Foto histórica. VANGUARDIA RUSA en femenino
Natalia Goncharova,Alexandra Exter, Olga Rózanova, Nadeshda Udaltsova, Liubov Popova,Varvara Stepanova y Sonia Delaunay son las protagonistas de esta muestra dedicada a las pioneras de todo lo que significó la vanguardia rusa a comienzos del siglo XX.
NOS ENCONTRAMOS EN LOS PRIMEROS AÑOS DEL SIGLO PASADO CUANDO UN PAÍS COMO RUSIA EMPEZABA A VIVIR UN RENACIMIENTO CULTURAL SIN PRECEDENTES EN EL QUE LAS MUJERES ARTISTAS REALMENTE FUERON GENIALES PIONERAS DEL MOVIMIENTO VANGUARDISTA.
Esta muestra tiene como objetivo dar su sitio en la memoria a aquellas artistas como protagonistas absolutas de los movimientos de vanguardia de la Rusia del siglo XX. Esa es la definición que ha expresado el director artístico del Museo Thyssen-Bornemisza Guillermo Solana.
La bella exposición, que podrá vistarse en la capital hasta el próximo 16 de junio, se compone de 12 obras del museo pertenecientes a Alexandra Exter, Olga Rózanova, Nadeshda Udaltsova, Liubov Popova, Varvara Stepanova, Sonia Delaunay y Natalia Goncharova. También se incluyen importantes textos, biografías y fotografías, y el conjunto se completa con un vídeo de la restauración de las obras "Pesca" (Pescadores), de Natalia Goncharova, y "Jugadores de billar", de Varvara Stepanova.
Un conjunto de valientes mujeres que jugaron un papel fundamental para el desarrollo de la importante vanguardia rusa, y que demostraron el valor de su trabajo saliendo adelante por sus propios esfuerzos, a pesar de los inconvenientes de haber nacido y haberse criado en un régimen que se aferraba y se definía por los valores preindustriales y que se encontraba muy aislado en el pasado.
PIONERAS ÚNICAS
No en vano, se trata, sin duda, de pioneras de la creación, de la defensa de los nuevos lenguajes artísticos y de su difusión real. Estas mujeres consiguieron fascinar con su obra, pero, por supuesto, también lograron escandalizar en la misma medida a la sociedad rusa y europea de comienzos del siglo XX. Y es que ueron un fenómeno singular. El hecho clave es que el éxito de estas artistas corresponde a su propio mérito y no a ningún régimen político.
Aunque este grupo de siete mujeres no pretendían serlo y no formaban un movimiento, como podríamos definirlo ahora mismo, tuvieron contacto entre ellas y se conocieron y, como consecuencia de ello, se influyeron entre sí. Pero lo cierto es que cada una fue pionera en un movimiento
dentro de la vanguardia rusa, entre ellos: el neoprimitivismo, el cubofuturismo, el rayonismo, el suprematismo o el constructivismo (los diferentes movimientos que se sucedieron durante los últimos años de la Rusia de los zares y sus carreras habían alcanzado la madurez cuando, en 1917, triunfó la Revolución de Octubre).
Pero, a pesar de ser únicas en su arte, manejaban conceptos afines tales como el interés por el color, la tendencia a la abstracción e incluso, si miramos más allá, todas ellas consiguen llevar su arte un paso más del simple cuadro para aparecer en diseños de libros, de tejidos o llegar a escenografías teatrales.
DE NATALIA GONCHAROVA A SONIA DELAUNAY
El director del museo Solana ha mostrado su preocupación al afirmar que esta exposición no se enmarca dentro del reproche que se suele hacer a los planteamientos feministas sobre un denominado “revisionismo ideológico”. Esta selección y estas protagonistas van mucho más allá. Empezamos el recorrido con Goncharova, que, desde sus primeras obras de finales de la década de 1900, combinó de manera perfecta su interés por los movimientos de vanguardia europeos con una constante búsqueda de inspiración en el folclore y las raíces populares rusas, para después sumergirse en la admiración por Gauguin y Matisse, su interés por el cubismo y el futurismo, yb finalmente, junto a Larionov, el rayonismo.
Seguimos, por ejemplo, con Alexandra Exter, que fue una figura clave en las conexiones entre la vanguardia rusa y las corrientes artísticas que se estaban desarrollando en Europa occidental, o Rózanova que está considerada una de las artistas más originales de la vanguardia rusa.
Asimismo, Nadeshda Udaltsova estuvo vinculada al cubismo de una manera única; Popova combinó su fascinación por el arte antiguo ruso con numerosos viajes familiares por toda Europa; Stepanova, la más joven y única artista de su época con formación en artes aplicadas, expandió sus ideas al terreno del diseño de vestimenta y textil, a la decoración de espacios públicos y teatrales y se convirtió en una de las principales representantes del constructivismo, y Sonia una figura clave para la vanguardia gracias a la aventura simultaneísta que emprendió junto a Robert Delaunay, su marido desde 1910.