JESSE JAMES Tesoros perdidos en el salvaje Oeste
EN EL CONTEXTO DE LA GUERRA DE SECESIÓN AMERICANA NACIÓ EL MITO DE JESSE JAMES, UN FORAJIDO RECORDADO COMO UN BUEN HOMBRE. NADA MÁS LEJOS DE LA REALIDAD. SIN EMBARGO, AÚN EXISTE UN ENIGMA SOBRE SU VIDA: ¿DÓNDE ESTÁ LA RIQUEZA QUE ACUMULÓ EN SUS ATRACOS?
TRAS LA VICTORIA SOBRE LOS INGLESES DURANTE SU GUERRA DE INDEPENDENCIA, los Estados Unidos de América iniciaron un proceso de expansión territorial a partir de dos procedimientos. El primero consistió en la adquisición de nuevos dominios a cambio de dinero, tal y como sucedió en el caso de Luisiana en 1803, Florida en 1819 y, más recientemente, Alaska en 1867. El otro procedimiento se basó en la conquista militar, casi siempre a expensas de México a quien arrebató Texas en 1845 y numerosos estados como Arizona, Nuevo México, Nevada, Colorado y California. El control de estos vastos territorios fue posible gracias al crecimiento poblacional de los Estados Unidos, multiplicado como consecuencia de la llegada de un amplio contingente de nuevos inmigrantes de origen europeo y, muy especialmente, por la expansión del ferrocarril, un medio de transporte esencial para conocer la historia del gigante americano y hacer posible la conquista del Salvaje Oeste, un proceso que terminó forjando lo que se interpretó como el nuevo espíritu americano, encarnado en el hombre de la Frontera capaz de afrontar todo tipo de retos y graves problemas en un territorio hostil.
LA FRONTERA
El desplazamiento hacia el Oeste de miles de colonos en busca de nuevas oportunidades suscitó importantes avances económicos como el inicio del gran crecimiento industrial americano y la mejora de las comunicaciones. Al mismo tiempo, se gestaba el nacimiento del gran mito nacional de los Estados Unidos, la Frontera, que sirvió de base para el desarrollo del férreo patriotismo americano caracterizado por el pragmatismo, el individualismo y el fomento del éxito.
Pero, en su parte negativa, la conquista del Salvaje Oeste provocó el desplazamiento, opresión e incluso aniquilamiento de importantes minorías étnicas, cuyas ancestrales formas de vida experimentaron un profundo traumatismo del que nunca pudieron recuperarse. Mientras proseguía la conquista del Lejano Oeste, Estados Unidos se fue forjando como nación, pero en este siglo XIX se manifestaron dos formas de entender la nueva república federal. Los estados del norte defendían el predominio de las instituciones federales y el poder
JESSE JAMES fue uno de los más recordados forajidos del Salvaje Oeste. Con el paso del tiempo adquirió una aureola mítica al ser recordado como una especie de Robin Hood americano, que robaba a los ricos para repartir su botín con los pobres.
de decisión del Presidente, el Gobierno y el Congreso, al igual que un modelo económico basado en el desarrollo industrial. Por su parte, los estados del sur abogaban por un mayor autogobierno y el predominio de la agricultura tradicional de base esclavista.
En este contexto de tensión entre las tendencias centralizadoras del norte y las que tendían al autogobierno en el sur se produjo la Guerra de Secesión entre el 1861 y 1865. En este momento es cuando se empezó a forjar la leyenda de Jesse James, uno de los más recordados forajidos del Salvaje Oeste que con el paso del tiempo adquirió una aureola mítica al ser recordado como una especie de Robin Hood americano que robaba a los ricos para repartir sus ganancias entre los pobres. Nada más lejos de la realidad.
EL ORIGEN DE LA LEYENDA
Jesse James nació el 5 de septiembre de 1847 en un pequeño pueblo del condado de Clay, en Missouri. Fue el segundo hijo de Robert James, un comerciante de cáñamo y ministro de la Iglesia bautista de Kentucky, y de Zerelda James, siendo su hermano mayor Alexander Franklin y la menor, Susan Lavenia.
Antes de tener a sus hijos el matrimonio James decidió marchar hacia Bradford, Missouri, en donde ayudaron a fundar la William Jewell College Liberty, pero la precaria situación económica llevó al padre a ponerse nuevamente en marcha, en esta ocasión hacia California, ya que al parecer se había dejado contagiar por la Fiebre del Oro y las noticias procedentes del Oeste le hicieron abrigar la esperanza
de conseguir una pequeña fortuna. Su sueño no pudo verse cumplido, puesto que Robert James encontró la muerte muy pronto, cuando su hijo Jesse tenía solo tres años de edad. Tras el fallecimiento del padre, la viuda Zerelda trató de recomponer lo más rápidamente posible su vida, por lo que volvió a casarse en dos ocasiones. La primera, en 1852, con Benjamin Simms, y la segunda, en 1855, con Reuben Samuel, con quien tuvo otros cuatro hijos, formando una familia numerosa que al final logró salir adelante gracias a una pequeña plantación de tabaco en la que llegaron a trabajar siete esclavos.
La vida de los James y sus hermanastros no tardó en ensombrecerse, ya que desde 1854 se empezaron a propagar violentos enfrentamientos en Missouri protagonizados por unos esclavos cuyo único objetivo era liberarse de la brutal represión a la que se encontraban sometidos por parte de sus codiciosos amos. Era el preludio de lo que estaba a punto de suceder: el estallido de la Guerra Civil entre los estados del norte y los confederados del sur, un conflicto en el que se vieron involucrados tanto Jesse como su hermano Frank al unirse en 1862 a la guerrilla sudista de William C. Quantrill.
Tras el final del conflicto, Jesse James se vio obligado a rendirse ante los soldados de la Unión, pero poco después, en 1866, decidió retomar las armas para convertirse en un temido forajido (como otros muchos soldados sudistas que se sintieron desamparados una vez acabada la guerra). James fue el forjador de la legendaria banda James-Younger, integrada por Jesse y su inseparable hermano Frank, los Younger (Cole, Jim y Bob) y los dos Miller (Clell y Ed).
JESSE JAMES se vio obligado a rendirse ante los soldados de la Unión, pero poco después, en 1866, se convirtió en un temido forajido que dio origen a la legendaria banda James-Younger.
LA BANDA JAMES-YOUNGER
Muy pronto el grupo empezó a adquirir notoriedad por la audacia con la que llevaron a cabo los múltiples asaltos a los trenes que continuamente cruzaban el medio-oeste americano. Los bancos tampoco se salvaron de los ataques protagonizados por los mezquinos integrantes de la banda James-Younger. Los actos vandálicos pergeñados por Jesse y los suyos fueron tan numerosas que llegaron a oídos del Gobierno Federal, por lo que se intentó atajar el problema de la forma más expeditiva posible contratando los servicios de la prestigiosa agencia de detectives Pinkerton con el objetivo de terminar con estos peligrosos forajidos. A punto estuvieron de conseguirlo, porque un día de 1875 varios hombres de la agencia lograron tirar una bomba en la casa de los James, pero quiso el destino que ni Jesse ni Frank se encontrasen en su interior, no así uno de sus hermanastros de ocho años, Archie James, que resultó muerto, y su madre, que perdió el brazo como consecuencia de la explosión.
Un año después, en 1876, la banda James-Younger sufrió un duro golpe. En esta ocasión el objetivo era un pequeño pueblo del Lejano Oeste, Northfield, habitado por descendientes de inmigrantes suecos. Cuando los forajidos llegaron con la insana intención de desvalijar el pueblo se encontraron con unos hombres que decidieron ser valientes y, por eso, consiguieron repeler a tiros a
una banda que quedó muy mal parada. Solo Jesse y su hermano Frank lograron ponerse a salvo, mientras que el resto de los miembros fueron apresados por las autoridades o, en el peor de los casos, mordiendo el polvo tras recibir un tiro entre las cejas.
A pesar del fracaso, este no fue el final para Jesse ya que junto a su hermano terminó formando una nueva banda, la James Band, pero su cabeza ya estaba tasada en 10.000 dólares, una cantidad realmente jugosa que muy pocos querían dejar pasar. La recompensa se incrementó cuando el 15 de julio de 1881 Jesse James realizó uno de sus últimos golpes, el asalto al tren de Winston, que le terminó costando la vida al conductor, William Westfall. Esa fue la gota que hizo colmar el vaso.
En 1882 el gobernador del estado de Missouri logró entrar en contacto con alguno de los miembros de la banda y les prometió el cobro de la recompensa a cambio de entregar o matar al forajido. El 3 de abril de este mismo año, Robert Ford mataba de un tiro por la espalda a Jesse James. La vida del más conocido forajido del Lejano Oeste llegaba a su fin, pero desde ese mismo momento se empezó a forjar una leyenda que hablaba sobre un importante tesoro formado por las incontables riquezas acumuladas durante los atracos de la banda, un tesoro que, por cierto, habría quedado escondido después del trágico final de James. EL TESORO DE JESSE JAMES
Según nos narra la leyenda, algunos años después de la muerte de Jesse, un viejo sacerdote acudió a dar la extremaunción a su hermano, Frank James. Este, justo antes de fallecer, le entregó un extraño mapa, prácticamente indescifrable, que estaba presidido por la imagen de un lobo, motivo por el cual se le empezó a conocer como el Mapa Wolf. No podemos conocer el recorrido que protagonizó el mapa desde ese momento, pero pocos años después el mapa se encontraba ya en manos de un minero llamado Ben Morton, quien habría dedicado muchos años de su vida a buscar el portentoso tesoro por las lejanas y áridas montañas de Missouri, hasta el 1930, en el que se produjo su muerte. Al parecer, entre las pertenencias del anciano minero se encontró el mapa y desde entonces una gran cantidad de cazatesoros habrían hecho todo los posible por encontrar las riquezas de los James. Todo parece indicar que el mapa es un simple fraude, pero esto no ha desanimado a los que siguen soñando con el hallazgo de un tesoro perdido.
LA DESAPARICIÓN DE JESSE JAMES sirvió para dar origen a una leyenda que hablaba sobre un importante tesoro formado por las incontables riquezas acumuladas durante los atracos de la banda, un tesoro escondido.