¿NAVIDAD O SATURNALIA?
AFINALES DE DICIEMBRE, LOS ROMANOS CELEBRABAN LA SATURNALIA, QUE ERA UNA FIESTA QUE ENSALZABA LA LLEGADA DE LA LUZ CON EL SOLSTICIO DE INVIERNO, PUNTO QUE MARCA EL MOMENTO A PARTIR DEL CUAL LOS DÍAS VAN SIENDO MÁS LARGOS. Además, en el festival de Saturno (el nombre del dios del tiempo), las casas se adornaban con velas y plantas y se celebraban todo tipo de fiestas, más parecidas al Carnaval que a nuestra Navidad, aunque en estas fiestas también había banquetes e intercambio de regalos. Hasta nuestro vecino de Córdoba, el serio y estoico filósofo Lucio Anneo Séneca (4-65), disfrutaba de estas fiestuquis, tal como le cuenta en carta a su amigo Lucilio, al que le pide consejo sobre si sumarse al lío o mantenerse estoico ante la vorágine: “Es ya el mes de diciembre, cuando la mayor parte de la ciudad está bulliciosa. Las costumbres se han relajado oficialmente; por todas partes se oye el sonido de los grandes preparativos, como si hubiera diferencias reales entre los días dedicados a Saturno y los días aptos para los negocios… Si estuvieras aquí, me encantaría que acordáramos nuestro plan de conducta, si vamos a comportarnos como si nada o si, para evitar habladurías, nos libraremos de la toga y tomaremos una cena más especial”.
Lo de “librarse de la toga” se refiere a vestirse de manera más “informal y desenfadada”, como quitarse la corbata… y lo de los “días aptos para los negocios”… ya sabemos que los días buenos buenos para los romanos (y para nosotros) son los dedicados al ocio Otium y los menos buenos, son los dedicados al Negotium, que es la negación de ese ocio. Así pues, las saturnales eran días de ocio, de vacaciones… días buenos. Luego están los días “fastos”, que son los aptos para trabajar, casarse, etc. y los “nefastos” (nec fasti), que son aquellos en los que estabá prohibido religiosamente hacer casi todo en la antigua Roma…
Mientras que como vimos, Séneca duda si sumarse a la fiesta o no, por su parte, el sabio naturalista Plinio el Joven (63-113) cuenta que, cuando venían estas fiestas, él se refugiaba en lo más profundo de su casa, para evitar el ruido y poder seguir estudiando. Cicerón, dos siglos antes que Plinio, solía escaparse de Roma y mudarse a alguna de sus muchas villas campestres por el mismo motivo. En cambio, el poeta Cátulo (87-57 a.C.), contemporáneo de Cicerón, según nos cuenta lo pasaba bomba: “Los días saturnales, los mejores de los días”.
PARECIDOS RAZONABLES
Los regalitos se solían dar el 19 de diciembre, no cuando los damos nosotros y se procuraba que no fueran costosos para
EL ROSCÓN DE REYES SEGURAMENTE TIENE SU ORIGEN EN UN PASTEL ROMANO, REDONDO Y DULCE, QUE ERA UN POSTRE TÍPICO DE LAS SATURNALES.
que todo el mundo pudiera agasajar con algo. Muchas veces consistían en figurillas de arcilla, parecidas tal vez a las que todavía esconden nuestros roscones de reyes. Por cierto que este roscón de reyes seguramente tiene su origen en el pastel, redondo como el ciclo del año y dulce como la miel,
que se utilizaba como uno de los postres típicos de las saturnales y que se aderezaba con higos y otras frutas. Está documentado al menos desde el siglo III que se escondía un haba en el interior del rosco y que quien la encontrara era nombrado rey del día… Pero no solo el roscón de reyes es romano.
Según muchas tradiciones, en el primitivo primer mes del año, esto es en marzo, se tomaba un dulce hecho con almendra y miel al que se le daba forma de serpiente, y por tomarse en marzo, se llamaba casualmente martius panis, de donde derivaría nuestro mazapán. Y para terminar, el turrón seguramente sea también romano o incluso griego en origen; su nombre deriva del latín torrere, “tostado” y evidentemente consiste en miel almendra tostada y huevo. También había otras preparaciones con parecida receta, que se llamaba cupeto y en Nápoles son consideradas el padre del turrón.
COSTUMBRES HEREDADAS
Turrón, mazapán, roscones y regalitos. Nada nuevo bajo el sol de diciembre. Estas fruslerías, los regalitos que, según se comenta le encantaban a Augusto, se combinaban con otros regalos mejores para los más allegados y para quienes pudieran permitírselo. Marcial regalaba sus libros, lo cual, en una época en que se copiaban a mano, era más bien un presente caro. En un epigrama, en el que se disculpa por regalar solo sus ejemplares, enumera algunos otros obsequios típicos y de más caché: “Porque en este mes de diciembre, en que vuelan las servilletas, las hermosas cucharas de plata, los cirios de cera, los rollos de papel, y las jarras puntiagudas de conservas de ciruelas de Damasco, no te he enviado nada fuera de los libros de mi propia cosecha, quizás te parezca un avariento o un maleducado (…)”.
Resulta curioso lo caro que sería el papel para que se regalara en similares términos a cucharas de plata… El caso es que, a finales de diciembre y durante unos cuantos días antes de que se acabara el año, los romanos antiguos adornaban con velas sus casas, se regalaban cosas, se juntaban en cenas de más lujo, se bebían lo que no está escrito y festejaban lo que desde el reinado de Constantino se convirtió en la fecha de nacimiento del… Sol (25 de diciembre) y seguimos celebrando todo esto más o menos igual, porque seguimos siendo romanos. Tertuliano, escritor romano y padre de la Iglesia cristiana, se quejaba en el siglo III de que los romanos colgaban coronas en las puertas durante las fiestas de año nuevo… Creo que seguimos haciéndolo…
EL AÑO NUEVO
Y la semana después del fin de las saturnales, se celebraban las Strenae, que son las fiestas del año nuevo. Y sí, de este strena vienen todos nuestros estrenos, hasta los de Hollywood. El tema es que en año nuevo, el uno de enero, se estrenaba alguna cosa como signo de buena suerte para el año nuevo y se intercambiaban (otra vez) regalos, que simbolizaban una manera de decir que deseamos para la persona a quien le agasajamos, que el año fuera fructífero.
Parece precisamente que el origen de estos regalitos estaría en el regalo de una rama con
frutos procedente del bosque de Strenia, que le habrían entregado a Rómulo en un día de año nuevo (1 de marzo entonces) en tiempos casi mitológicos. No sé si esta rama con frutos es parte del origen del árbol de Navidad, pero vete tú a saber…
Strenia, según esto, sería una diosa sabina con un pequeño templo en un bosque, (según cuenta Varrón) por allí por la Vía Sacra según se sale de Roma. Dicen que Strenia era una diosa vinculada con la salud, la purificación y la fuerza, y que por eso su fiesta era el primer día del año. Como curiosidad, en Valencia siguen llamando “estrenas” a los regalos o aguinaldos de Navidad, dos mil años después… Qué poco hemos cambiado…
Por indagar un poco sobre lo del árbol, se sabe que ya los mesopotámicos cortaban un árbol y lo adornaban situando a sus pies regalos y posiblemente también lo adornaban con frutos artificiales brillantes en sus ramas. Era una forma de solicitar el retorno de la primavera y el renacer de los árboles. Los celtas, adoradores de robles, también adornaban los árboles en el solsticio de invierno, como recuerda San Bonifacio en el siglo VII…
LOS ANTIGUOS ROMANOS YA INTERCAMBIABAN REGALOS ENTRE ELLOS PARA CELEBRAR LAS SATURNALES, AL IGUAL QUE HACEMOS EN LA ACTUALIDAD PARA FESTEJAR LA NAVIDAD.
Bueno el caso es que con árbol o como queramos, tengamos unas estupendas navidades y un mejor año próximo, que nos lo merecemos. Como decían los abuelos romanos: ¡Io Saturnalia!
LA CURIOSIDAD
LO DEL “REY DEL DÍA” Y LO
DE LA PARTE CARNAVALESCA DE LAS SATURNALES TIENE
QUE VER CON QUE EN ESTOS DÍAS COMO EN EL CARNAVAL ORIGINAL, SE SUBVERTÍAN UN POCO LAS COSTUMBRES Y CREO QUE DENTRO DE UN ORDEN, INCLUSO A LOS ESCLAVOS SE
LES PERMITÍA CELEBRAR JUNTO CON LOS AMOS, UN POCO COMO EN LA CANCIÓN DE SERRAT (FIESTA, 1970) QUE LOS DE MI QUINTA RECORDARÁN QUE DECÍA:
“Y HOY EL NOBLE Y EL VILLANO, EL PROHOMBRE Y EL GUSANO BAILAN Y SE DAN LA MANO
SIN IMPORTARLES LA FACHA”.