Máscaras y CARNAVAL. La COMEDIA DEL ARTE
NO PODRÍAMOS CONCEBIR EL MUNDO DEL CIRCO SIN LA PRESENCIA DE LOS PAYASOS O LOS ARLEQUINES EN SUS PRIMEROS AÑOS. PUES BIEN, EL ORIGEN DE SUS FIGURAS SE REMONTA A LA COMEDIA DEL ARTE, UN TIPO DE TEATRO POPULAR DE FARSA Y SÁTIRA QUE NACIÓ EN ITALIA HACE MÁS DE 500 AÑOS. Y QUE TAMBIÉN SIRVIÓ DE INSPIRACIÓN A DRAMATURGOS COMO WILLIAM SHAKESPEARE, LOPE DE VEGA O MOLIÈRE.
LA COMEDIA DEL ARTE COMENZÓ EN ITALIA EN EL SIGLO XVI POR OPOSICIÓN A LA COMMEDIA SOSTENUTA Y RÁPIDAMENTE DOMINÓ EL PANORAMA TEATRAL EUROPEO. Se trataba de un tipo de teatro caracterizado por grandes dosis de improvisación, basado en personajes y escenarios arquetípicos de la época. Sustentado en un esquema básico sobre el que los actores tenían libertad para dar rienda suelta a su imaginación. Como género, mezclaba elementos del teatro literario del Renacimiento italiano con tradiciones carnavalescas (máscaras y vestuario), recursos mímicos y pequeñas habilidades acrobáticas. Su aparición resultó contemporánea de la profesionalización de los actores y la creación de compañías estables. Los argumentos más típicos de la Comedia del Arte, tramas muy sencillas, solían relatar las aventuras y vicisitudes de una pareja de enamorados (por ejemplo Florindo o Flavio e Isabella) ante la oposición familiar (Pantaleone o Il Dottore) o tipos del entorno social como Il Capitano. Las intrigas, mimos y acrobacias corrían a cargo de los zanni (criados), que encarnaban personajes tipo como Arlequín y su novia Colombina, el astuto Brighella, el torpe Polichinela o el rústico Truffaldino. Los zanni solían ser inmigrantes montaraces, rudos, pobres, cuando no míseros.
LOS PERSONAJES
El reparto de personajes era muy coral: había muchos protagonistas cómicos, divididos en amos y sirvientes. Todos usaban máscaras, con excepción de los enamorados. Al contrario de lo que ocurría en el teatro inglés de la época, cuyas compañías estaban exclusivamente formadas por hombres (que hacían los papeles femeninos), en la Comedia del Arte también había actrices. Existían una serie de personajes fijos, como Pierrot, primero llamado Pedrolino o Pierotto; el viejo Pantalón; el Doctor, antecedente de Tartaglia "El Tartaja"; el fanfarrón Capitán...
De entre los criados, sobresalían tres roles: el zanni primero (dirige la acción, era pillo e ingenioso y a menudo conspiraba contra el amo); el zanni segundo (un sirviente estúpido que sigue las órdenes del primero y la mayoría de las veces era víctima de sus travesuras), siendo ambos hombres; y la fantesca (mujer), una sirvienta que quería participar en los planes y provocaba una historia romántica entre los sirvientes.
Desde el punto de vista físico, fueron dos los tipos de zanni que dieron lugar a los dos grandes grupos de máscaras atendiendo a la morfología de sus rasgos faciales: por una parte, los de nariz larga, generalmente beocios, apocados y como amodorrados, y, por otra parte, los chatos (entre los cuales se hallaba, pero tan solo como uno más, el célebre Arlequín), que son vivarachos y bulliciosos, lo que no significa que fueran inteligentes.
La Commedia dell'Arte fue evolucionando y llegó a superar la zannata (historias de hambre, hurtos, reyertas) con la incorporación de otros personajes arquetípicos que fueron quienes desde ese momento configuraron su aspecto clásico y ortodoxo. Se trataba, amén del ya citado zanni (que pasa definitivamente a ser criado), del Viejo, de los Innamorati y del guerrero fanfarrón.
El Viejo es un antiguo zanni que ha medrado y hecho fortuna. Lo injusto de su situación vital (después de tantas fatigas posee por fin una hacienda considerable, pero como es anciano, muy anciano, ni puede disfrutar ya todo lo que querría de sus bienes ni le queda tampoco mucho tiempo para ello) le lleva a ser un contumaz avaro.
Los Innamorati se subdividen en Innamorato e Innamorata. Él suele llamarse Flavio, y ella, Isabella. A ambos se les puede aplicar el dicho popular referido a los amantes de Teruel, “tonta ella, tonto él”, o por ser más justos, “muy cursi ella, más cursi él”. Ninguno de los dos porta máscara; tan solo llevan la cara enharinada, pues la palidez es lo propio del
enamoramiento debido a la falta de apetito, el insomnio, los frecuentes desmayos y la ansiedad generalizada.
Il Capitano es el Guerrero Fanfarrón, el Miles Gloriosus inscrito en la tradición literaria que representa Plauto. El Capitán se mostrará siempre desmesurado e hiperbólico. Se jacta de unas proezas bélicas que harían sonrojarse al propio Roldán y a todos los nobles de Francia juntos. Se vanagloria también de unas conquistas amorosas que apocarían, hasta aniquilarla por microscópica, la lista de amoríos de Don Juan. Si bien existiera un capitano alemán y un capitano francés, el Capitano solía ser español, pues se erigía como reflejo paródico de la figura del soldado español que se había enseñoreado de media Italia a despecho del francés, que poseía Flandes y además el Franco Condado (que es territorio galo), que llevaba a cabo proezas sobrehumanas en la conquista del Nuevo Mundo, que, encuadrado en los Tercios, resultaba invencible y que, en definitiva, representaba a la nación más poderosa del orbe.
PIERROT Y ARLEQUÍN
Dos de los protagonistas de la Comedia del Arte sentaron las bases de lo que hoy conocemos como payaso listo (el carablanca) y el "tonto" (el augusto). Son Pierrot y Arlequín. El primero tenía aspecto enharinado y lucía ropajes blancos y plateados, además de mostrar una actitud sentimental y misteriosa. Por su parte, Arlequín nació bajo el signo de la estupidez que de pronto se suelta y comienza a realizar saltos acrobáticos con su cara embadurnada de hollín.
Arlequín es quizá el personaje más popular y destacado de la Comedia del Arte. La personalidad de Arlecchino (en italiano) puede llegar a resultar camaleónica: astuto y necio, intrigante e indolente, sensual y grosero, brutal y cruel, ingenuo y pobre de solemnidad, como describe su propio atuendo, mil veces remendado y parcheado, que con el tiempo tomó ese aspecto de malla de estampado romboidal. Porta una máscara negra de nariz geminiana y es un fabuloso acróbata saltarín. Representa al criado tragón y tonto, siempre en busca de pelea, comida y mujeres, pero de pronto humanizado ante las humillaciones, el miedo al hambre, el amor de Colombina y con una inigualable capacidad de supervivencia.
También de la estirpe de los zanni o criados sobresalen otros dos notables protagonistas: el sagaz Brighella y el torpón Polichinela. Brighella, considerado el primer bufón, su nombre parece proceder de brigare (engañar) o de bringa (intriga). Compañero inseparable de Arlequín al igual de Pierrot, es un buen consejero, aunque vicioso (capaz de subastar a su mismísima hermana). De voz grave y ronca, viste de blanco y verde, y se oculta tras media
LA COMEDIA DEL ARTE sentó la base de dos personajes sumamente conocidos: el Pierrot (payaso listo) y el Arlequín (payaso tonto).
máscara rematada por una gorrilla o boina. Como personaje dramático, se le ha relacionado con el Epídico de Plauto.
Por su parte, a Polichinela (Pulchinella) se le considera el segundo criado o "tonto". Popular, rufián, alcahuete y filósofo (físicamente socrático y resignado senequista), es un zanni con una especial capacidad de adaptación y una gran experiencia en apalear y ser apaleado. Jorobado, barrigudo y de enorme nariz ganchuda, es, sin embargo, un excelente orador y un singular cantor. Es el único que ha conservado el traje blanco original, común a los zanni.
Pero la pléyade de personajes de la Commedia no acababa ahí. El plantel era mucho más numeroso, aunque el resto de actores y actrices no alcanzaban tanto protagonismo como los anteriores. Uno de ellos era Coviello,o también conocido como Covielle o Callot. Su nombre es un doble diminutivo del nombre Giacomo. Apareció en el siglo XVI en la parte del sur de Italia, y podía bailar y tocar bastante bien la mandolina. Coviello era furtivo, diestro y presumido. Su máscara normalmente lo retrataba con una nariz larga como pico. Podía parecer tonto o diestro, según el actor o el guión que disponía.
Mezzetino está considerado una variante del Brighella. Su nombre significa "Medio vaso (de licor)", en italiano medieval. Aparecido a inicios del siglo XVI, Mezzetino, por lo general, es un poco más tranquilo que Brighella, y mucho más manso y culto. Está a menudo muy inclinado a la música, y puede cantar y bailar con habilidad. Solía estar más interesado en las señoras casadas. También, dado sus dotes musicales, podía ser llamado Flautino, y era capaz de cantar a capela. Su máscara era castaña o del color del óxido, y se le mostraba sosteniendo una espada como la parte de su conjunto.
Fritellino fue el antecesor de Mezzetino. Ambos compartían la máscara negra, un traje blanco y una capa roja. Creado a finales del siglo XVI, de origen boloñés o toscano, se diferencia de sus compañeros por venir de la clase alta (y caído a menos por el juego y los vicios).
Junto al cruel Brighella, Scarpino siempre estaba dispuesto a recurrir a cualquier medio, incluso una daga, para solventar sus problemas. Este personaje de la Commedia se servía más de patadas y puñetazos. Se presentaba como un cínico, que usaba a los más débiles, aunque mostraba buenas costumbres y tenía miedo a la violencia. Por lo general, cuando llegaba Scarpino, estaba dispuesto a ofrecer sus servicios de forma gratuita, pero al final su presunta amabilidad no era más que una trampa para incautos. Solía ser un tanto intrigante, divertido y un mentiroso.
ODA A LA IMPROVISACIÓN
La Commedia dell'Arte tomó inicialmente sus tramas y situaciones de la commedia erudita, pero a diferencia de
esta, cuyo texto se escribía íntegramente, ahora la improvisación libre de los actores era privilegio esencial, por lo que se llamó también commedia all'improviso. Además de las intrigas y escenarios típicos de la comedia erudita, se incluían en el repertorio pasajes de tradiciones o mitos populares y, en su período de mayor apogeo, tragedias, tragicomedias, óperas e incluso obras de autor.
Son dos planos fundamentales en los que se predicaba la Comedia del Arte: el mimo y el verbo improvisado. El gesto tenía más importancia que la palabra, y a veces el texto estaba subordinado al gesto y a menudo no existía.
La base de toda obra era un canovaccio, es decir, un esquema o guión que se trabajaba y se ensayaba previamente y que establecía las líneas maestras de la acción y guíaba la labor de los actores. Son estos pues quienes, encauzados por el director, generaban la versión que sería presentada ante el público y que no podía llamarse definitiva, ya que evolucionaba constantemente a lo largo de las funciones que lleguaran a darse de ella. El actor de Commedia dell'Arte, en su creatividad, era permanente coautor.
Los cañamazos de la Commedia servían como puntos de referencia a la improvisación de los actores. Se escribían en unas hojitas que se colocaban entre bambalinas para que los protagonistas pudieran consultarlas y así recordar las frases claves en que tenían que apoyar su improvisación. A menudo intercalaban trozos escritos previamente y que se sabían de memoria. Solía escribirlos el director de la troupe. Cada troupe tenía sus temas e intrigas propios, que interpretaban de una manera especial y particular, y se solían especializar en unos u otros temas.
Estos temas pasaban de generación en generación, al igual que ciertos trucos escénicos (lazzis), como conseguir saltos complicados, golpes de efecto y ruidos fisiológicos especiales. Eran secretos, y se transmitían de padres a hijos.
COMO LA VIDA MISMA
Los temas que trataba la Commedia dell´Arte no eran, en definitiva, más que los tópicos universales del hambre, el miedo, el amor y la muerte, y la supervivencia, individual y colectiva, a escala tanto ontogenética como filogenética. La Commedia dell´Arte no recurría a magias, encantamientos, hechizos o fenómenos sobrenaturales. Sus personajes eran personas, no dioses o héroes. Ni siquiera eran nobles, ya que los personajes eran hombres y mujeres corrientes que querían comer, descansar, amar, pero que tenían que trabajar y pelear por hallar su sustento y en defensa de sus intereses, justos o injustificados.
La Commedia era esencialmente realista desde este punto de vista. Ahora bien, se trataba de espectáculo cómico y, por tanto, exacerbaba los caracteres, los temperamentos y las respuestas a los estímulos. Situaba la acción de sus rudimentarias tramas en la Italia contemporánea y no en la Antigüedad Clásica, como era costumbre en la comedia erudita.
Bien por razones político-religiosas, bien por su raíz ambulante, la Comedia del Arte no tardó en propagarse no solo por toda Italia, sino por buena parte de Europa. Del Reino de Nápoles saltó a la Península ibérica y, cruzando los Alpes, se extendió por toda Francia, llegando algunas compañías hasta el Imperio austríaco, Alemania, Inglaterra y, ya en el siglo XVIII, a Rusia.
LOS TEMAS de los que trataba la Commedia dell'Arte no era más que los tópicos universales del hambre, el miedo, el amor y la muerte, y la supervivencia, individual y colectiva.
La influencia de la Comedia del Arte en el teatro europeo quedó marcada por el fuerte espíritu itinerante de sus compañías a lo largo de los siglos XVI, XVII y XVIII. Un espíritu itinerante no siempre voluntario. De hecho, su gran éxodo se inició durante la Contrarreforma, cuando el Vaticano decretó el desmantelamiento de los teatros tras acusar a los cómicos de graves ofensas a la Ciudad Santa.
La riqueza de las tradiciones orales populares, la antigua división regional italiana y por consiguiente su variedad de lenguas y jergas locales, utilizadas coloquialmente por los actores en sus improvisaciones hicieron que en la práctica, cada región de Italia crease la máscara de su dialecto local. Por ejemplo, Arlequín y Brighella proceden de la zona de Bérgamo; Pantalón, de Venecia; el Doctor, de Bolonia; Stenterello, es la máscara local de Florencia; y Pulcinella, Coviello y El Capitán son de origen napolitano.
La Commedia dell´Arte es de importancia capital en la historia del teatro cómico y, por extensión, es la precursora en cierto modo del circo cómico, el de los originarios payasos. Y ello por varios motivos. El primero de ellos es porque impulsó la aparición del teatro profesional; no en vano "Arte", en italiano antiguo significa no solo "oficio'" sino además 'negocio'. Pero también porque impulsó los oficios de actor y de director, y la formación de una compañía, la cual quería ganar dinero con su trabajo y gozar de consideración social, es decir, que su arte obtuviera reconocimiento económico y público. También incorporó a la mujer como actriz, lo cual representó una evolución tanto para el teatro como para los espectadores. Asimismo, la Commedia creó un tipo de comicidad, tanto en su espíritu como en sus gags, que fue evolucionando y perpetuándose hasta los payasos, el cine cómico mudo, los dibujos animados (cartoon)...
Para la historia del teatro cómico, el uso de la máscara era un elemento característico que nos ha legado la Comedia del Arte, pero hay otros ejemplos que siguen empleándose en la actualidad, como la aparición de personajes fijos; la improvisación sobre las tablas del escenario; la herencia de juglares, bufones y malabaristas; la interactividad de los actores con el público; el esquema de bandos –los enamorados, los amos o ancianos y los criados–; una puesta en escena adelantada a su tiempo; la utilización de disfraces y travestismos; o el hecho de que el ritmo y la ilusión dramáticas primen sobre lo verosímil.
La Comedia del Arte llegó a su fin en el siglo XIX, y su colofón tuvo continuidad en géneros como la pantomima, el melodrama de estereotipos, el cine burlesco o la vertiente teatral de los payasos. La herencia de la Commedia la recogió el circo e incluso llega hasta algunas formas teatrales contemporáneas.
SU HUELLA EN ESPAÑA
Los estudios de la Commedia dell'Arte en España, basados en la documentación de archivos y en testimonios de los contemporáneos, se han limitado hasta ahora a constatar la presencia de cómicos italianos en la Península ibérica y su repercusión en el panorama teatral del momento. Sabemos de la presencia en España de la compañía italiana de Alberto Naselli, más conocido por su nombre artístico de Ganassa. Por ejemplo, teniendo en cuenta siempre por documentos notariales, en Sevilla y en Toledo representaron autos sacramentales durante las fiestas del Corpus Christi que debieron ser bastante buenos, ya que, en Sevilla en 1575, la compañía de Ganassa se llevó la joya, es decir, ganó el premio que se otorgaba a la mejor representación.
Un códice que se conserva en la Biblioteca del Palacio Real de Madrid recoge la existencia de un tal Abagaro Francesco Baldi o Valdés, autor de comedias, que podría haber sido el mismo actor que encarnara la máscara de Stefanello Bottarga en la compañía italiana de Naselli.
En 1580 la compañía de Ganassa actuó en Madrid con nueve cómicos italianos: Alberto Naselli; Barbara Flaminia, Ortensia en el teatro; Vicenzo Botanelli, procurador de la compañía, denominado Curzio Romano; Cesare dei Nobili, que se encargaba de representar el papel femenino de Francesca; Abagaro Fiescobaldi o Francesco Baldi o Valdés, de nombre artístico Stefanello Bottarga; Giovani Pietro Pasquarello, alias Trastullo, que se ocupaba junto a Scipione Graselli de la custodia y mantenimiento del hato de la compañía (vestuario y atrezzo) y, por último, otros dos comediantes que recibían una paga menor, que eran Giulio Vigliante y Giaccomo Portalupo, quien representaba el tercer personaje femenino, Isabella. El modo de trabajar de estas compañías, por las noticias que poseemos hasta la fecha, sobre todo de obras del siglo XVII, se basaba no en el texto como es habitual, sino en el actor.
A Francia también llegó la influencia de la Commedia. Con obras que se hicieron tan populares como Gargantua y Pantagruel, los franceses ya habían dejado patente su gusto por la farsa y la sátira, continuando la tradición de la literatura goliardesca sobre héroes del ámbito carnavalesco tan característicos de la Comedia del Arte que en Francia se etiquetó el género como teatro de feria. La presencia en 1571 de la compañía de Ganassa actuando en la corte del rey Carlos IX da una idea del arraigo que la comedia italiana tenía ya en la segunda mitad del siglo XVI en Francia, donde la Comédie à l'Impromptu llegaría a alcanzar una personalidad propia.