ENTREVISTA a Óscar Fábrega: “Dios ha vuelto”
EL ESPECIALISTA EN HISTORIA DE LAS RELIGIONES ÓSCAR FÁBREGA REALIZA UN RECORRIDO POR LA HISTORIA PARA ANALIZAR CÓMO HA EVOLUCIONADO LA FIGURA DE DIOS DESDE LA ANTIGÜEDAD HASTA NUESTROS DÍAS.
¿AQUÉ FUE JESÚS A AMÉRICA ANTES DE ASCENDER AL CIELO? ¿A QUÉ SE DEBE QUE LOS FIELES DE LA IGLESIA MARADONIANA CONSIDEREN EL 22 DE JUNIO COMO UN DÍA SAGRADO?
¿Por qué algunos nacionalistas negros de Estados Unidos creen que son los auténticos hebreos? ¿En qué creen los Testigos de Jehová? ¿Por qué demonios se llama este libro Dios ha vuelto? Todas estas preguntas encontrarán respuesta, o no, en este nuevo libro del especialista en historia de las religiones Óscar Fábrega, autor de Pongamos que hablo de Jesús y La Magdalena; verdades o mentiras.
–Tras ocuparte de las figuras de Jesús de Nazaret y de María Magdalena, te dejas de rodeos para hablar de Dios. ¿Por qué?
–Porque ya iba siendo hora. Bueno, en realidad, todos mis libros sobre Jesús y los demás personajes secundarios de los relatos evangélicos trataban sobre Dios. Pero, en este caso, me he querido centrar en algo que me llama poderosamente la atención: la relación directa que existe entre la decadencia más o menos generalizada de las grandes religiones y la aparición, desde el siglo XIX, de un montón de nuevos movimientos religiosos que han ocupado su espacio.
–¿En qué consisten estos nuevos fenómenos religiosos?
–En realidad, salvo algunas excepciones, se trata más bien de versiones 2.0 de las religiones tradicionales. Por ejemplo, han surgido varios cristianismos nuevos que, si bien no le hacen sombra, por ahora, al catolicismo o a las iglesias protestantes más populares, están creciendo como lo espuma. Me refiero, por ejemplo, a los Testigos de Jehová o a la Iglesia Adventista del Séptimo Día, religiones surgidas en Estados Unidos en el siglo XIX que en la actualidad cuentan con más de diez millones de fieles en el mundo.
Pero también han surgido nuevas formas de Islam, como la Fe Baha’í o la Comunidad Ahmadía, y nuevas versiones del judaísmo, como los rastafaris o los hebreos negros de Estados Unidos.
–¿Cuáles son esas excepciones que no funcionan como versiones actualizadas de las grandes religiones tradicionales?
–Se podría englobar en dos tipos: las religiones ovni, que toman como punto de partida el supuesto contacto de algunos iluminados con entidades procedentes de otros planetas, algunas tremendamente populares, como la Cienciología o el Raëlismo; y, por otro lado, las religiones satíricas, que pretenden burlarse de los sistemas religiosos tradicionales mediante propuestas que siguen la misma estructuras que estas, y que, en la práctica, funcionan como filosofías vitales de lo más interesantes. Hay un sinfín de ejemplos, pero me quedo con dos: la Iglesia del Monstruo de Espagueti Volador y la Fe Jedi. Todo esto, en definitiva, explica el título de esta obra: Dios ha vuelto.
NUEVAS RELIGIONES
–En la contraportada del libro pones varios ejemplos de distintas manifestaciones religiosas, a cual más extraña. ¿Cuál es la religión más curiosa que abordas en el libro?
–Uff, sería difícil elegir una, pero, por poner un ejemplo, propongo The Nation of Islam, un extrava
"SALVO ALGUNAS EXCEPCIONES, las religiones actuales se tratan más bien de versiones 2.0 de las religiones tradicionales".
gante movimiento que surgió en Estados Unidos en los años treinta del siglo pasado. Además de defender la supremacía racial de los afroamericanos respecto a los blancos, con connotaciones claramente racistas, son antisemitas, practican una versión muy sui generis del Islam, abogan por la creación de un país propio para los negros y defienden, ojo, que antes del fin del mundo, los elegidos –ellos–, serán rescatados por una nave espacial, lo que les permitirá sobrevivir a la tragedia. Aunque la Nación del Islam no es lo que era (llegó a contar con cerca de dos millones de fieles), siguen teniendo una gran presencia en Estados Unidos (unos 250.000 creyentes). El mítico Malcolm X llegó a ser una de las principales figuras de esta religión. De hecho, terminó siendo asesinado después de renunciar a la iglesia por algunos de sus antiguos compañeros. Realmente, hay algunas aún más extrañas, pero he querido destacar esta por su gran popularidad.
LA NECESIDAD DE CREER
–¿El ser humano necesita creer en algo para vivir?
–Por supuesto. Pero ya no "creer en algo", sino creer en Dios, entendido este concepto de una manera muy amplia. Al comienzo del libro reflexiono un poco sobre esto. Si repasamos cómo ha sido la evolución de nuestra especie, podemos comprobar que las creencias trascendentales, es decir, la idea de que la muerte no es el fin de la vida, ha acompañado al Homo sapiens desde hace 30 o 40.000 años. Prueba de ello son, por ejemplo, los enterramientos en posición fetal, claro acto simbólico con el que se pretendía propiciar un renacer en otra vida. Pero lo curioso es que otras especia del género Homo, primos cercanos nuestros, como los neandertales, con los que en un remoto pasado se mezclaron los nuestros, los sapiens, mostraron signos de creencias religiosas, por básicas que fuesen, desde hace, incluso, 100.000 años.
Todo esto me lleva a pensar que de alguna manera creer en Dios, repito, entendido esto en un sentido muy amplio, fue un mecanismo evolutivo similar a nuestra capacidad para el lenguaje o para fabricar y usar herramientas. ¿Por qué? Por varios motivos. Por ejemplo: un guerrero de una tribu del Paleolítico no se enfrentaba igual a un enemigo o a un animal que quisiese cazar si creía en la existencia de algo después de la muerte. Esto es mucho más complejo, pero claro, para eso está el libro.
En cualquier caso, lo evidente, por raro que suene viniendo de un descreído, es que los que no creemos en ningún dios somos los raros, la anomalía, aunque, quién sabe, quizás seamos el futuro.
"DE ALGUNA MANERA, creer en Dios fue un mecanismo evolutivo similar a nuestra capacidad para el lenguaje o para fabricar y usar herramientas".