MUSEO REAL DE PINTURAS
EL PRIMITIVO MUSEO DE LAS CIENCIAS SUFRIÓ UNA SERIE DE CALAMIDADES, RESPONSABLES EN PARTE DEL CAMBIO EN LA FISONOMÍA QUE PROYECTÓ JUAN DE VILLANUEVA EN SU PLAN ORIGINAL. Hablamos, entre otras, de la destrucción de buena parte del edificio durante la Guerra de la Independencia y la utilización del mismo como cuartel de la caballería francesa en 1808. Como ya sabemos, la restauración fue apoyada decididamente por la esposa de Fernando VII, Isabel de Braganza, y en 1818 se llevó a cabo por Antonio López Aguado, discípulo del arquitecto y autor del proyecto.
Al año siguiente se inauguró el edificio, esta vez ya como Museo Real de Pinturas, conteniendo parte de las colecciones Reales de Pintura y Escultura Españolas, procedentes de los distintos Sitios Reales, entre otras, las de Velázquez. Hay que tener en cuenta que las obras del genial pintor no habían salido nunca de palacio y no habían sido contempladas por el público en general, hasta que el Museo del Prado abrió por primera vez sus puertas al público, en 1819. En aquel momento, la relevancia del pintor no se hizo del todo patente, debido a que los gustos artísticos de los visitantes de la época eran más bien románticos, combinados con un acusado toque naturalista y dominados por una gran religiosidad, muy alejados del estilo barroco del artista. Por lo tanto, no es hasta la segunda mitad del siglo XIX, coincidiendo con la estancia en España del pintor francés Manet, que fue quien lo descubrió realmente, considerándolo el mejor artista de todas las épocas y nacionalidades.