CORTÉS y MOCTEZUMA. 500 años de su encuentro
500 AÑOS DE SU ENCUENTRO
EL 8 DE NOVIEMBRE DE 1519 en Tenochtitlán se reunían por primera vez el capitán español Hernán Cortés y el emperador azteca Moctezuma II.
LAS CONJURAS Y TRAMAS POLÍTICAS A AMBOS LADOS DEL ATLÁNTICO CONFIGURARÍAN A HERNÁN CORTÉS Y A MOCTEZUMA COMO DOS CONTROVERTIDOS PERSONAJES DE LA HISTORIA HISPANOAMERICANA. ¿HÉROES O VILLANOS? CINCO SIGLOS DESPUÉS DE SU PRIMER ENCUENTRO, NO HAY UN CONSENSO DEFINITIVO SOBRE SUS BIOGRAFÍAS. LAS RAZONES TAL VEZ LAS HALLEMOS EN LOS CONTEXTOS POLÍTICOS, SOCIALES E HISTÓRICOS QUE LES TOCÓ VIVIR.
EL 8 DE NOVIEMBRE DE 1519 EN TENOCHTITLÁN, CAPITAL DEL IMPERIO AZTECA, SE REUNÍAN POR VEZ PRIMERA EL CAPITÁN ESPAÑOL HERNÁN CORTÉS Y EL EMPERADOR AZTECA MOCTEZUMA II. Este hecho marcaría para siempre la historia entre dos mundos, pero también la de ambos personajes. Pese a los intentos iniciales del soberano por evitar la guerra, esta tuvo lugar brindando finalmente el triunfo a Cortés sobre los aztecas en 1521. ¿Por qué un hombre con tan solo 33 años y un puñado de hombres lograron vencer a un poderoso monarca que había conformado un imperio con varios reinos indígenas y miles de soldados? Para comprenderlo, hemos de retrotraernos a momentos anteriores a estas fechas, en los que veremos cómo ambos líderes tuvieron que luchar a contracorriente, actuando hábilmente, y adaptándose a las complejas circunstancias que conformaron el nacimiento de nuevas naciones.
PRECEDENTES MÍTICOS Y POLÍTICOS
A principios de 1519, Hernán Cortés y sus hombres arribaron a la península de Yucatán, al sur del actual México, adentrándose en su territorio. Curiosamente, 1519 era una fecha muy significativa en la mitología azteca. Era el año Ce-Acatl (1-Caña), en el que, según sus augurios, el dios Quetzalcóatl retornaría del Este para volver a gobernar a los suyos. Por tanto, no era de extrañar que la llegada de los españoles fuera interpretada en clave profética por Moctezuma, quien al enterarse de su llegada, mandó emisarios que diesen la bienvenida a Cortés y a sus hombres, ofreciéndoles regalos y disuadiéndoles en su avance hacia Tenochtitlán. “Id con prisa y no os detengáis y adorad en mi nombre al dios que viene, y decidle, acá os envía vuestro ciervo Motecuhzoma. Estas cosas que aquí traemos os envía, pues habéis venido a vuestra casa que es México”, dijo Moctezuma a sus vasallos, según lo recoge el cronista español Fray Bernardino de Sahagún, en su Historia General de las Cosas de Nueva España. La leyenda en torno a la vuelta de Quetzalcóatl, sin duda, proporcionó una importante ventaja a Cortés y, posiblemente, influyó en su posterior victoria. Pero no fue la única. Por aquellas fechas, el abuso y tributo excesivos exigidos por los aztecas acabó enemistando a algunos pueblos con el Imperio. Tras el enfrentamiento y posterior triunfo en agosto de 1519 de los españoles sobre los tlaxaltecas se firmó una alianza que sería determinante en la conquista española. A este acuerdo se unieron el príncipe Ixtlixóchitl de Texcoco y los totonacas, así como los territorios de Huexotzinco y otros estados enemigos de Tenochtitlán. Estas coaliciones supusieron la anexión de miles de guerreros al ejército de Cortés, que, junto a la mayor eficacia de las armas de fuego españolas, conformaron un poderoso ejército. Se había forjado una alianza que, sin embargo, pudo haber sido truncada por intrigas europeas.
HOSTIGAMIENTO HISPANO
Antes de llegar a territorio azteca, Cortés procedía de Cuba, lugar al que llegó desde España con tan solo 19 años de edad, sobre 1504. Sin embargo, tensiones previas con Diego Velázquez, teniente de gobernador de esta isla, dificultarían sus futuras incursiones por México. Velázquez le obligó a casarse con Catalina Suárez Marcaida, la doncella de su esposa, y más adelante lo mandó a encarcelar por conspirar contra él. Cortés se ofreció a aportar documentos a la Real Audiencia, órgano de justicia de la Corona, para detallar los abusos de poder por parte de Velázquez. Este, al enterarse de lo ocurrido, ordenó apresarlo. Pasado un tiempo, ambos se reconciliaron y Velázquez, convencido de que podrían encontrar oro, organizó una tercera expedición a México en la que estaría al frente Hernán Cortés.
Velázquez ya había patrocinado las realizadas por Francisco Hernández de Córdoba, en 1517, y la de Juan de Grijalva y Pedro de Alvarado, en 1518. Sin bien, con este viaje Cortés estaba acreditado para realizar una expedición de refuerzo, no lo estaba para llevar a cabo su propia conquista, su auténtico objetivo. De cualquier forma, Diego Velázquez no tuvo más remedio que apoyarle y, finalmente, el 23 de octubre de 1518 se redactó una escritura que avalaba dicho viaje, en la que Cortés “iba por el dicho señor Adelantado en nombre