EL WI-FI Y HEDY LAMARR
CUANDO HEDY LAMARR Y GEORGE ANTHEIL DISEÑARON UN SISTEMA DE RADIO CONTROL PARA LOS SUBMARINOS Y AVIONES MILITARES CON EL QUE PRETENDÍAN BURLAR LOS RADARES ENEMIGOS, POCO PODÍAN IMAGINAR QUE HABÍAN SENTADO LAS BASES DE LAS FUTURAS COMUNICACIONES INALÁMBRICAS. Su objetivo era poder derrotar al nazismo, pero cuando la Segunda Guerra Mundial terminó, el invento de Hedy y George permanecía dormido en un cajón de los archivos secretos del ejército norteamericano.
No fue hasta mediados de los años cincuenta que la idea de la actriz y el músico empezó a aplicarse en artilugios como la “sonoboya”. En plena Guerra Fría, las bases del espectro ensanchado fueron determinantes para desarrollar sistemas de defensa y bloqueo militar. Durante varias décadas, el ejército mantuvo en secreto el invento hasta que a principios de los ochenta fue desclasificado. Fue entonces cuando empezaron a desarrollarse sus aplicaciones comerciales en la industria de la incipiente telefonía móvil hasta llegar al indispensable Wi-Fi.
A finales del siglo XX, el mundo empezó a darse cuenta de la importancia de la aportación tecnológica de Hedy y George. Él no pudo ver todos los reconocimientos públicos que se les dieron, pues había fallecido a principios de 1959. Hedy era ya una anciana incapacitada para moverse de su casa, por lo que fue su hijo quien recogió algunos de los premios que le otorgaron a su famosa madre.