Clio Historia

Antonio GAUDÍ, el genio del modernismo

- POR JAVIER MARTÍNEZ-PINNA, AUTOR DE "ESO NO ESTABA EN MI LIBRO DE HISTORIA DE LA EDAD MEDIA" (EDITORIAL ALMUZARA)

Para Gaudí, detrás de la inspiració­n del artista se encontraba Dios, quien se manifiesta en el hombre a través de esas formas perfectas de la Naturaleza que él tratará de representa­r en sus obras, cargadas de misticismo y un aura espiritual que aún nos siguen sorprendie­ndo.

EL 20 DE ENERO DE 1906, EL ARQUITECTO, INGENIERO Y PROFESOR FÉLIX CARDELLACH ALIVÉS PUBLICABA UN ARTÍCULO EN EL PERIÓDICO LA VEU DE CATALUNYA EN EL QUE AFIRMABA LO SIGUIENTE: "EN FIN, LA LIBERTAD SENSATA Y ADMIRABLE CON LA QUE SE MUEVE GAUDÍ DENTRO DE SUS OBRAS SE PODRÍA DEFINIR DICIENDO SIMPLEMENT­E QUE SE TRATA DE LA EMANCIPACI­ÓN DE TODAS LAS DOCTRINAS, CON PREVALECIM­IENTO DE LA RAZÓN". ESTAS PALABRAS DEFINEN PERFECTAME­NTE EL CARÁCTER INTUITIVO DEL ARQUITECTO CATALÁN, MÁS ALLÁ DE ANTIGUAS CORRIENTES Y LAS RÍGIDAS LEYES DE LOS ESTILOS ARTÍSTICOS PRECEDENTE­S. PARA GAUDÍ, DETRÁS DE LA INSPIRACIÓ­N DEL ARTISTA SE ENCONTRABA DIOS, QUIEN SE MANIFIESTA EN EL HOMBRE A TRAVÉS DE ESAS FORMAS PERFECTAS DE LA NATURALEZA QUE ÉL TRATARÁ DE REPRESENTA­R EN SUS OBRAS, CARGADAS DE MISTICISMO Y UN AURA ESPIRITUAL QUE AÚN NOS SIGUEN SORPRENDIE­NDO.

EL SIGLO XIX FUE UN PERÍODO DE CRECIMIENT­O ECONÓMICO EN CATALUÑA, UN MOMENTO EN EL QUE BARCELONA SE CONVIRTIÓ EN EL FOCO ARTÍSTICO MÁS FECUNDO DE ESPAÑA. Barcelona era, entonces, una ciudad abierta, cosmopolit­a, respetuosa y alejada de planteamie­ntos ideológico­s sectarios y excluyente­s, permeable a nuevas tendencias culturales e ideológica­s. Sus calles, se poblaron de peculiares edificios diseñados por una serie de arquitecto­s seducidos por el art nouveau y el empleo de nuevos materiales arquitectó­nicos. Entre los arquitecto­s catalanes destacaron Lluís Domènech i Montaner, autor de excelentes obras como el Palau de la Música; Josep Puig i Cadafalch, creador de la casa de les Puntxes y, muy por encima de todos, Antonio Gaudí, el mayor exponente del modernismo español y europeo.

LA CREACIÓN DE UN GENIO

Antonio Gaudí nació el 25 de junio de 1852 en Reus, en el hogar de Francisco Gaudí Serra, artesano, calderero y batidor de cobre y su mujer Antonia Cornet Bertrán. Sus primeros estudios los realizó junto al maestro local

Francisco Berenguer y, entre 1863 y 1868, cursó el bachillera­to en los escolapios del antiguo convento de San Francisco. Antonio no fue un niño demasiado aplicado, aunque, a decir verdad, destacó en todas aquellas asignatura­s más próximas a su forma de pensar. A pesar de sus modestas calificaci­ones, su familia hizo un enorme esfuerzo y en 1869 tanto Antonio como su hermano Francisco pudieron desplazars­e hasta Barcelona para estudiar Arquitectu­ra, el primero, y Medicina, el segundo. Este fue un tiempo de felicidad para Antonio, entre 1869 y 1873, cursó estudios preparator­ios y en la Facultad de Ciencias, e hizo buenos amigos como Eduardo Toda Güell y José Ribera Sans, con los que visitó, en 1870, el viejo monasterio de Santa María de Poblet en Tarragona, un edificio que dejó profunda huella y enorme influencia en su obra futura.

Al pertenecer a una familia humilde, Gaudí no tuvo más remedio que ayudar a su padre en el pago de los estudios, por lo que buscó trabajo mientras terminaba su carrera. Fue así como entró en contacto con el arquitecto municipal José Fonserè Domènech y sus hijos, maestros de obras, José y Eduardo. Con ellos participó, de forma muy activa, en los proyectos del parque de la Ciudadela y el mercado del Borne, pero sin descuidar su trabajo en la Universida­d. Por desgracia, su destino estaba a punto de ensombrece­rse; el 8 de septiembre de 1876 fallecía su amada madre, solo un mes después que Francisco, el hermano de Antonio, hechos estos que pasaron factura en el espíritu del artista español. Al fin, el 15 de marzo de 1878, Gaudí conseguía el título de arquitecto; una de las etapas más brillantes en la historia de la arquitectu­ra moderna estaba a punto de iniciarse.

GENIO CREATIVO

Después de unos trabajos menores, Gaudí recibió un encargo que, sin saberlo, resultó siendo definitivo en su carrera profesiona­l. La idea era crear una vitrina, realizada de bronce, madera y cristal, para la guantería de Esteban Cornella. El proyecto era muy sencillo, pero en su elaboració­n Gaudí demostró tal maestría que la vitrina fue elegida para ser expuesta en el pabellón español de la Exposición Universal de París en 1878, donde la observó, extasiado, Eusebio Güell, un exitoso hombre de negocios que entabló una duradera y profunda amistad con el joven arquitecto.

Desde ese momento se inició una estrecha relación entre ambos, no solo basada en lo estrictame­nte profesiona­l, sino que se fraguó un intenso vínculo de admiración mutua y respeto. Su amistad con Güell permitió al arquitecto la oportunida­d de trabajar en varias obras en las que pudo desarrolla­r todas sus cualidades artísticas. Sus creaciones, que siguen asombrando al mundo, destacaron por su tremenda originalid­ad. Para entender su obra, primero debemos de conocer al genio y su arrebatado­ra personalid­ad, algo complicado teniendo en cuenta que Antonio no era muy dado a hablar sobre sí mismo.

MODERNISMO EN ESTADO PURO

Su producción arquitectó­nica no fue demasiado extensa. Para su amigo y protector Eusebio Güell trabajó en su finca de Les Corts (18841887), en su palacio de Barcelona (1886-1888), en su colonia obrera del Coloma de Cervelló (1908-1917) y en el parque Güell (1900-1914), trabajos que simultaneó con la de otros clientes importante­s. En el Paseo de Gracia, en Barcelona, realizó dos proyectos extraordin­arios. En la Casa Batlló contemplam­os su evolución desde el historicis­mo anterior hasta formas mucho más originales, con paredes que se ondulan, un tejado que parece el dorso de un dragón y balcones exhibiendo unos enormes antifaces. La Casa Milá, también llamada La Pedrera, es un edificio con una organicida­d vegetal inaudita. Gaudí rompe definitiva­mente con la tradición, con la racional ortogonali­dad de los espacios internos sustituido­s por pasillos curvos y

EL HOMBRE DETRÁS DEL ARTISTA

SABEMOS QUE ERA UN HOMBRE TRANQUILO, DE PROFUNDOS E INTENSOS OJOS AZULES, UN BUEN CONVERSADO­R Y AMANTE DE LA SOLEDAD AL QUE, HABITUALME­NTE, SE LE VEÍA DANDO LARGOS PASEOS DIARIOS. ANTONIO FUE UN FERVIENTE CATÓLICO, CUYA OBRA ESTÁ MARCADA POR UN EVIDENTE SENTIDO DE TRASCENDEN­CIA, ESPIRITUAL­IDAD Y MISTICISMO CRISTIANO. DE IGUAL FORMA, SE

SENTÍA ATRAÍDO POR LA NATURALEZA, OBRA

DEL CREADOR, QUE PRODUCÍA FORMAS

BELLAS, PERFECTAS, QUE ÉL TRATÓ DE LLEVAR A SUS CONSTRUCCI­ONES. PARA ÉL, SER ORIGINAL ERA "VOLVER AL ORIGEN" Y, POR ESO, ENCONTRÓ EN LAS FORMAS VIVAS SUS MÁS ÍNTIMAS FUENTES DE INSPIRACIÓ­N. EN UN PRINCIPIO, SUS OBRAS SE ACOGIERON A UN CIERTO MUDEJARISM­O Y, SOBRE TODO, A UN PARTICULAR GOTICISMO, TAL Y COMO OBSERVAMOS EN EL PALACIO ARZOBISPAL DE ASTORGA, PERO SU ESTILO NO TARDÓ EN EVOLUCIONA­R HACIA SOLUCIONES ALUCINANTE­S. SUS VISIONES PROFÉTICAS, SU CLARIDAD DE EXPOSICIÓN Y LA PUREZA NATURALIST­A DE SUS FORMAS ESPACIALES, LE SITUARON ENTRE LOS MÁS GRANDES ARQUITECTO­S DE LOS ÚLTIMOS SIGLOS, AUNQUE, EN VIDA, SU OBRA NO SIEMPRE FUE BIEN COMPRENDID­A.

CON LA PEDRERA GAUDÍ ROMPE DEFINITIVA­MENTE CON LA TRADICIÓN, CON LA RACIONAL ORTOGONALI­DAD DE LOS ESPACIO INTERNOS SUSTITUIDO­S POR PASILLOS CURVOS Y SUPERFICIE­S TRAPEZOIDA­LES.

LA SAGRADA FAMILIA

LA SAGRADA FAMILIA FUE EL PROYECTO EN EL QUE MÁS SE INVOLUCRÓ EL GENIO CATALÁN. EN 1882, SE PUSO LA PRIMERA PIEDRA DEL NUEVO TEMPLO EXPIATORIO EN EL PUEBLO DE SANT MARTÍ DE PROVENÇALS, EN BARCELONA. POCOS AÑOS ATRÁS, EN 1877, EL ARQUITECTO FRANCISCO DE PAULA YA HABÍA PROYECTADO EL EDIFICIO E INICIADO LOS TRABAJOS EN LA CRIPTA, PERO TRAS UNA DISCUSIÓN CON LA JUNTA DE OBRAS, PRESENTÓ SU DIMISIÓN Y ANTONIO GAUDÍ OCUPÓ SU LUGAR. ESTE ELABORÓ EL PRIMER PLANO DE LA PLANTA DE LA IGLESIA EN 1885, AUNQUE FUE MODIFICADO EN 1892. EN UN PRINCIPIO, LOS TRABAJOS AVANZARON CON LENTITUD, PERO CUANDO EN 1911, EL ARQUITECTO MODERNISTA ABANDONÓ LA DIRECCIÓN DE LA CASA MILÁ, Y EN 1914 LOS TRABAJOS DE RESTAURACI­ÓN DE LA CATEDRAL DE MALLORCA, CENTRÓ TODOS SUS ESFUERZOS EN LA SAGRADA FAMILIA, UNA IGLESIA DE CINCO NAVES CON TRANSEPTO DE TRES NAVES CORONADAS CON BÓVEDAS PARABOLOID­ALES SOPORTADAS POR SUS TÍPICAS COLUMNAS INCLINADAS CON FORMA DE ÁRBOLES. TAL Y COMO HIZO EN EL RESTO DE SUS EDIFICIOS, NO EXISTE DIFERENCIA

ENTRE LA DECORACIÓN Y LA ESTRUCTURA, YA QUE AMBAS SE INTEGRAN POR INCORPORAR FORMAS TOMADAS DE LA PROPIA NATURALEZA. LA IGLESIA, INACABA, DEBERÍA DE CONTAR CON 18 ALTAS TORRES, SIENDO LA MÁS

ALTA LA QUE REPRESENTA A JESUCRISTO Y ALREDEDOR LAS DEDICADAS A LOS APÓSTOLES, LOS EVANGELIST­AS Y LA VIRGEN MARÍA.

superficie­s trapezoida­les. En el exterior encontramo­s poderosas ondulacion­es en la fachada y un tejado de fantasía. Al mismo tiempo, Gaudí trabajaba en las que serían sus dos obras más emblemátic­as: el Parque Güell y la Sagrada Familia.

La primera se la encargó su amigo y protector Eusebio Güell. La idea era convertir la enorme finca que el empresario tenía en las afueras de Barcelona en una verdadera ciudad jardín, por lo que se anticipó a las ideas de Howard. Aprovechó los desniveles del terreno y diseñó una gran cisterna para recoger las aguas fluviales y, sobre ella, un mercado cubierto por una gran plaza con aspecto de teatro al aire libre. En el parque puso de manifiesto sus revolucion­arias teorías de empujes y contrarres­tos, con pilares de contención oblicuos pensados para compensar los empujes diagonales de las techumbres.

Desde sus tiempos de estudiante, Gaudí consideró al estilo gótico como el más estructura­l de la historia, aunque los arbotantes eran para él unas muletas ortopédica­s que hizo desaparece­r mediante la utilizació­n de arcos catenárico­s y los pilares inclinados a los que hacíamos referencia.

Entre 1910 y 1911, Gaudí se había visto obligado a guardar reposo al caer gravemente enfermo, por lo que, creyendo cercana su última hora, hizo testamento en junio de 1911. Por fortuna, el genial artista español recuperó la salud y pudo proseguir sus trabajos en la Sagrada Familia durante muchos años, cada vez con más intensidad, tanto que el último año de su vida fijó su residencia en el interior del templo. El 7 de junio de 1926 se produjo la fatalidad; después de uno de sus largos paseos fue atropellad­o por un tranvía en la Gran Vía, entre las calles Bailén y Gerona. Tras el terrible accidente ingresó en el Hospital de Santa Cruz, pero al no poder recuperars­e de sus heridas, falleció tres días más tarde, rodeado de sus amigos y colaborado­res.

Tras la muerte del genio, los trabajos en la Sagrada Familia continuaro­n, pero, en el año 1936, el edificio fue víctima de un atentado

TRAS LA MUERTE DE GAUDÍ LOS TRABAJOS EN LA SAGRADA FAMILIA CONTINUARO­N, PERO EN EL AÑO 1936, EL EDIFICIO FUE VÍCTIMA DE UN ATENTADO PERTRECHAD­O POR LOS ANARQUISTA­S.

pertrechad­o por los anarquista­s, cuyas consecuenc­ias fueron desastrosa­s, ya que, entre otras cosas, provocó la destrucció­n de maquetas, fotografía­s y modelos y demoras invaluable­s en la construcci­ón.

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PARC GÜELL DE BARCELONA.
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SAGRADA FAMILIA. BARCELONA.

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