En busca de la ciudad perdida de SHAMBHALA
EL REINO PERDIDO DEL BUDISMO
LA MITOLOGÍA BUDISTA, SHAMANISTA E HINDUISTA MENCIONA UNA CIUDAD MÍSTICA, OCULTA EN EL HIMALAYA DE LA HUMANIDAD CORRIENTE, UN PARAÍSO DE CONOCIMIENTO Y ARMONÍA, FUENTE DE LA RELIGIÓN Y LA SABIDURÍA: SHAMBHALA. ESTE MISMO REINO PERDIDO SERVIRÍA PARA INSPIRAR A JAMES MILTON Y ESCRIBIR LA OBRA DE FICCIÓN “HORIZONTES PERDIDOS”, LLAMANDO AL REINO SHANGRI-LA, Y QUE SE TOMARÍA COMO ALGO MÁS POR EXPEDICIONARIOS QUE EMPRENDERÍAN SU BÚSQUEDA.
EL BUDISMO ASEGURA QUE, PARA ALCANZAR SHAMBHALA (TRADUCIDO DEL TIBETANO, “FUENTE DE FELICIDAD”), ES NECESARIA LA PREPARACIÓN ESPIRITUAL Y MENTAL, YA QUE NO SE PUEDE ACCEDER A ESTA MEDIANTE GUÍAS O MAPAS. Para conocer los orígenes de esta ciudad-leyenda, habría que remontarse a siglos antes de la creación de la rama budista mahayana, a una religión tibetana adoradora del sol, y que reconocía a Shambhala como un reino de armonía, paz y belleza, en donde el conocimiento que alimentaba a sus gentes solo estaba al alcance de unos pocos dignos (“iluminados”, como se indica en el tantra de Kalachakra). Según la tradición, las grandes enseñanzas se encuentran a salvo allí, desde que Buda Shakyamuni adoctrinó al primer rey de Shambhala en dicho tantra.
PRIMERAS REFERENCIAS
No es hasta el siglo III a.C. cuando surgen las primeras referencias escritas sobre el reino perdido en la India. En el texto épico mitológico hindú “Mahabhárata”, de autor desconocido, se dice que Shambhala es el lugar de nacimiento del Kalki, décimo y último avatar (encarnación) de Visnú.
Siglos más tarde, en la colección de textos religiosos hinduistas “Bhagavata-purana”, también se narra el nacimiento de Kalki en la mítica ciudad de Shambala: “En la aldea Śambhala, en el hogar de Visnú Iaśā, Kalki aparecerá. Viajando rápidamente, montando en su caballo llamado Devadatta, el Señor del Universo con su espada destruirá a los infieles, dotado con las cualidades de sus ocho opulencias (riqueza, fuerza, fama, inteligencia, belleza y renunciación). Recorriendo velozmente la Tierra, a decenas de millones de ladrones (con aspecto de reyes) matará. Devapi, el hermano de Maru, nacido en la dinastía de Ikswaku, en el pueblo de Kalapa ambos están viviendo, dotados de grandes poderes.Ellos volverán aquí al final de kali iuga, instruidos por Vasudeva. Promulgarán la religión tal como había sido". Siguiendo las descripciones dadas por el budismo tibetano, Shambala se caracterizaba por tener una forma circular, muy parecida a la flor de loto de ocho pétalos o rueda de Dhar
ma, donde se alojarían ocho regiones diferenciadas, rodeadas cada una de ellas por un anillo montañoso. Kalapa, la capital del reino, se alzaría en el núcleo central, cercada de montes helados, y allí estaría ubicado el palacio de oro y piedras preciosas Kingos. El reino encontraría en la región noroeste de Jambudvipa (la “tierra física”), gobernada por reyes-sacerdotes.
Siguiendo las descripciones dadas por el budismo tibetano, SHAMBHALA se caracteriza por tener forma circular, y alojar ocho regiones, rodeadas cada una por un anillo montañoso.
UBICACIÓN: DESCONOCIDA
La mención más conocida a Shambhala es la que la ubica en algún punto entre el extenso desierto de Gobi, uno de los más grandes del mundo, y el Himalaya. Asimismo, según las creencias budistas, la ciudad estaría resguardada por una barrera psíquica que evitaría, tanto su visión como su acceso, a aquellos que no fueran merecedores de entrar en ella.
Esta leyenda proviene del hecho de que muchos que han sido los que han partido hacia este lengendario reino y no han regresado, principalmente por morir congelados o precipitados por grietas, aun utilizando guías que aseguran ser conocedores de su localización y método de acceso. Unas causas de lo más naturales, considerando la condición de la cordillera y de la inexperiencia de muchos de los que se han atrevido a ascender por esta...
Sin embargo, los lamas tibetanos insisten en la necesidad de años de preparación espiritual para poder acceder a Shambhala. Tenzin Gyatso, decimocuarto Dalái Lama, habló de la existencia de este reino en 1985, en la ciudad de Bodhgaya durante una iniciación kalachakra: “Aunque los que tienen una afiliación especial pueden realmente ir allí mediante su conexión kármica, sin embargo, no es un lugar físico que podamos encontrar en realidad. Solo puedo decir que es una tierra pura, una tierra pura dentro del ámbito humano.
Y a menos que uno tenga el mérito y la asociación kármica real, uno no puede realmente llegar allí”.
Por su parte, Jamgon Ju Mipham Gyatso, escritor de origen tibetano, ubica la ciudad y el palacio en Kailasa, o monte Tíbet, y el resto del reino en ocho cadenas de montañas al norte del río Sita, según indica en “Gran comentario sobre el Kalachakra”.
En el hinduismo, el texto “Majabhárata” sitúa Shambala con un poco más de detalle en el Himalaya, en concreto entre los ríos Ganges y Rathaprá, y que recibiría el nombre de Kalapa. También hay quienes dan una ubicación más real: la localidad de Sambhal, en Moradabad, en el estado de Uttar Pradesh.
Finalmente, la tradición china continúa dando localización a este lugar místico en la frontera del Tíbet, en la cadena montañosa Kunlun, mientras que la mitología rusa habla de una ciudad de características similares en su país, y que se llamaría Bielovodye, o Tierra de las Aguas Blancas.
La mención más conocida a la legendaria ciudad de SHAMBHALA es la que la ubica en algún punto entre el extenso desierto de Gobi, uno de los más grandes del mundo, y el Himalaya.
LA GUARDIA INMORTAL
Mencionada en la profecía de Shambhala, la guardia que custodia la ciudad se le ha atribuido una fuerza inhumana, y una condición altamente codiciada: la inmortalidad. Pero no solo eso, sino que, basándose en las descripciones, dadas de aquellos que parecen haberse topado con uno de estos, concuerda con uno de las criaturas más conocidas de la criptozoología: el Yeti.
Esta criatura mitológica sería venerada desde hace siglos por los pueblos himalayos, siendo mencionada por primera vez en un medio occidental, a través del “Diario de la Sociedad Asiática de Bengala”, de James Prinsep, en el que se narra las experiencias vividas por el excursionista B. H. Hodgson en norte de Nepal, siendo una el encontronazo que tuvieron los guías locales que había contratado con un ser peludo, alto y bípedo, que escapó por la montaña. Aunque dijo que se trataba de un orangután, los que estaban presentes no lo confirmaron así.
Muchas más han sido las publicaciones sobre los avistamientos de dichos “hombres de las nieves”, cabe destacar que este término fue acuñado por Henry Newman, redactor en Calcuta del diario “The Statesman”, quien se entrevistó con los porteadores de una expedición británica dirigida por un comandante británico, que se encontraron con dicho ser, y que huyó dando un salto hacia la pendiente.
La periodista y exploradora Alexandra David-Néel, quien estuvo catorce años en el Tíbet, vio a uno de estos supuestos guardianes: “Pude ver claramente su rostro impasible, perfectamente calmado y sus ojos abiertos con la mirada fija en algún objeto distante e invisible situado en algún lugar en el espacio. El hombre no corrió. Parecía vivir del suelo, avanzando a saltos. Parecía como si hubiera sido dotado con la elasticidad de una pelota, y se recuperó cada vez que sus pies tocaron el suelo. Sus pasos tenían la regularidad de un péndulo”.
EN BUSCA DE LA SABIDURÍA
La primera incursión, al menos europea, de la que se tiene constancia en busca de la ciudad de Shambhala se remonta al año 1627, cuando el misionero jesuita portugués Estêvao Cacella escuchó hablar sobre este mítico lugar, obteniendo poca información al respecto: “Hicimos tantas preguntas como pudimos sobre el reino de Cathay (China), pero no hemos escuchado nada con este nombre, que es completamente desconocido aquí. Sin embargo, hay un reino que es muy famoso en este lugar y que dicen que es muy grande, llamado Xembala (Shambhala), junto a otro llamado Sopo (Sog-po/Mongolia). El rey no conoce la ley de Xembala y nos lo ha preguntado muchas veces. Creemos podría ser el reino de Cathay porque el de Sopo pertenece a los tártaros, que entendemos que están constantemente en
LA PRIMERA INCURSIÓN, al menos europea, de la que se tiene constancia en busca de la ciudad de Shambhala se remonta al año 1627, cuando el misionero jesuita portugués Estêvao Cacella escuchó hablar sobre este mítico lugar.
guerra con China, según la información proporcionada por el rey, quien también dice que el rey de China gobierna sobre una población más grande. Sin embargo, él cree que la gente de Sopo es más fuerte, ya que normalmente derrota a los chinos. Esto estaría de acuerdo con todo lo que ya se sabe sobre la guerra entre los tártaros y los chinos. Además, como el reino de Cathay es muy grande y el único en este lado que está al lado de la de los tártaros, como indica en el mapa, parece que podemos deducir con alguna probabilidad que es el reino conocido aquí como Xembala. El hecho de que no se conozca aquí con el otro nombre no contradice nuestra suposición, ya que ni China, ni Tartaria ni Tíbet son conocidos con estos nombres, las personas aquí no tienen conocimiento de ellos: China lo llaman Guena, Tartary, Sopo, y Tíbet, Bothanta. Se nos dice que el camino al reino de Xembala es muy difícil. Sin embargo, confío en el Señor porque como Él nos ha traído hasta aquí con nuestros pensamientos enfocados en ese reino, así nos llevará adonde podamos verlo de cerca, y así el próximo año le enviaré noticias a Su Reverencia. Con la ayuda del Señor, trataré de entrar en el reino de Xembala, donde quizás, ya sea allí o en otro reino de la zona, nuestro Señor nos dará la oportunidad de servirlo, y el próximo año informaré a Su Reverencia de todo lo que podemos descubrir”.
El artista y filósofo ruso Nikolái Roerich, reflejó en su extensa colección
de pinturas los hallazgos de las expediciones que lo llevaron por Asia Central en busca de Shambhala y de la espiritualidad, durante la segunda década del siglo XX, presentes hoy en día en el Roerich Museum de Nueva York. Escribió lo siguiente sobre el poder espiritual y el conocimiento que reside en el Himalaya: “Todos los maestros viajaron a las montañas. El conocimiento más elevado, las canciones más inspiradas, los sonidos y los colores más espléndidos son creados en las montañas. El Supremo está en las montañas más altas. Las altas montañas se elevan como testigos de la gran realidad… ¡Himalayas! Aquí está la morada de Rishis. Aquí resonó la Flauta sagrada de Krishna. Aquí tronó el Bendito Gautama Budha. Aquí se originaron todos los Vedas. Aquí vivió Pandavas. Aquí, Gesar Khan. Aquí, Aryavarta. Aquí está Shambhala. Himalayas, joya de la India. Himalayas, tesoro del Mundo. Himalayas, el símbolo sagrado de la Ascensión”.
Cuentan que adquirió la sabiduría de Shambhala, y que fue lo que le dio la determinación para crear, y que se llevara adelante, el “Pacto Roerich”, firmado por el gobierno estadounidense en 1935, junto a otros treinta y cuatro países, para la protección de las instituciones artísticas, científicas y los monumentos históricos.
Alrededor del año 1924, el jefe de la policía secreta soviética, Gleb Bokii, y su amigo, el conocido escritor de la época Alexander Barchenko, intentaron obtener la sabiduría de la mítica ciudad de Shambhala para utilizarla en la creación de humanos perfectos, pero no fue más allá por enfrentamientos políticos internos.
Por otro lado, los nazis también enviaron expediciones, como las del biólogo y cazador Ernst Schäffer, en 1931, 1934 y 1938, pero podía haber habido más, en donde se trató de encontrar a antepasados arios que vivieran en la ciudad perdida, y obtener sus poderes para mejorar la raza.