestar de las personas, así como las condiciones de habitabilidad, salubridad, seguridad y conectividad de los espacios interiores.
Una de las 11 líneas de actuación que contempla el macroproyecto es la centrada en la electrificación de las instalaciones de calefacción y ACS. Sustitución de equipos de calefacción y ACS que utilicen combustibles fósiles por equipos con tecnología de bomba de calor.
Los equipos bomba de calor proporcionan calefacción, refrigeración y agua caliente sanitaria en hogares, oficinas, colegios, industrias, gimnasios, centros comerciales, etc. Y lo hacen de una forma eficiente y respetuosa con el medio ambiente, utilizando energía procedente de fuentes renovables. En la actualidad, esta tecnología ocupa un papel protagonista dentro de los planes de descarbonización y de utilización de energías limpias establecidos por la UE.
Y son diversas las referencias que se hacen a estos equipos en las directivas sobre Eficiencia Energética y sobre Energías Renovables, tanto para obra nueva como para rehabilitación. Tal y como señalan desde AFEC, es así como la consecución de estos objetivos pasa forzosamente por acometer actuaciones de renovación del parque inmobiliario, priorizando la eficiencia energética y acelerando el despliegue de las energías renovables. Diversos estudios concluyen que, en la actualidad, apenas el 25% de los edificios en Europa son eficientes energéticamente. En España, el 80% de los edificios están calificados por debajo de la letra D. Es decir, muy ineficientes desde el punto de vista energético (Fuente: IDAE). De igual forma, la sustitución de los sistemas de combustión por otros que utilicen energías más limpias potenciará la generación de empleo local, directa e indirectamente, entre los colectivos de empresas instaladoras, distribuidores y fabricantes.
El uso de las energías limpias debe ser prioritario en nuestra sociedad si queremos llegar a alcanzar los objetivos establecidos en el acuerdo de París. Para ello, el usuario debe ser partícipe promoviendo, entre otros, el cambio de los equipos de calefacción y ACS que utilicen combustibles fósiles por sistemas bomba de calor de alta eficiencia. Se ha realizado un estudio en el marco de este macroproyecto tractor basándose en 600.000 viviendas que indica que, si se sustituyera la caldera convencional por la bomba de calor, supondría un ahorro de energía anual de más de seis millones de MWH, lo que evitaría la emisión de más de 800 mil toneladas de CO2 al año. Se trata de un dato a tener en cuenta si queremos conseguir un futuro más renovable y en el que la eficiencia energética sea una prioridad.