DESPUÉS DEL ATENTADO
El atentado de Bolonia fue el pretexto para las leyes de noviembre de 1931 que supusieron la anulación de los pasaportes, sanciones contra los emigrantes clandestinos, supresión de los periódicos antifascistas, disolución de los partidos opositores, creación de la figura penal de la prisión domiciliaria, formación de una policía secreta, institución de la pena de muerte e instauración de un tribunal especial anticomunista.