NANTUCKET, LA PEQUEÑA ISLA DE LA IGUALDAD Y LA SABIDURÍA
NO CABE DUDA QUE MARIA MITCHELL
NACIÓ CON UNA INTELIGENCIA EXCEPCIONAL Y UNA PASIÓN ÚNICA POR
LAS MATEMÁTICAS
Y EL ESTUDIO DEL UNIVERSO. Pero Maria tuvo, además, la suerte de nacer en aquella alejada isla de Nantucket, inmortalizada por Herman Melville, quien la convirtió en el centro del relato de su famosa novela Moby Dick.
Nantucket era como un pequeño paraíso para los sueños de Maria. Como ella misma explicó, "el espíritu del lugar tuvo mucho que ver en que mi mente se dirigiera en aquella dirección. En Nantucket, la gente tenía la costumbre de observar los cielos y era habitual encontrar un sextante en prácticamente todas las casas". Muchas de las familias de Nantucket vivían de la caza de ballenas, por lo que estaban habituados a utilizar instrumentos de medición astronómicos como el que cita Maria, el sextante, un que se usaba en los barcos para conocer la posición de las estrellas y ubicarse en el mar.
Los habitantes de Nantucket hicieron de las matemáticas y de la observación de los astros un juego de niños. Esto, unido a las ideas de igualdad que defendían los cuáqueros, comunidad mayoritaria de la isla, favorecieron el desarrollo intelectual de Maria y otras mujeres de la zona. Los cuáqueros creían que las almas de hombres y mujeres eran iguales, por lo que entendían que ambos sexos debían ser tratados como iguales.
En 1831, la Nantucket Philosophical Institution, una sociedad intelectual y científica fundada pocos años antes por científicos locales, entre ellos William Mitchell, decidió admitir a mujeres en su seno, algo totalmente revolucionario, si se tiene en cuenta que muchas sociedades científicas americanas y europeas fueron durante décadas reticentes a aceptar mujeres. Un año después, había prácticamente paridad dentro de la Nantucket Philosophical Institution. Ver a mujeres estudiando matemáticas y observando las estrellas era algo habitual en la isla a finales del siglo XVIII y principios del XIX, pero también en el resto de los Estados Unidos. No solo eso, sino que estaba bien visto que las jóvenes se sumergieran en estudios científicos. Maria supo aprovechar aquella coyuntura para poder convertirse en astrónoma, ámbito de la ciencia, como muchos otros, que pocas décadas después serían vetados a las mujeres.
En definitiva, Maria Mitchell supo aprovechar la situación de igualdad de su comunidad cuáquera y la permisividad en todo su país que abrió, aunque fuera temporalmente, las puertas de los conocimientos científicos.
Nantucket fue también un lugar privilegiado para las exploraciones astronómicas. Sus cielos eran únicos para la observación, tal y como se demostró con el eclipse que tuvo lugar el 19 de febrero de 1831 y la isla fue el único lugar de los Estados Unidos donde se pudo ver completamente. Maria, que entonces tenía doce años, y su padre, fueron sus privilegiados observadores.