COMUNISMO LA LEGALIZACIÓN DEL PARTIDO EN ESPAÑA
EL 9 DE ABRIL DE 1977, SÁBADO SANTO, POCOS DÍAS DESPUÉS DE QUE EL GOBIERNO DISOLVIERA LA SECRETARÍA GENERAL DEL MOVIMIENTO, CON MÁS DE MEDIA ESPAÑA DE VACACIONES Y LOS MINISTERIOS Y CUARTELES PRÁCTICAMENTE VACÍOS, TUVO LUGAR EN ESPAÑA UN PASO MUY IMPORTANTE PARA EL PROCESO DE TRANSICIÓN POLÍTICA HACIA LA DEMOCRACIA. EL ENTONCES PRESIDENTE DEL GOBIERNO, ADOLFO SUÁREZ, PERMITIÓ QUE SE LEGALIZARA EL PCE TRAS MÁS DE 40 AÑOS EN LA CLANDESTINIDAD.
LA DERROTA REPUBLICANA EN LA GUERRA CIVIL SIGNIFICÓ LA VUELTA A LA CLANDESTINIDAD DEL PARTIDO COMUNISTA DE ESPAÑA, ALGO ESPECIALMENTE DURO TRAS HABER PERDIDO EN LA LUCHA A DESTACADOS CUADROS DIRIGENTES Y TENER AL RESTO DISPERSOS POR EUROPA Y AMÉRICA. No obstante, gracias a su estricta organización y disciplina, el PCE fue, de entre las formaciones republicanas, la que logró rehacerse de forma más rápida y completa. Con todo, el fin de la guerra produjo en su seno las primeras disensiones profundas, agravadas por la enfermedad del secretario general, José Díaz, y el ascenso en la dirección del partido de Santiago Carrillo, procedente primero del PSOE y luego de las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU).
En 1942, el fallecimiento de José Díaz elevó a Dolores Ibárruri a la Secretaría General e impulsó la carrera de Carrillo, quien en 1947 se convirtió en ministro del Gobierno de la República en el exilio. Fueron años en que las disputas de los dirigentes acerca de la línea que debe seguir la organización en la lucha contra el dictador Francisco Franco abrió más las brechas internas y, para muchos, favoreció el ascenso a la dirección de Carrillo, que, en Praga, en diciembre de 1959, se convirtió en secretario general, en un momento en el que el movimiento comunista internacional se transformaba profundamente con procesos como la Revolución China y la desestalinización en la URSS. Ambas circunstancias favorecerían que el comunismo español comenzara a resquebrajarse. De hecho, el período de 22 años en que Carrillo se mantuvo en el cargo, de diciembre de 1959 a noviembre de 1982, fue testigo del mayor número de escisiones y la mayor proliferación de partidos comunistas en España.
EL TRIUNFO DE CARRILLO
El triunfo personal de Carrillo impuso una dirección y una línea política diferentes, enfrentadas a las posiciones que mantenían otros dirigentes como Enrique Líster. La nueva política soviética de coexistencia pacífica y distensión, que defendía ahora la vía parlamentaria al socialismo frente al asalto violento del estado burgués, había encontrado eco en la conferencia de partidos comunistas de Europa Occidental, reunidos en Roma en noviembre de 1959, poco antes que los españoles. Esas nuevas posturas refrendaban la línea impulsada por Carrillo desde el V Congreso de 1954, denominada de Reconciliación Nacional, que rompía con la política frentista contra el franquismo para defender una política de alianzas amplia, que incluyese a los sectores disidentes y más moderados de la dictadura, para permitir en España la transición pacífica a un sistema parlamentario.
En octubre de 1964, muchos de los grupos escindidos del PCE que no estaban de acuerdo con las tesis de Carrillo celebraron una conferencia que culminó con su unificación y la fundación, el 17 de diciembre, del Partido Comunista de España (marxista-leninista). El PCE (ml) estableció claras diferencias con el PCE "tradicional": rechazó el abandono de posiciones revolucionarias; consideró que el derrocamiento del régimen franquista debía implicar el establecimiento de una República Popular y no un nuevo marco de dominación
EN 1942, EL FALLECIMIENTO DE JOSÉ DÍAZ ELEVÓ A DOLORES IBÁRRURI A LA SECRETARÍA GENERAL E IMPULSÓ LA CARRERA DE CARRILLO, QUIEN EN 1947 SE CONVIRTIÓ EN MINISTRO DEL GOBIERNO DE LA REPÚBLICA EN EL EXILIO.