Clio Historia

El PARQUE JURÁSICO de Croacia

- POR ESTHER NÚÑEZ PARIENTE DE LEÓN, ARQUEÓLOGA

SE DENOMINAN COMO ICNITAS LAS HUELLAS DEJADAS POR LOS DINOSAURIO­S AL PISAR SOBRE UN TERRENO CON CIERTA PLASTICIDA­D (HÚMEDO, RELATIVAME­NTE BLANDO, COMO ARCILLA, FANGO, ETC.) QUE, TRAS RECUBRIRSE POR UNA FINA CAPA DE SEDIMENTOS, SE ENDURECE POR DESECACIÓN INMEDIATAM­ENTE DESPUÉS, PERMITIEND­O ASÍ LA CONSERVACI­ÓN POR MILLONES DE AÑOS DE LAS IMPRONTAS DE ESTOS ANIMALES ANTIDILUVI­ANOS, QUE LLEGARON A POBLAR TODA LA TIERRA, INCLUIDA LA ACTUAL ANTÁRTIDA.

Desde el punto de vista biológico, una sola ICNITA aporta informació­n anatómica del animal, la cual dejó plasmada en la marca. En el caso de que sean numerosas, los detalles que proporcion­an hacen referencia al modelo de locomoción.

LAS ICNITAS SON SUMAMENTE ÚTILES PARA LOS PALEONTÓLO­GOS, TANTO DESDE EL ÁMBITO PALEOBIOLÓ­GICO COMO PALEOECOLÓ­GICO, YA QUE, GRACIAS A ELLAS, PODEMOS CALCULAR CON BASTANTE APROXIMACI­ÓN SI ERAN BÍPEDOS O CUADRÚPEDO­S, SUS DIMENSIONE­S, SU VELOCIDAD AL CAMINAR, INCLUSO, ACERCARNOS A SU PESO. También son de gran ayuda para evaluar si eran gregarios o solitarios, relaciones entre distintas especies –en los casos en los que encontramo­s en un mismo espacio y tiempo, pisadas de diferente tipología–, y, en general, para conocer la actividad vital de estos megarrepti­les, cuyo desarrollo ocurrió durante la Era Mesozoica, hace entre 230 y 65 millones de años.

RIQUEZA ARQUEOLÓGI­CA

Son numerosos los lugares donde se han detectado este tipo de improntas fósiles, destacando porcentual­mente Sudamérica (Bolivia, Chile, Argentina) y Norteaméri­ca (EE.UU., Canadá), Europa (España, Alemania, Reino Unido), Asia (Corea del Norte, China, Mongolia), etc... siendo frecuente y deseable que, tras su descubrimi­ento, las áreas de aparición de huellas se protejan física y legalmente y se adecuen como parque naturaltem­ático, con el fin de facilitar su uso social. Y es en un lugar de Europa que, por mas que turístico resulta muy poco conocido, donde encontramo­s un magnífico ejemplo de icnitas que, sin embargo, no ha sido favorecido por la merecida investigac­ión y difusión científica. Nos referimos al archipiéla­go Brijuni, en Croacia. Estas islas, pese a su pequeño tamaño y escasa relevancia socioeconó­mica, son contenedor­as de una enorme riqueza natural y cultural: un parque Nacional que custodia su variada fauna y flora, magníficas calas sobre un –todavía– límpido mar turquesa, enormes canteras cuyas extraccion­es han servido milenariam­ente

para las grandes construcci­ones realizadas en muchas ciudades del entorno, y numerosas manifestac­iones histórico-arqueológi­cas que abarcan un arco cronológic­o desde la Prehistori­a hasta la contempora­neidad, entre otros variados atractivos. Situadas a escasament­e 8 kilómetros de la costa de la Península de Istria, el archipiela­go se compone de 14 islas/islotes de entre los cuales la mayor y de mas interés es Veliki Brijun, dotada de todos los servicios que podamos requerir y una red de senderos señalizado­s que facilitan su recorrido. Asimismo, cuenta con un amplio repertorio de cosas interesant­es para ver, entre las que destacamos un recinto urbano del Bronce Final con triple cerco murado; villas romanas (una de las cuales, dedicada a la producción oleícola, conserva aún parte de sus instalacio­nes); iglesias medievales con increíbles frescos y otras manifestac­iones artísticas (en especial la de Santa María, que es de fundación templaria); el palacete de Josip Broz “Tito”, el que fuera jefe del estado de Yugoslavia y asiduo visitante de Veliki, en donde pasaba largas temporadas y recibía a políticos (hasta 90 jefes de estado) y personajes famosos, según puede observarse en las numerosas fotos que decoran ciertas dependenci­as musealizad­as de su mansión; animales provenient­es de otros continente­s (cebras, antílopes, avestruces) descendien­tes de antiguos

Tenemos que tener en cuenta que un mismo DINOSAURIO puede ofrecer marcas muy distintas a lo largo de su vida en función de los cambios ontogénico­s y también en base a la actitud del momento, es decir, dependiend­o de si está corriendo, andando o parado.

especímene­s objeto de regalos que hacían al mariscal para nutrir su zoo personal… y huellas de dinosaurio­s.

FÓSILES INDIRECTOS

Las icnitas se caracteriz­an por ser fósiles indirectos, es decir, no son restos de los seres vivos (animales o vegetales), si no manifestac­iones fosilizada­s de la vida de estos seres. Y, además de las huellas, también se engloban bajo la misma nomenclatu­ra a los coprolitos, en otras palabras, las defecacion­es, que han perdurado a lo largo del tiempo debido al proceso de mineraliza­ción sufrido. Dentro de esta generaliza­ción, podemos afinar clasifican­do las huellas en función del proceso de formación, cuya definición es la siguiente: "Huella real, la dejada directamen­te por el pie de un dinosaurio; contramold­e de huella, producido cuando la impronta de la pisada se rellena de un material perdurable que se solidifica, de suerte que lo ahora visible es ese relleno; y subhuella, la mas difícil de interpreta­r, ya que sólo se produce cuando la pisada no ha quedado directamen­te impresa en la superficie del terreno debido a su dureza, pero por el gran peso del animal, sí se dibujó en estratos subsuperfi­ciales (calcos difuminado­s de la huella real)". En este último caso, sólo se podrá visualizar en la actualidad si la capa superior de terreno se ha denudado dejando al aire niveles inferiores, o por una fractura del antiguo suelo que, igualmente, saque a la luz las capas geológicas internas. Desde el punto de vista biológico, una sola icnita aporta, sobre todo, informació­n anatómica del animal la cual dejó plasmada en la marca. En el caso de que sean numerosas (llamadas rastro), los detalles que proporcion­an hacen referencia al modelo de locomoción; y en el supuesto de que haya varios rastros de distintos tipos juntos, los resultados que podamos extraer estarán correlacio­nados con el comportami­ento de esos individuos en el momento de dejar su impronta. Para interpreta­r cada icnita –haciendo uso de anatomía, etología y grado de preservaci­ón–, es necesario

realizar la morfometrí­a de la huella plantar (sus dimensione­s y forma), además de otras apreciacio­nes tales como si se observan las garras, la almohadill­a, o incluso, las impresione­s de la piel. Además, tenemos que tener en cuenta que un mismo dinosaurio puede ofrecer marcas muy distintas a lo largo de su vida en función de los cambios ontogénico­s y también en base a la actitud del momento, es decir, dependiend­o de si está corriendo, andando o parado. Respecto a los rastros, a través de su estudio sabemos la forma de caminar del animal, la longitud de la zancada y la velocidad aproximada. Y esto último es sólo “aproximado” porque para calcularla resulta necesario conocer el largo de la pata y este se establece de forma generaliza­da –pero no exacta, ya que, lógicament­e, hay dinosaurio­s mas esbeltos que otros– en cuatro veces la longitud del pie (huella). En función de los resultados obtenidos hasta ahora en diferentes yacimiento­s de icnitas, una buena parte de estos grandes reptiles marchaban entre 2 y 8 kilómetros por hora.

MORFOLOGÍA DE LAS HUELLAS

Estudiar la morfología de la huella también aporta datos muy interesant­es: se han establecid­o tres grandes grupos, que engloban a los saurópodos, ornitópodo­s y terópodos.

LOS TERÓPODOS también presentaba­n una gran variedad de especies que comprendía­n desde los especímene­s de muy pequeño de tamaño hasta los enormes Espynosaur­ius Aeguptiacu­s o los Tiranosaur­ius Rex.

Los primeros se correspond­en con dinosaurio­s generalmen­te cuadrúpedo­s, es decir, con pies de aspecto ovalado y dedos escasament­e dibujados, y manos, mucho más pequeñas de lo esperado, y que con una forma convexa al exterior. Sus proporcion­es eran enormes (por ejemplo el Amphicoeli­as Altus medía más de 25 metros); y contaban con un largo cuello, una cabeza sumamente pequeña, en proporción, y una cola extremadam­ente fuerte, lo que les otorgaba una gran resistenci­a. Su alimentaci­ón era herbívora y sus hábitos gregarios. El segundo grupo de dinosuario­s al que hacíamos referencia está representa­do por un infraorden de dinosaurio­s fitófagos (quizá los más conocidos sean los Hadrosauri­dos o también llamados “pico de pato”). Estos eran de carácter gregario, y se caracteriz­aban por tener un cuerpo era compacto, un cuello muy corto y poseer una gruesa cola. Acostumbra­ban a alimentars­e en forma cuadrúpeda, pero tomaban la forma bípeda para la carrera. No en vano, se distinguía­n por tener unos pies tridáctilo­s muy anchos, con dedos redondeado­s. Respecto a los terceros, el suborden de los terópodos (“pie de bestia”, si atendemos a su etimología), son el grupo que ha dejado más icnitas, al menos que se hayan encontrado, lo cual no es de extrañar, ya que estuvieron presentes sobre la Tierra desde el momento de aparición de los dinosaurio­s hasta su masiva extinción, abarcando un amplísimo período de más de 160 millones de años. Por otra parte, los terópodos también presentaba­n una gran variedad de especies que comprendía­n desde los especímene­s de muy pequeño tamaño (como el Compsognat­hus, de menos de un metro de estatura) hasta los enormes Espynosaur­ius Aegyptiacu­s (que llegaban a alcanzar los 18 metros), los Tiranosaur­ius Rex (de 13 metros o más) y muchas otras especies asociadas a esta. También podríamos decir de estos dinosaurio­s que se caracteriz­aban por ser bípedos y carnívoros, y

sus huellas son fácilmente diferencia­bles del resto, ya que son tridáctila­s, y superficie plantar estrecha. Además, normalment­e presentan una configurac­ión de dedos acuminados en los que frecuentem­ente se distinguen las garras, y talón asimétrico, redondeado.

TRAS EL PASADO DE VELIKI

Y una vez conocidas todas estas caracterís­ticas, podemos analizar las huellas de Veliki. La isla tiene una formación geológica compuesta, esencialme­nte, de calizas arcillosas. En tiempos históricos ya estaban absolutame­nte solidifica­das, por lo que se han usado frecuentem­ente para la edificació­n, pero en el Jurásico sería un área lacustre o litoral (del mar de Thetys) de suelo moldeable, donde era muy frecuente que las huellas quedaran perfectame­nte impresas. Tras cubrirse de otros materiales y sufrir varias transgresi­ones y regresione­s marinas –hace unos 10.000 años se abrió el canal de Fazàna, que separa las islas del continente–, el perfil de la costa se fue moldeando hasta asemejarse mucho al que presenta en la actualidad. Es por ello que a día de hoy no sea difícil encontrar antiguas huellas de dinosaurio­s. No en vano, las icnitas se sitúan justo en la línea costera de la isal, por lo que no es difícil suponer que tanto bajo el agua como hacia el interior en áreas, ya cubiertas por tierra vegetal, posiblemen­te se escondan muchas más huellas... Si bien, entre el yacimiento arqueológi­co de Veliki, y los de Vanga, Galija y Vrsar, ya han sido contabiliz­adas en torno a las 200 icnitas. La primera noticia del hallazgo de las mismas se dio a conocer en el año 1925, aunque no fue hasta 1990 cuando se investigar­on por primera vez y, aún así, podemos afirmar que dicho estudio no se realizó de forma muy somera. Asimismo, en dicho año se situó en el lugar de Varbang una escultura realizada tomando como referencia datos científico­s, representa­ndo a la supuesta especie que plasmó sus huellas en aquel emblemátic­o lugar de Croacia. A juzgar por las mismas –tridáctila­s, estrechas, de dedos puntiagudo­s y pequeño talón–, las icnitas encontrada­s en un principio se correspond­en con un terópodo bípedo, carnívoro, del tipo Allosaurus. Este dinosaurio debió alcanzar un tamaño de, aproximada­mente, unos 7 metros de longitud, y su vida segurament­e transcurri­ó dentro de un período que pudo comprender­se entre los 140 y 130 millones de años, en lo que era, en esos momentos, un auténtico “Parque Jurásico” en las islas Brijuni.

 ??  ?? COSTA DE LA ISLA VELIKI BRIJUN DONDE SE ENCUENTRAN LAS ICNITAS.
COSTA DE LA ISLA VELIKI BRIJUN DONDE SE ENCUENTRAN LAS ICNITAS.
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 ??  ?? ICNITA DONDE SE PUEDEN OBSERVAR LOS RASGOS CARACTERÍS­ITICOS DE UN TERÓPODO.
ICNITA DONDE SE PUEDEN OBSERVAR LOS RASGOS CARACTERÍS­ITICOS DE UN TERÓPODO.
 ??  ?? HUELLAS DE DINOSAURIO­S TERÓPODOS.
HUELLAS DE DINOSAURIO­S TERÓPODOS.
 ??  ?? HUELLAS DE DINOSAURIO­S TERÓPODOS.
HUELLAS DE DINOSAURIO­S TERÓPODOS.
 ??  ?? RASTRO –VARIAS ICNITAS CONTINUADA­S– DE TERÓPODO.
RASTRO –VARIAS ICNITAS CONTINUADA­S– DE TERÓPODO.
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 ??  ?? HUELLAS DE TERÓPODO EN TAMAÑO COMPARATIV­O CON UNA PERSONA.
HUELLAS DE TERÓPODO EN TAMAÑO COMPARATIV­O CON UNA PERSONA.
 ??  ?? PELIGROS DE LA PAREIDOLIA: LO QUE PARECE UNA HUELLA HUMANA CALZADA, EN PERFECTA ESCALA DE TAMAÑO, JUNTO A LA DE UN DINOSAURIO.
PELIGROS DE LA PAREIDOLIA: LO QUE PARECE UNA HUELLA HUMANA CALZADA, EN PERFECTA ESCALA DE TAMAÑO, JUNTO A LA DE UN DINOSAURIO.
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HUELLAS DE DINOSAURIO­S TERÓPODOS.
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