¿POR QUÉ TODAVÍA HOY DECIMOS?... ¡SE ARMÓ LA GORDA!
AUNQUE LA REFERENCIA VISUAL NO LLEVE A IMAGINAR ALGO ASÍ, A DIFERENCIA DE LO QUE MUCHAS PERSONAS PUEDEN PENSAR AL ESCUCHAR ESTA CURIOSA FRASE TODAVÍA VIGENTE ENTRE LAS EXPRESIONES DE NUESTRA LENGUA, AQUÍ NO INTERVINE UNA MUJER CON PESO EXCEDIDO Y MAL HUMOR.
El origen de esta expresión se remonta a la España de mediados del siglo XIX, cuando su poderío como potencia internacional estaba en franca decadencia. En aquellos años la gloriosa España ya no poseía la mayoría de sus territorios coloniales en el continente americano y el desánimo de la población era un hecho creciente, constatable y peligroso.
En aquel marco desesperanzador, empezó a gestarse un movimiento revolucionario que finalmente terminó estallando en 1868 (“La Gorda” es el apodo que se le dio en Sevilla). Se trata del levantamiento que provocó que la reina Isabel II (1830-1904) tuviera que abandonar el país
entonces ya se había generado en las calles un insistente rumor callejero en el que se utilizó un giro muy especial, castizo y muy significativo. Las gentes gritan: “Se va a armar la gorda”. Esta frase popular, que ha llegado hasta nuestros días, pretendía alertar de que estaban al caer conflictos graves e importantes. En concreto, con el término "gorda", la gente del pueblo se refería al alzamiento militar, que finalmente en septiembre de este mismo año terminó por producirse. Esta revolución ha pasado a la historia como La Septembrina, Revolución de Septiembre o La Gloriosa. Debido a la gravedad de los hechos para el pueblo español en aquellos años, la expresión terminó evolucionando, así que su sentido hoy se refiere a cualquier tipo de problema más o menos grave, el espectro es amplio, abarca desde una guerra o a una simple trifulca familiar.
En América, después de la conquista española, la frase “se armó la gorda” también se fue volviendo cada vez más utilizada y popular, y en la actualidad todavía sigue vigente como un sinónimo de que existe un gran problema por llegar.