TRIBUTOS AZTECAS
LOS IMPUESTOS EXIGIDOS POR LOS AZTECAS A LOS PUEBLOS QUE CONFORMABAN SU IMPERIO FUERON UNA RAZÓN DE PESO POR LA QUE ALGUNOS DE ELLOS SE UNIERON A LOS ESPAÑOLES, PUES NO SOLO ERAN DEMANDADOS COMO TRIBUTO JOYAS, PIELES DE JAGUAR, MAÍZ, JUDÍAS, LEÑA Y CERÁMICAS, SINO QUE TAMBIÉN ERAN NECESARIOS PRISIONEROS DE TODOS LOS PUEBLOS DEL IMPERIO AZTECA PARA OFRECERLOS EN SACRIFICIO A LOS DIOSES. Estos eran los tributos más solicitados, pero también los más temidos. “Durante la dedicación del gran templo de Hitzilopochtli en el año 1486, se trajeron a la capital desde todos los rincones del Imperio los prisioneros reservados para esta solemnidad desde varios años antes. La ceremonia duró varios días. (…) En aquella ocasión perecieron en los altares más de sesenta mil cautivos”, comenta el historiador William H. Prescott en su obra El mundo de los aztecas (1970), donde aborda diversos aspectos de esta cultura mesoamericana y expone la magnitud de los sacrificios, asegurando que “los cráneos de las víctimas se conservaban en edificios (…) y los compañeros de Cortés contaron en uno de ellos hasta ciento treinta y seis mil de esas calaveras”.