DOS FRACASOS EN UN MISMO LUGAR
EL 21 DE OCTUBRE DE 1782 HUBO OTRO ENFRENTAMIENTO FALLIDO POR PARTE DE LA FLOTA HISPANO-FRANCESA, COMANDADA POR EL ALMIRANTE LUIS DE CÓRDOVA, EN CABO ESPARTEL.
La flota británica, dirigida en aquel momento por el conocido almirante Robert Howe, trataba de abastecer de provisiones a Gibraltar tras los bloqueos recibidos por parte de España y Francia. Para ello, partieron un convoy hacia Gibraltar y otro hacia las Indias, custodiados por treinta y cinco navíos de línea.
Mientras, la flota del almirante de Córdova permanecían vigilando el Estrecho desde la bahía de Algeciras, con un total de cuarenta y nueve navíos de línea en mal estado de conservación, quedando en cuarenta y seis maltrechos tras la tormenta del 10 de octubre. De los otros tres, uno fue hundido por los cañones de Gibraltar, otro se perdió por el Mediterráneo, y el tercero quedó varado.
Debido al fuerte temporal y a las corrientes marítimas que había en aquel momento, solo cuatro de los barcos con provisiones de Howe llegaron a puerto sin problemas, iniciándose una persecución de los navíos británicos por el Estrecho, consiguiendo localizar de Córdova a su enemigo el 19 de octubre.
Alejado del Estrecho para buscar un espacio más abierto, el veinte de octubre, Robert Howe se preparó para la batalla, que se inició un poco antes de las seis de la tarde.
Sin daños considerables, sabiendo que los barcos de su flota eran mejor, los ingleses escaparon rumbo a toda vela rumbo a Gran Bretaña, dejando a Córdova a medio camino, inmerso en las reparaciones de sus navíos para poder seguir la travesía.
Robert Howe y sus hombres habían conseguido su propósito: entregar las provisiones a Gibraltar esquivando la débil defensa hispano-francesa.