UN ÉXTASIS POCO SATISFACTORIO
EN 1932, EL DIRECTOR DE CINE GUSTAV MACHATÝ OFRECIÓ A UNA JOVENCÍSIMA HEDY KIESLER PROTAGONIZAR LA PELÍCULA QUE ESTABA PREPARANDO.
Se trataba de Éxtasis, una cinta que narraba la historia de Eva, una mujer casada con un hombre bastante mayor que ella e incapaz de satisfacer sexualmente a su esposa. Eva mantenía un romance con un atractivo joven llamado Adán. Hedy rodó varias escenas corriendo desnuda por un bosque hasta que se lanzaba a un lago ante la atenta mirada del joven Adán, quien terminaría intimando con la hermosa joven. Machatý decidió realizar varias tomas en las que se mostrara el orgasmo de Eva. Hedy explicó años después que aquella escena fue una de las más complicada de rodar para ella, una actriz joven e inexperta, por lo que tuvo que repetirla varias veces. El orgasmo que Hedy tuvo que fingir ante las cámaras no eran más que gestos de dolor ante los pinchazos que el propio Machatý le daba en las nalgas con un imperdible.
Tal fue el escándalo que provocó la historia que se llegaron a realizar varios finales, unos más políticamente correctos que otros. Pero nada pudo impedir que Éxtasis terminara siendo censurada en buena parte de países después de provocar el escándalo y la indignación de muchos de los asistentes a las salas de proyección en las que se llegaron a producir altercados en los que tuvo que intervenir la policía. Poco tiempo después, su primer marido, Fritz Mandl, decidió comprar todas las copias y los negativos de la cinta para poder destruirlos, lo que provocó el efecto contrario. No solo no pudo conseguir todas las copias y hacer desaparecer la película de la historia, sino que revalorizó su valor y elevó el morbo de quienes no dudaron en verla una y otra vez.