VERSOS ENTRE LAS ESTRELLAS
MARIA MITCHELL NO SOLO FUE LA PRIMERA PROFESORA DE ASTRONOMÍA DEL VASSAR COLLEGE, sino que hizo de sus clases un lugar en el que sus alumnas aprendieron a amar la ciencia. Maria supo transmitir a sus jóvenes pupilas la belleza de las estrellas y recuperó aquella faceta suya de contadora de historias y amante de los versos, consiguiendo unir la inmensidad del Universo con la perfección de las rimas. Todo aquel que llegaba a su observatorio podría ver a una maestra de ciencias enseñando con hermosos versos creados por ella misma.
Maria dio plena libertad a sus alumnas para que husmearan por el observatorio, se hicieran preguntas y plantearan sus propias respuestas. Muchas de estas cuestiones quedaron reflejadas en un cuaderno que María dejaba al alcance de todas sus estudiantes, su “libro de preguntas”. El resultado fue gratificante: "Me enseñaron más habilidades matemáticas de las que esperaba de ellas, y más originalidad de pensamiento. Dudo que muchachos de la misma edad que mis alumnas lleguen a tener su mismo interés por la ciencia".
Bajo la atenta mirada de un busto de Mary Somerville, decenas de jóvenes mujeres aprendieron astronomía pero, sobre todo, a pensar por sí mismas. De todas ellas, algunas rubricarían importantes páginas en la historia de la ciencia en los Estados Unidos. Antonia Maury, Christine Ladd Franklin o Mary Whitney, a las que Maria las situó entre sus mejores pupilas, llegaron a ser grandes astrónomas. Whitney tomó el relevo de su maestra en la dirección del observatorio, cargo que ejercería también otra de sus alumnas, Caroline Furness.