HAMBRE en Alemania. El boicot británico
LOS EFECTOS DEL BLOQUEO NAVAL BRITÁNICO DURANTE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL DEJARON TANTAS VÍCTIMAS CASI COMO LA PROPIA CONTIENDA BÉLICA.
LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL (1914-1918) FUE UN CONFLICTO ÚNICO EN MUCHOS ASPECTOS. Uno de ellos fue la innovación armamentística puesto que fue la primera vez que se usaron de manera masiva armas como los submarinos, los aviones o los tanques. Sin embargo, durante más de cuatro años se usó un arma tan antigua como la Historia de los conflicto humanos: el hambre. En concreto la intención de matar o rendir por hambre al enemigo.
EL HAMBRE COMO ARMA
Desde la más remota Antigüedad se ha intentado vencer al oponente doblegándolo mediante un bloqueo que le impidiese aprovisionarse de alimentos y, de esta manera, conseguir que el debilitamiento físico llevara a la muerte o la rendición. En el siglo XX está estrategia no cambió apenas solo se modernizó su aplicación. Alemania llegó a contabilizar, después de la guerra, cerca de 700.000 muertos civiles alejados de los campos de batalla. ¿Cómo fue posible si ningún ejército enemigo llegó a invadirla? En las siguientes líneas vamos a describir cómo se llegó a tal situación.
La guerra terrestre, sobre todo desarrollada en el Frente Occidental, estaba repleta de trincheras, alambradas y barro. Pero desde los inicios de la conflagración los vastos océanos y mares se convirtieron, también, en campo de batalla. Los principales contendientes fueron Gran Bretaña, con una indiscutible hegemonía naval que les hacía dominar las rutas marítimas y comerciales de todo el planeta, y Alemania, que a instancias del káiser Guillermo II y el almirante Tirpitz, construyó en pocos años una gran flota de alta mar (Kaiserliche Marine), capaz de rivalizar con los británicos.
A pesar del enorme esfuerzo y coste empleados en la construcción de una flota alemana, esta se reveló poco operativa (salvo algunas unidades aisladas), y el Almirantazgo alemán decidió recluirla en sus puertos naturales a la espera de acontecimientos.
Los británicos no perdieron el tiempo, pues pocos días después de la declaración de guerra de Gran Bretaña a Alemania (4 de agosto de 1914), el Almirantazgo británico declaró un bloqueo naval a las costas de Alemania