¿POR QUÉ ENTERRARON A FRANCO EN EL VALLE DE LOS CAÍDOS?
En un año en el que Francisco Franco y su mausoleo en el Valle de los Caídos ha estado en boca de todos, cabe preguntarse cómo acabó el dictador español allí enterrado. La respuesta la tiene la llamada
Operación Lucero, puesta en marcha por el entonces presidente Carlos Arias Navarro, y llevada a cabo por cuatro militares del servicio de Inteligencia del Estado.
Esta misión consistía en desarrollar un plan para saber cómo proceder en caso del fallecimiento del jefe del Estado. Un proyecto que quedó cerrado más de doce meses antes de que Franco fallecese y que dejaba por escrito que este sería enterrado en un sepulcro en el Valle de los Caídos, un lugar icónico para el dictador y sus seguidores, ya que él mismo ordenó levantar este monumento en honor a la memoria en los que cayeron en la Guerra Civil española.
La razón de esta operación, llamada Lucero en referencia a las estrellas de cuatro puntas de los generales, era no cometer los mismos errores que se produjeron tras el asesinato de Carrero Blanco. El grupo de militares lo formaban el comandante Juan María de Peñaranda y los capitanes Emilio Atienza Vega, José González Soler y Juan Hernández Rovira. Suya fue la idea de enterrar a Franco en el Valle de los Caídos, propuesta aprobada por el presidente del gobierno en un primer borrador en mayo de 1974.
Según ha relatado el propio Peñaranda, en un libro de su autoría sobre esta operación, el Valle no fue la primera opción. Sin embargo, concluyeron que el jefe de Estado debería quedar enterrado en Madrid, pero no en la capital, para no provocar altercados con la futura coronación de Juan Carlos I. Así, decidieron que el lugar del entierro fuese el monumento levantado por el dictador en 1940.