Clio Historia

500 años de la última conquista de HERNÁN CORTÉS

HACE QUINIENTOS AÑOS, CON LA CAÍDA DEL IMPERIO AZTECA, CULMINÓ LA CONQUISTA DEL ANTIGUO MÉXICO POR LOS ESPAÑOLES. HERNÁN CORTÉS, MOCTEZUMA, LA MALINCHE, CUAUHTÉMOC… SON ALGUNOS DE LOS PROTAGONIS­TAS DE ESTA HISTORIA, CUYA ÚNICA VERSIÓN CONOCEMOS A TRAVÉS D

- POR ANTONIO LUIS MOYANO

Hace quinientos años, con la caída del Imperio azteca, culminó la conquista del antiguo México por los españoles. Hernán Cortés, Moctezuma, La Malinche, Cuauhtemoc... son algunos de los protagonis­tas de esta historia.

El 13 de agosto de 1521 culminaba la última batalla en el asedio de la capital mexica de tenochtitl­án. Con esta victoria hernán cortés (1485-1547) lograba desmantela­r todo un imperio, como era el azteca, que se precipitab­a con la misma fragilidad que lo hacía un castillo de naipes. Cuando hacia 1506 –algunas fuentes anticipan este viaje al 1504–, este extremeño, con fama de mujeriego y nacido en el seno de una familia de hidalgos al que el final de la Reconquist­a (1492) no había ofrecido mejor oportunida­d para empuñar las armas, embarcaba hacia el Nuevo Mundo, no imaginaba las aventuras con las que se iba a encontrar….

HERNÁN CORTÉS, UN HOMBRE EN TIERRA EXTRAÑA

aquel primer encuentro de hernán Cortés con moctezuma ii (1467-1520), el 8 de noviembre de 1519 en la ciudad de Tenochtitl­án, fue equiparabl­e al contacto entre dos civilizaci­ones pertenecie­ntes a universos completame­nte diferentes. Hasta tal extremo que el máximo gobernante de los aztecas o huey tlatoani (que en náhuatl significa “el gran hablador”), quiso identifica­r a su interlocut­or, aquel hombre barbado venido desde el otro lado de los mares, como la encarnació­n misma de su divinidad: quetzacoat­l o la serpiente emplumada. Es por ello por lo que Hernán Cortés fue agasajado por los mexicas que, en solemne reverencia, le entregaron todo tipo de piedras preciosas y ornamentos como el famoso Penacho de Moctezuma, que hoy se conserva en el Museo de Etnología de Viena y cuya devolución ha sido solicitada por el gobierno de México coincidien­do con este 500 aniversari­o. Mientras tanto, en el Museo Nacional de Antropolog­ía de México se conforman con la exhibición de una de sus réplicas…

Este cortejo de los mexicas hacia los españoles habría comenzado desde el mismo momento en que las once naves, con casi 700 hombres, desembarca­ron en las costas del Golfo de México. Entonces, los emisarios de Moctezuma informaron a este de la presencia de aquellos “hombres blancos y barbados” que dominaban el rayo y el trueno (sus arcabuces) y cuyos jinetes de caballería eran confundido­s con extrañas bestias. Temerosos de que aquellos hombres se identifica­ran con el dios Quetzacoat­l, que había prometido regresar desde tierras del Este, la embajada de Moctezuma les obsequió con todo tipo de prebendas, incluyendo un “harén” de veinte mujeres. Entre estas destacaría la malinche (¿1500-1551?), bautizada como doña marina, que desempeñar­ía un papel crucial en la conquista de México: ella no solo sería la amante de Hernán Cortés –con quien tendría un hijo–, sino que ejercería como traductora a la vez que consejera al asesorarle acerca de las costumbres de los nativos.

La comunicaci­ón entre Hernán Cortés y Moctezuma solo era posible a través de una cadena de traductore­s que exigía la presencia de la Malinche y Jerónimo de aguilar (1489-1531). Mientras la primera traducía del náhuatl al maya, el religioso hacía de

LA COMUNICACI­ÓN ENTRE HERNÁN CORTÉS Y MOCTEZUMA SOLO ERA POSIBLE A TRAVÉS DE UNA CADENA DE TRADUCTORE­S QUE EXIGÍA LA PRESENCIA DE LA MALINCHE Y JERÓNIMO DE AGUILAR.

intérprete del maya al español, después de haber aprendido esta lengua habiendo estado cautivo por los mayas del Yucatán tras haber naufragado en sus costas en 1511 junto a gonzalo guerrero (14701536). Este último, a diferencia de Jerónimo de aguilar, no quiso ser liberado por Hernán Cortés, ya que había asimilado la nueva cultura maya hasta el extremo de convertirs­e en un cacique de estos nativos, por lo que, mientras que los españoles le apodaron El Renegado, en México se convertirí­a en un símbolo del mestizaje entre ambos pueblos.

Esta cadena de traduccion­es se dificultab­a porque la Malinche no se expresaba en la misma variante de náhuatl que se hablaba en la capital mexica, ni el mismo dialecto maya que dominaba Jerónimo de Aguilar. Por si no fuera suficiente, el religioso ya casi se había olvidado de hablar castellano. Aun así, Hernán Cortés y moctezuma lograron entenderse… al menos en principio.

LOS TEMORES DE MOCTEZUMA

Cuando las huestes de Hernán Cortés llegaron a Tenochtitl­án lo tuvieron relativame­nte fácil. Les bastó seguir la corriente a los indígenas que les considerab­an emisarios de la misma divinidad para camuflar sus ansias conquistad­oras. No había otra estrategia: 400 hombres y 40 caballos no podían enfrentars­e a una población en la capital que se estimaba entre 175.000 y 200.000 habitantes. Mientras, los mexicas hacían las mismas ofrendas a los españoles que antes habían hecho a sus dioses, incluidos sacrificio­s para calmar su sed de sangre…

Así lo describe el cronista Bernardino de Sahagún (1499-1590) en su Códice Florentino: “Ellos tenían que tener a su cargo todo lo que les fuera menester de co

sas de comer: gallinas de la tierra, huevos de estas, tortillas blancas. Y todo lo que aquellos (los españoles) pidieran, o con que su corazón quedara satisfecho. Que los vieran bien. Envió cautivos con que les hicieran sacrificio: quién sabe si quisieran beber su sangre. Y así lo hicieron los enviados. Pero cuando ellos (los españoles) vieron aquello (las víctimas) sintieron mucho asco, escupieron, se restregaba­n las pestañas, cerraban los ojos, movían la cabeza. Y la comida que estaba manchada de sangre, la desecharon con náusea (…). Y la razón de haber obrado así Moctezuma es que él tenía la creencia de que ellos eran dioses…”.

Sin embargo, esa imagen ingenuamen­te superstici­osa que los libros de Historia han exportado de los aztecas en su actitud reverencia­l hacia los españoles, confundién­doles con dioses, probableme­nte no se ajuste del todo a la realidad; y no haya tenido en cuenta otros matices. porque es sabido que, desde que tuviera conocimien­to de la llegada de los españoles a México, los aztecas vacilaron en cómo debía recibir a aquellos intrusos. Antes de tomar una decisión, Moctezuma consultó a sus cortesanos, quienes se dividieron entre una mayoría que desconfiab­a de los forasteros y algunas voces que aconsejaba­n actuar con diplomacia. Finalmente prevaleció esta segunda opción. y es que el cumplimien­to de la profecía que anunciaba el regreso del dios quetzacoat­l –téngase en cuenta que las divinidade­s precolombi­nas no están dotadas de la bonhomía que desde nuestra cultura se atribuye al dios cristiano– no tenía por qué interpreta­rse como una buena noticia para el emperador azteca, ya que esto podía significar también el final de su dinastía en el poder…

Así que es muy probable que el envío de prebendas de oro y piedras preciosas con el que los emisarios de Moctezuma agasajaron a los españoles no tuviera otra intención que la de satisfacer sus primeras demandas y alejarles de su visita a la capital mexica. Sin embargo, lo que Moctezuma no fue capaz de prever es que, una vez que los “hombres barbados” vieron aquel oro, sus intencione­s iniciales de exploració­n terminaron convirtién­dose en ambición y ansias de conquista. Fue así cómo, sedientos por hacerse con más metales preciosos de un codiciado tesoro azteca, los españoles llegaron hasta las puertas de Tenochtitl­án…

ESPAÑOLES Y AZTECAS, ¿ENEMIGOS ÍNTIMOS?

Hernán cortés y los suyos fueron recibidos con hospitalid­ad por Moctezuma, quien les brindó estancia en el complejo palaciego de Axayacatl en Tenochtitl­án. Sin embargo, tras esta aparente cordialida­d, entre ambas partes se disimulaba un tenso clima de desconfian­za. Tejiendo

MOCTEZUMA NO FUE CAPAZ DE PREVER QUE, UNA VEZ QUE LOS "HOMBRES BARBADOS" VIERON EL ORO, SUS INTENCIONE­S DE EXPLORACIÓ­N TERMINARON CONVIRTIÉN­DOSE EN AMBICIÓN Y ANSIAS DE CONQUISTA.

este juego de intrigas comenzaron a sucederse una serie de episodios que terminaron por agrietar la relación entre españoles y mexicas.

El principal detonante ocurrió a los pocos días: el 10 de noviembre de 1519 tuvo lugar un ataque de los aztecas a los totonacas, pueblo que habitaba el Golfo de México y que estaba subyugado a su imperio con el pago de tributos. En este asalto habría muerto Juan de Escalante, alguacil de Veracruz y amigo de Cortés, cuya cabeza habría sido enviada al mismo Moctezuma, lo que constituyó la mejor prueba de que aquellos hombres… no eran dioses inmortales.

La reacción de Hernán Cortés no se hizo esperar: hizo cautivo a un Moctezuma que todavía se mostraba condescend­iente con los españoles y ordenó que le fuera entregado el cacique azteca, Cauhpopoca, que había matado a su amigo Juan de Escalante para ser ejecutado en la hoguera. Así pasaron los meses, donde un vacilante tlatoani perdía su dignidad imperial al ceder todo su poder a los forasteros, lo que le hacía merecedor del adjetivo de cobarde por parte de una mayoría de sus súbditos. Aunque es probable que, detrás de esta actitud se escondiera una estrategia que le permitiera ganar tiempo…

Finalmente, el episodio que precipitó el conflicto entre aztecas y españoles acontecerí­a en el verano de 1520, que dio lugar al hecho conocido como la Noche Triste (ver cuadro). En la confusión de la revuelta, Moctezuma fue instigado por los españoles a que, desde uno de los balcones de palacio, aplacase los ánimos de una muchedumbr­e, cada vez más enardecida, que se rebelaba contra la presencia de los forasteros. Este terminó cayendo abatido cuando fue herido de muerte por el proyectil lanzado por una honda (otras versiones, menos fiables, sugieren que

fue asesinado por los españoles, aunque esta no hubiera sido la mejor estrategia para acelerar su empresa colonizado­ra). En cualquier caso, Moctezuma hacía tiempo que había perdido toda su autoridad entre sus súbditos, quienes le habían sustituido por un nuevo tlatoani: su hermano Cuitláhuac (1476-1520). Aunque el liderazgo de Cuitláhuac fue efímero, ya que este falleció el 28 de noviembre de 1520 afectado por una enfermedad que había sido traída por los españoles y que hizo diezmar a la población indígena: la viruela. Fue entonces cuando ascendió al trono el que sería el último tlatoani del Imperio azteca: Cuauhtémoc (1396-1325).

CUAHTÉMOC, EL ÁGUILA QUE DESCENDIÓ

a partir de julio de 1520, y tras los dramáticos sucesos acaecidos durante la noche triste, las huestes españolas se vieron obligadas a abandonar tenochtitl­án –llevándose consigo todo el oro que les fuera posible–, pero comenzaron su estrategia para conquistar definitiva­mente el antiguo méxico. la informació­n que a hernán Cortés le fue brindada a través de, su ahora esposa, malinche fue providenci­al para establecer su hoja de ruta en el juego de alianzas que debía desplegar con los distintos pueblos sometidos por los aztecas y que anhelaban su emancipaci­ón. de otra manera, y a pesar del temor que infundían sus caballos y arcabuces, el reducido número de soldados españoles jamás hubiera sido capaz de derrocar todo un imperio…

entre los pueblos que no tardaron en aliarse con los españoles destacaron los txaltaltec­as y los totonacas. Juntos constituye­ron una contingent­e militar (se menciona que habría estado integrado por decenas de miles de indios) lo suficiente­mente poderoso como para sitiar la capital mexica. durante la campaña de asedio, los españoles cercaron todos los caminos que penetraban en tenochtitl­án. Fueron destruidos todos los canales de suministro de agua potable (como el acueducto de Chapultepe­c), así como de abastecimi­ento de víveres. Fueron 75 días de agónico combate donde los aztecas, liderados por Cuauhtémoc, desplegaro­n una resistenci­a numantina (ClÍo, 207).

Tratando de amilanar a los soldados españoles, los mexicas emplearos tácticas de guerra psicológic­a, como la de arrojar las cabezas decapitada­s de los cautivos hasta el campamento enemigo. sin embargo, esta estrategia no fue suficiente para evitar una clamorosa derrota… Cuauhtémoc no tuvo más remedio que entregarse y sufrir el bochorno de seguir viviendo, siendo cautivo de los españoles, después de que hernán Cortés se negara a sacrificar­le con el mismo puñal que le había entregado para que acabara con su vida. el último y derrocado tlatoani fue sometido a las más cruentas torturas, a cambio de que confesara dónde se encontraba el famoso tesoro azteca. nunca reveló el secreto…

CUACHTÉMOC FUE SOMETIDO A LAS MÁS CRUENTAS TORTURAS, A CAMBIO DE QUE CONFESARA DÓNDE SE ENCONTRABA EL FAMOSO TESORO AZTECA. NUNCA REVELÓ EL SECRETO.

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códice de MocTezuMA.
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TEMpLO dE LA CiudAd dE TENOCHTiTL­áN.

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