El PARQUE JURÁSICO de Croacia
SE DENOMINAN COMO ICNITAS LAS HUELLAS DEJADAS POR LOS DINOSAURIOS AL PISAR SOBRE UN TERRENO CON CIERTA PLASTICIDAD (HÚMEDO, RELATIVAMENTE BLANDO, COMO ARCILLA, FANGO, ETC.) QUE, TRAS RECUBRIRSE POR UNA FINA CAPA DE SEDIMENTOS, SE ENDURECE POR DESECACIÓN INMEDIATAMENTE DESPUÉS, PERMITIENDO ASÍ LA CONSERVACIÓN POR MILLONES DE AÑOS DE LAS IMPRONTAS DE ESTOS ANIMALES ANTIDILUVIANOS, QUE LLEGARON A POBLAR TODA LA TIERRA, INCLUIDA LA ACTUAL ANTÁRTIDA.
Desde el punto de vista biológico, una sola ICNITA aporta información anatómica del animal, la cual dejó plasmada en la marca. En el caso de que sean numerosas, los detalles que proporcionan hacen referencia al modelo de locomoción.
LAS ICNITAS SON SUMAMENTE ÚTILES PARA LOS PALEONTÓLOGOS, TANTO DESDE EL ÁMBITO PALEOBIOLÓGICO COMO PALEOECOLÓGICO, YA QUE, GRACIAS A ELLAS, PODEMOS CALCULAR CON BASTANTE APROXIMACIÓN SI ERAN BÍPEDOS O CUADRÚPEDOS, SUS DIMENSIONES, SU VELOCIDAD AL CAMINAR, INCLUSO, ACERCARNOS A SU PESO. También son de gran ayuda para evaluar si eran gregarios o solitarios, relaciones entre distintas especies –en los casos en los que encontramos en un mismo espacio y tiempo, pisadas de diferente tipología–, y, en general, para conocer la actividad vital de estos megarreptiles, cuyo desarrollo ocurrió durante la Era Mesozoica, hace entre 230 y 65 millones de años.
RIQUEZA ARQUEOLÓGICA
Son numerosos los lugares donde se han detectado este tipo de improntas fósiles, destacando porcentualmente Sudamérica (Bolivia, Chile, Argentina) y Norteamérica (EE.UU., Canadá), Europa (España, Alemania, Reino Unido), Asia (Corea del Norte, China, Mongolia), etc... siendo frecuente y deseable que, tras su descubrimiento, las áreas de aparición de huellas se protejan física y legalmente y se adecuen como parque naturaltemático, con el fin de facilitar su uso social. Y es en un lugar de Europa que, por mas que turístico resulta muy poco conocido, donde encontramos un magnífico ejemplo de icnitas que, sin embargo, no ha sido favorecido por la merecida investigación y difusión científica. Nos referimos al archipiélago Brijuni, en Croacia. Estas islas, pese a su pequeño tamaño y escasa relevancia socioeconómica, son contenedoras de una enorme riqueza natural y cultural: un parque Nacional que custodia su variada fauna y flora, magníficas calas sobre un –todavía– límpido mar turquesa, enormes canteras cuyas extracciones han servido milenariamente
para las grandes construcciones realizadas en muchas ciudades del entorno, y numerosas manifestaciones histórico-arqueológicas que abarcan un arco cronológico desde la Prehistoria hasta la contemporaneidad, entre otros variados atractivos. Situadas a escasamente 8 kilómetros de la costa de la Península de Istria, el archipielago se compone de 14 islas/islotes de entre los cuales la mayor y de mas interés es Veliki Brijun, dotada de todos los servicios que podamos requerir y una red de senderos señalizados que facilitan su recorrido. Asimismo, cuenta con un amplio repertorio de cosas interesantes para ver, entre las que destacamos un recinto urbano del Bronce Final con triple cerco murado; villas romanas (una de las cuales, dedicada a la producción oleícola, conserva aún parte de sus instalaciones); iglesias medievales con increíbles frescos y otras manifestaciones artísticas (en especial la de Santa María, que es de fundación templaria); el palacete de Josip Broz “Tito”, el que fuera jefe del estado de Yugoslavia y asiduo visitante de Veliki, en donde pasaba largas temporadas y recibía a políticos (hasta 90 jefes de estado) y personajes famosos, según puede observarse en las numerosas fotos que decoran ciertas dependencias musealizadas de su mansión; animales provenientes de otros continentes (cebras, antílopes, avestruces) descendientes de antiguos
Tenemos que tener en cuenta que un mismo DINOSAURIO puede ofrecer marcas muy distintas a lo largo de su vida en función de los cambios ontogénicos y también en base a la actitud del momento, es decir, dependiendo de si está corriendo, andando o parado.
especímenes objeto de regalos que hacían al mariscal para nutrir su zoo personal… y huellas de dinosaurios.
FÓSILES INDIRECTOS
Las icnitas se caracterizan por ser fósiles indirectos, es decir, no son restos de los seres vivos (animales o vegetales), si no manifestaciones fosilizadas de la vida de estos seres. Y, además de las huellas, también se engloban bajo la misma nomenclatura a los coprolitos, en otras palabras, las defecaciones, que han perdurado a lo largo del tiempo debido al proceso de mineralización sufrido. Dentro de esta generalización, podemos afinar clasificando las huellas en función del proceso de formación, cuya definición es la siguiente: "Huella real, la dejada directamente por el pie de un dinosaurio; contramolde de huella, producido cuando la impronta de la pisada se rellena de un material perdurable que se solidifica, de suerte que lo ahora visible es ese relleno; y subhuella, la mas difícil de interpretar, ya que sólo se produce cuando la pisada no ha quedado directamente impresa en la superficie del terreno debido a su dureza, pero por el gran peso del animal, sí se dibujó en estratos subsuperficiales (calcos difuminados de la huella real)". En este último caso, sólo se podrá visualizar en la actualidad si la capa superior de terreno se ha denudado dejando al aire niveles inferiores, o por una fractura del antiguo suelo que, igualmente, saque a la luz las capas geológicas internas. Desde el punto de vista biológico, una sola icnita aporta, sobre todo, información anatómica del animal la cual dejó plasmada en la marca. En el caso de que sean numerosas (llamadas rastro), los detalles que proporcionan hacen referencia al modelo de locomoción; y en el supuesto de que haya varios rastros de distintos tipos juntos, los resultados que podamos extraer estarán correlacionados con el comportamiento de esos individuos en el momento de dejar su impronta. Para interpretar cada icnita –haciendo uso de anatomía, etología y grado de preservación–, es necesario
realizar la morfometría de la huella plantar (sus dimensiones y forma), además de otras apreciaciones tales como si se observan las garras, la almohadilla, o incluso, las impresiones de la piel. Además, tenemos que tener en cuenta que un mismo dinosaurio puede ofrecer marcas muy distintas a lo largo de su vida en función de los cambios ontogénicos y también en base a la actitud del momento, es decir, dependiendo de si está corriendo, andando o parado. Respecto a los rastros, a través de su estudio sabemos la forma de caminar del animal, la longitud de la zancada y la velocidad aproximada. Y esto último es sólo “aproximado” porque para calcularla resulta necesario conocer el largo de la pata y este se establece de forma generalizada –pero no exacta, ya que, lógicamente, hay dinosaurios mas esbeltos que otros– en cuatro veces la longitud del pie (huella). En función de los resultados obtenidos hasta ahora en diferentes yacimientos de icnitas, una buena parte de estos grandes reptiles marchaban entre 2 y 8 kilómetros por hora.
MORFOLOGÍA DE LAS HUELLAS
Estudiar la morfología de la huella también aporta datos muy interesantes: se han establecido tres grandes grupos, que engloban a los saurópodos, ornitópodos y terópodos.
LOS TERÓPODOS también presentaban una gran variedad de especies que comprendían desde los especímenes de muy pequeño de tamaño hasta los enormes Espynosaurius Aeguptiacus o los Tiranosaurius Rex.
Los primeros se corresponden con dinosaurios generalmente cuadrúpedos, es decir, con pies de aspecto ovalado y dedos escasamente dibujados, y manos, mucho más pequeñas de lo esperado, y que con una forma convexa al exterior. Sus proporciones eran enormes (por ejemplo el Amphicoelias Altus medía más de 25 metros); y contaban con un largo cuello, una cabeza sumamente pequeña, en proporción, y una cola extremadamente fuerte, lo que les otorgaba una gran resistencia. Su alimentación era herbívora y sus hábitos gregarios. El segundo grupo de dinosuarios al que hacíamos referencia está representado por un infraorden de dinosaurios fitófagos (quizá los más conocidos sean los Hadrosauridos o también llamados “pico de pato”). Estos eran de carácter gregario, y se caracterizaban por tener un cuerpo era compacto, un cuello muy corto y poseer una gruesa cola. Acostumbraban a alimentarse en forma cuadrúpeda, pero tomaban la forma bípeda para la carrera. No en vano, se distinguían por tener unos pies tridáctilos muy anchos, con dedos redondeados. Respecto a los terceros, el suborden de los terópodos (“pie de bestia”, si atendemos a su etimología), son el grupo que ha dejado más icnitas, al menos que se hayan encontrado, lo cual no es de extrañar, ya que estuvieron presentes sobre la Tierra desde el momento de aparición de los dinosaurios hasta su masiva extinción, abarcando un amplísimo período de más de 160 millones de años. Por otra parte, los terópodos también presentaban una gran variedad de especies que comprendían desde los especímenes de muy pequeño tamaño (como el Compsognathus, de menos de un metro de estatura) hasta los enormes Espynosaurius Aegyptiacus (que llegaban a alcanzar los 18 metros), los Tiranosaurius Rex (de 13 metros o más) y muchas otras especies asociadas a esta. También podríamos decir de estos dinosaurios que se caracterizaban por ser bípedos y carnívoros, y
sus huellas son fácilmente diferenciables del resto, ya que son tridáctilas, y superficie plantar estrecha. Además, normalmente presentan una configuración de dedos acuminados en los que frecuentemente se distinguen las garras, y talón asimétrico, redondeado.
TRAS EL PASADO DE VELIKI
Y una vez conocidas todas estas características, podemos analizar las huellas de Veliki. La isla tiene una formación geológica compuesta, esencialmente, de calizas arcillosas. En tiempos históricos ya estaban absolutamente solidificadas, por lo que se han usado frecuentemente para la edificación, pero en el Jurásico sería un área lacustre o litoral (del mar de Thetys) de suelo moldeable, donde era muy frecuente que las huellas quedaran perfectamente impresas. Tras cubrirse de otros materiales y sufrir varias transgresiones y regresiones marinas –hace unos 10.000 años se abrió el canal de Fazàna, que separa las islas del continente–, el perfil de la costa se fue moldeando hasta asemejarse mucho al que presenta en la actualidad. Es por ello que a día de hoy no sea difícil encontrar antiguas huellas de dinosaurios. No en vano, las icnitas se sitúan justo en la línea costera de la isal, por lo que no es difícil suponer que tanto bajo el agua como hacia el interior en áreas, ya cubiertas por tierra vegetal, posiblemente se escondan muchas más huellas... Si bien, entre el yacimiento arqueológico de Veliki, y los de Vanga, Galija y Vrsar, ya han sido contabilizadas en torno a las 200 icnitas. La primera noticia del hallazgo de las mismas se dio a conocer en el año 1925, aunque no fue hasta 1990 cuando se investigaron por primera vez y, aún así, podemos afirmar que dicho estudio no se realizó de forma muy somera. Asimismo, en dicho año se situó en el lugar de Varbang una escultura realizada tomando como referencia datos científicos, representando a la supuesta especie que plasmó sus huellas en aquel emblemático lugar de Croacia. A juzgar por las mismas –tridáctilas, estrechas, de dedos puntiagudos y pequeño talón–, las icnitas encontradas en un principio se corresponden con un terópodo bípedo, carnívoro, del tipo Allosaurus. Este dinosaurio debió alcanzar un tamaño de, aproximadamente, unos 7 metros de longitud, y su vida seguramente transcurrió dentro de un período que pudo comprenderse entre los 140 y 130 millones de años, en lo que era, en esos momentos, un auténtico “Parque Jurásico” en las islas Brijuni.