¿QUIÉNES FUERON LOS AMANTES DE TERUEL: "TONTA ELLA Y TONTO ÉL"?

EL ORIGEN DEL SIGNIFICADO DE ESTA EXPRESIÓN HISTÓRICA POPULAR SE REMONTA A LAS BURLAS QUE EN TIEMPOS MEDIEVALES GENERARON LOS AMORES TRÁGICOS. Y así se dice irónicamente de la desgracia a que puede llevar la pasión amorosa, tal como les sucedió a estos célebres amantes Diego Martínez de Marcilla e Isabel de Segura. Su historia sucede en Teruel y la tradición pone el año 1217 como la fecha de su trágico final. Isabel, de familia adinerada, y Juan, de familia modesta, se conocían desde niños, habían pasado la infancia juntos y la amistad infantil dio paso a un amor adolescente. Con este sentimiento pleno, Juan pidió la mano de Isabel, pero el padre de esta se la negó alegando que Juan no tenía los suficientes medios económicos como mantener a su hija como se merecía. Juan, que no estaba dispuesto a renunciar a su amor, pidió al severo padre, un plazo cinco años para poder unirse a las Cruzadas y regresar con el prestigio y dinero necesario para merecerse a Isabel.

Transcurrido el periodo marcado, Juan no consiguió llegar a tiempo prisionero de los sarracenos y las terribles circunstancias, y se retrasó un solo día. Cuando, finalmente, puso los pies en su tierra descubrió que ese mismo día se estaba celebrando la boda de Isabel con un miembro de la poderosa familia de los Azagra. Diego desolado entró en la cámara nupcial y después de reprocharle a Isabel su boda, le pidió un último beso de despedida, que esta le negó. Diego rechazado murió de pena pocas horas después. Durante los actos funerarios, Isabel se presentó muy afectada y le dio al cadáver el beso que le había negado para después caer muerta junto al féretro. Finalmente, ambas familias decidieron enterrarlos juntos.

Aunque se habla mucho de leyenda, lo cierto es que en 1555, en la iglesia de San Pedro de Teruel, se encontraron dos momias en ataúdes de madera y junto a ellas un documento que narraba, en letra gótica, esta especial historia.