LAS CONSECUENCIAS DEL CASO FERRER
LA PROTESTA INTERNACIONAL POR EL QUE FUE DENOMINADO CASO FERRER, QUE APENAS HABÍA TENIDO SEGUIMIENTO EN ESPAÑA, FUE APROVECHADA POR EL PARTIDO LIBERAL PARA PROMOVER UNA CAMPAÑA CON LOS REPUBLICANOS EN CONTRA DEL GOBIERNO AL GRITO DE "¡MAURA, NO!". EL 20 de septiembre se incorporó a este bloque antimaurista el PSOE. El 18 de octubre de 1909, solo cinco días después de la ejecución de Ferrer, tuvo lugar un debate en el Congreso de Diputados en el que se produjo un duro enfrentamiento entre Maura y Moret. Este pidió la dimisión del Gobierno y apeló al rey al afirmar que alguien debía hacer entender a los conservadores que debían irse. El ministro de la Gobernación Juan de la Cierva y Peñafiel contestó a Moret de forma muy violenta, llegando a decirle que su política, cuando estuvo al frente del Gobierno, había conducido al atentado contra el rey el día de su boda, afirmación que se negó a retirar. El escándalo en las Cortes se hizo todavía mayor cuando Maura respaldó a De la Cierva dándole la mano. Al día siguiente el diario liberal El Imparcial declaró que la situación era gravísima porque los liberales habían sido acusados de contactos siniestros con los anarquistas. El Diario Universal, propiedad del liberal conde de Romanones, afirmó que el Gobierno no podía durar ni un día más. El 22 de octubre, Maura acudió a palacio para plantear de forma protocolaria la continuidad de su Gobierno al rey, pero el monarca, voluble y, en general, poco fiable, como demostraría en sucesos posteriores, la aceptó, encomendando la formación de un nuevo Gobierno al liberal Segismundo Moret. Como decía Antonio Machado en el poema que antes mencionamos, volvieron los liberales, “cual torna la cigüeña al campanario”.