APARECEN LOS RESTOS DE UN SUBMARINO ALEMÁN DE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL
Se trata de un naufragio de la Primera Guerra Mundial. Un tesoro más escondido que vuelve a nosotros. Es el submarino alemán UC-61 de la Armada Imperial Alemana que quedó varado en 1917 en una población costera población del departamento de Paso de Calais, en el norte de Francia, y que ahora ha vuelto a hacer su fantasmagórica aparición, tras las fuertes tormentas de los últimos meses. Según ha explicado Vincent Schmitt, un guía turístico de la zona, fragmentos y piezas del submarino reaparecían en ocasiones y de forma puntual en la playa, pero esta vez es la primera en la que se ha hecho tan visible. Al parecer, el naufragio que permanece, desde hace 100 años, en la costa de Wissant, ya forma parte del paisaje marítimo de la localidad.
Este submarino se lanzó el 11 de noviembre de 1916, comandado por Georg Gerth (1888-1970). Tenía una longitud total de 50,35 metros, un desplazamiento de 422 toneladas cuando estaba en la superficie y 504 toneladas mientras estaba sumergido. Tuvo un tiempo de inmersión de 48 segundos y fue capaz de operar a una profundidad de 50 metros. El submarino tenía, además, una velocidad superficial máxima de 11.9 nudos (22.0 km/h; 13.7 mph) y una velocidad sumergida de 7.2 nudos (13.3 km/h; 8.3 mph) y estaba equipado con un importante número de torpedos y minas para el ataque. Según las fuentes históricas, consiguió hundir 11 barcos mediante el lanzamiento de estos torpedos o la colocación de minas, para lo cual estaba especialmente diseñado. Y es que los submarinos alemanes de la Primera Guerra Mundial conocidos como U-boot fueron una de las principales armas de ataque contra los Aliados que provocaron el hundimiento de centenares de embarcaciones en las costas del Atlántico y del mar del Norte.
En 26 de julio de 1917 y después de llegar de Bélgica, el submarino UC-61 tenía como misión navegar y explorar Boulogne-sur-Mer y El Havre con el objetivo de colocar minas en esas zonas y tratando de evitar ser detectados por las redes antisubmarinos que se extendían desde Inglaterra hasta Francia. Pero durante estas maniobras, y al parecer por un error de navegación de las personas al mando, la nave encalló en este lugar de la costa francesa. Después de esto, los 26 miembros de la tripulación lo inundaron y se rindieron ante las autoridades francesas, para evitar que fuera utilizado por el enemigo. Su capitán Georg Gerth fue hecho prisionero de guerra hasta marzo de 1920.
EN JULIO DE 1917 EL SUBMARINO zarpó de Zeebrugge en Bélgica y se dirigía a Boulogne-sur-Mer y Le Havre para colocar minas, cuando se quedó encallado y terminó hundido por su tripulación.