INVENTOS de la EDAD MEDIA
EN LA ACTUALIDAD, ALGUNOS DE LOS INVENTOS Y PROYECTOS QUE SE PROPUSIERON EN LA EDAD MEDIA, TALES COMO UN EXTRAÑO AUTOMÓVIL PROPULSADO POR ENERGÍA EÓLICA O LOS POLÉMICOS AUTÓMATAS QUE EN MUCHAS OCASIONES LLEGARON A CONSIDERARSE MÁQUINAS DIABÓLICAS, PUEDEN PARECER IRRISORIOS, PERO NO POR ESO DEBEN DEJAR DE CONSIDERARSE COMO LOS PRIMEROS PASOS QUE EL HOMBRE OCCIDENTAL DIO PARA DOMINAR EL MUNDO CONOCIDO MEDIANTE EL DESARROLLO TECNOLÓGICO Y CIENTÍFICO.
TRADICIONALMENTE SE HA PENSADO QUE DURANTE LA EDAD MEDIA LA CRISTIANDAD NO CONTRIBUYÓ DEMASIADO AL DESARROLLO DE LA CIENCIA, al menos si la comparamos con otros ámbitos culturales como el indio, en donde se produjo la modernización de la trigonometría y la formulación de los números indoarábigos, un sistema que revolucionó el pensamiento matemático y que alcanzó una enorme difusión tras ser transmitido por los árabes a Europa a través de España y Bizancio.
LA EUROPA DEL MEDIEVO
Frente a esta capacidad de inventiva de otros continentes, la Europa medieval se caracterizó por su interés por adaptar todos estos adelantos, pero amoldándolos a sus propias necesidades. La Cristiandad fue un mundo abierto al comercio, pero también a las innovaciones tecnológicas procedentes de otros ámbitos culturales,
motivo este que explica su extraordinario desarrollo a partir del siglo XVI hasta terminar convirtiéndose en el principal centro de poder del mundo. Aun así, es innegable que durante un período de tiempo relativamente amplio, las artes y las ciencias europeas cayeron en un estado de decaimiento del que resultó difícil salir, aunque en diversos ámbitos, como la técnica, se produjeron notables progresos.
Uno de los dispositivos mecánicos más notorios de la Edad Media fue la rueda hidráulica (ya conocida en época romana pero que no tuvo utilidad al ser esta una sociedad esclavista, en la que la fuerza de trabajo la ejercían los propios esclavos). No en vano, a partir del siglo XI el uso de las energías hidráulica y eólica se generalizó en las labores agrícolas, favoreciendo el incremento de la productividad y, por lo tanto, el auge económico y demográfico durante la Plena Edad Media.
Uno de los dispositivos mecánicos más notorios de la EDAD MEDIA fue la rueda hidráulica. A partir del siglo XI su uso se generalizó en las labores agrícolas, favoreciendo el incremento de la productividad.
Los grandes molinos hidráulicos podían llegar a generar una potencia máxima de cincuenta caballos de fuerza y se utilización fue diversa (molinos harineros, máquina de hilar, relojería…). En el continente europeo la primera mención sobre la utilización de relojes movidos por una rueda hidráulica la tenemos en el Libro del saber de astronomía, del rey castellano Alfonso X el Sabio.
TECNOLOGÍA EN DESARROLLO
La aplicación de la tecnología medieval tuvo en términos generales una utilidad práctica. Esta se multiplicó a partir del siglo XII con la intención de mejorar las técnicas tradicionales de producción (molinos, técnicas agrarias) y para conseguir unos ejércitos mejor equipados y más operativos, lo suficientemente fuertes como para defender las fronteras de los diversos reinos que se consolidaron en Europa (adopción de la pólvora en las primeras armas de fuego).
No fueron estos los únicos ámbitos en donde se aplicaron nuevos inventos, ya que otros se generalizaron para favorecer la calidad de vida de las personas. Es el caso de los anteojos (antecesores de las gafas), de la evolución de la industria textil (en donde resulta definitivo la utilización de los botones) o del descubrimiento del licor, fruto de la destilación del alcohol por alquimistas islámicos que habría sido utilizado en un principio como elixir medicinal, pero que luego evolucionó hasta convertirse en algunas bebidas nacionales como el vodka o el whisky. Hablando de bebidas alcohólicas, en los siglos centrales de la Edad Media se utilizó por primera vez el lúpulo en la cerveza para aumentar su capacidad de preservarla, hacer posible su comercialización a larga distancia y, de paso, darle su sabor tan característico y exquisito.
Otro de los inventos cada vez más difundido en la Cristiandad durante los siglos centrales de la Edad Media fue el jabón, tanto en su forma semilíquida como sólida que, en definitiva, mejoró las condiciones de higiene y de salud de la sociedad.
LA REVOLUCIÓN DE LOS TRANSPORTES
Cabe destacar, por otra parte, el avance en la tecnología marítima, con barcos de múltiples mástiles y con el timón montado al codaste, lo que, unido a la aplicación de técnicas como la brújula o el astrolabio, hicieron posible la expansión de los europeos y el descubrimiento de nuevos mundos. Bien es sabido que el medio de transporte terrestre también mejoró con la creación de caminos y vías más seguras, pero no lo fue tanto el hecho de que el primer proyecto para la fabricación de un automóvil naciese en la época medieval.
Uno de los primeros sabios que había propuesto la posibilidad de desarrollar una serie de aparatos que podían desplazarse por tierra movidos por algún tipo de energía no animal, fue el monje franciscano Roger Bacon. En el siglo XIV un ingeniero llamado Guido da Vigevano, conocedor de la obra de Bacon, diseñó un automóvil propulsado por el viento, que presentó a Felipe VI de Francia, un monarca que vivió en una época en la que ya se empezaban a vislumbrar algunos de los problemas que eclosionaron a partir del 1348. Pocos años antes del inicio de la Guerra de los Cien Años, el rey proyectó un viaje a Tierra Santa pero antes le pidió ayuda a su leal servidor Guido da Vigevano, quien redactó una especie de manual en el que exponía consejos para convencer a su soberano de contar con ejércitos más avanzados. En el libro mostraba una serie de ideas, sorprendentemente innovadoras, como la utilización de carros de combate propulsados por fuerza bruta e incluso de automóviles propulsados por el viento, anticipándose a lo que unos siglos después propuso Leonardo da Vinci cuando ideó un modelo de carruaje que podía recorrer pequeñas distancias impulsado por unos simples muelles en espiral.
Esta inaudita y, por el momento, poco efectiva revolución de los transportes (excepto en el campo de la navegación) se cerró con los primeros intentos que protagonizaron un conjunto de extravagantes personajes para ver cumplido un sueño que el ser humano siempre ha tenido desde que tiene consciencia de sí mismo: volar. Lo malo es que estas tentativas se realizaron tratando de emular el vuelo de los pájaros sin saber que, como demostró en 1680 Giovanni Alfonso Borelli, los músculos pectorales de las aves podían realizar una fuerza igual a 10.000 veces su masa, algo que nunca podría conseguir el hombre, de ahí que los primeros intentos llevados a cabo en la Edad Media por unos tipos que se subían a lo alto de las torres provistos de unas rudimentarias alas, capas e incluso simples paraguas y se lanzaban al vacío, terminasen en la mayoría de los casos en desgracia.
Ejemplos tenemos unos cuantos, incluso aquí, en España, en donde vivió Ibn Firnas, un estrambótico inventor que se arrojó desde el Palacio de Arruzafa en Córdoba en el año 875 subido a un planeador con forma de ala delta y cubierto de plumas. Lo más increíble de todo es que el genio andalusí salió casi indemne después de planear durante unos cuantos metros, y decimos casi porque el aterrizaje no resultó como él había previsto, ya que cuando estaba a punto de tomar tierra (en realidad cayó en picado) perdió el control del aparato y se dio de bruces con la realidad (y también con la dura roca), sufriendo una lesión crónica en la espalda, además de la fractura de varias costillas y algún que otro golpe en la cabeza. Se dice de Ibn Firnas que la idea de volar la tuvo unos años antes, en 852, cuando vio a un tal Armen Firman lanzarse desde lo alto de una torre en Córdoba vestido con una simple capa blanca, no se sabe muy bien si con la intención de volar o suicidarse. A pesar del relativo fracaso de Ibn Firnas en su intento de imitar el vuelo de las aves, su gesta fue recordada, tanto que en 2016 se anunció que el aeropuerto de Córdoba tomaría su nombre.
La poco efectiva revolución de los TRANSPORTES se cerró con los primeros intentos que protagonizaron un conjunto de extravagantes personajes para ver cumplido el sueño de volar.